El Colectivo Huellas de la Memoria expone más de 200 pares de zapatos de familiares que buscan a sus desaparecidos: desde la Guerra Sucia hasta Ayotzinapa; desde la frontera sur hasta el norte del país. Hijas, hijos, migrantes, luchadores sociales. Y los miles de pasos que se han dado para encontrarles
Texto y fotos: Daniela Rea
En México hay más de 70 mil personas desaparecidas y sus familiares caminan calles, fiscalías, morgues, prisiones, hospitales, cañadas, barrancos, desiertos, campos en su búsqueda.
Ese es el registro que hace Huellas de la Memoria, un proyecto artístico y político que cumplió 6 años, que reúne los pares de zapatos que las familias han gastado tras las huellas de los desaparecidos. Más de 200 pares componen hoy el proyecto que se pueden visitar en la calle República de Cuba 34, en el centro histórico de la Ciudad.
Caminar la exposición de los 205 pares de zapatos, casi el total del proyecto, es un brutal recorrido por la historia reciente del país:
El primer par de zapatos pertenecen a Braulia Jaimes, quien busca a su esposo Epifanio Avilés desaparecido en mayo de 1969 en Ciudad Altamirano; luego los de Hilario Mesino que busca a su hermano Alberto, desaparecido en Atoyac, Guerrero, en 1974.
Luego las fechas continúan imparables: 2004, 2007, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, por todos los territorios: Guerreo, Veracurz, Monterrey, Tamaulipas, Sinaloa, Jalisco, Estado de México, Chihuahua…
Hay zapatos que son tacones, botines, sandalias, huaraches de llanta; botas mineras, botas norteñas; hay tenis y mocasines, hay zapatitos de niños de apenas 2, 6 años de edad que buscan a sus padres y sus abuelos. Zapatos que hablan también del origen económico y social de los desaparecidos.
Hay zapatos de migrantes que buscan a sus hijos desaparecidos en México, como los de Samuel Mejía, que busca a su hermana María Mejía, originaria de Guatemala y desaparecida en Puebla en el año 2010.
Hay zapatos verdes, que significa que siguen desaparecidos; los hay naranjas -apenas unos dos pares – que significa que volvieron con vida; los hay negros, que significa que fueron encontrados muertos; negros con verde como los zapatos de José Díaz Navarro quien cuenta que en el 2004 un grupo armando se llevó a sus dos hermanos, a un primo y a otros dos conocidos, cuyos cuerpos fueron encontrados, pero no sus cabezas.
Hay también unos rojos: de una madre que fue asesinada por buscar a su desaparecido, Cornelia Guevara que busca a su hijo Oswaldo y fue desaparecido en el 2012 en Tecamac, Estado de México. Por su búsqueda fue asesinada el 15 de enero del 2018.
Huellas de la Memoria nació hace seis años, es un proyecto integrado por una veintena de personas. Y hoy sigue recorriendo el país para registrar esos pasos en busca de los más de 70 mil desaparecidos.
El primer zapato que se hizo fue el de Leticia Hidalgo, que busca a su hijo Roy Rivera, desaparecido en Monterrey. Fue durante la marcha de las madres, del 10 de mayo del 2014. Mientras caminaban por la calle de Reforma, en una conversación con Letty se pensó en lo que significa buscar a un hijo desaparecido: pasos, cientos de kilómetros andados, ires y venires, zapatos. Letty dice que ha gastado varios zapatos y que también ha notado que ya no busca zapatos bonitos, sino cómodos.
Alfredo López, escultor e integrante del colectivo Huellas de la Memoria, le pide a Letty un par de zapatos porque ha surgido una idea de ese caminar y esa conversaciín. Los zapatos de Letty se graban en linóleo, material en el que cada familiar graba las palabras de la búsqueda y después se imprime sobre papel, como si fueran las huellas que han dejado en la búsqueda de los desaparecidos.
A seis años de ese día, Letty reflexiona: “Caminar ha sido mi piedra angular. Pues he dejado en esas huellas, alma, vida y corazón buscando rastros de mi hijo Roy.
Buscando la vida de todas las personas que se llevaron y tratando de que surja la semilla de la responsabilidad en los servidores públicos del Estado Mexicano”
Frases que se leen en las suelas de los zapatos:
“Busco a mi papá porque es mi papá”, “Padre he caminado mucho tiempo en tu búsqueda y no pararé hasta encontrarte”, “Yo le pregunto a mi mamá Paula ¿cuándo vamos a encontrar a tus papás? No sé, pero vamos a seguir buscándolos”, “Estos zapatos tenis los usé en las primeras marchas llenos de cansancio y dolor”, “Te busco comn todo mi corazón y espero devolverles la tranquilidad a mis papás”, “David hijo mío, te estoy buscando. He viajado los 5 mil kilómetros desde el Salvador hasta México, Reinosa, buscándote. Espero volver a verte. Si estás con vida comunícate conmigo, tu papá. Mi tel. es 762314?? El número que falta es el día de mi cumpleaños”.
La exposición se presenta en República de Cuba 34 y estará abierta al público hasta el sábado 12 de septiembre en horario de 16 a 19 horas. Previa cita en Facebook Huellas de la Memoria.
Reportera. Autora del libro “Nadie les pidió perdón”; y coautora del libro La Tropa. Por qué mata un soldado”. Dirigió el documental “No sucumbió la eternidad”. Escribe sobre el impacto social de la violencia y los cuidados. Quería ser marinera.
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