La metáfora visual hace detonar en Finlandia una calidad única, humana, una ficción plagada de emociones en torno a vivencias muxes en el istmo de Tehuantepec. Con la dirección de Horacio Alcalá y la actuación de Noé Hernández, Ángeles Cruz, Cuauhtli Jiménez, Erick Israel Consuelo.

@EvoletAceves

@evolet.aceves (Instagram)

El largometraje Finlandia (2021), del director mexicano Horacio Alcalá, comenzó a circular en las carteleras de México en el presente mes, y en España, donde radica, en el mes de junio.

La metáfora visual hace detonar en Finlandia una calidad única, humana, una ficción plagada de emociones en torno a diferentes vivencias muxes en el istmo de Tehuantepec.

Finlandia es una explosión de lágrimas, de liberación y de misticismo en la ficción cinematográfica. Una película como pocas, posee una maestría inagotable, puede notarse desde el primer minuto.

Este trabajo cinematográfico de primer orden cuenta con la participación actoral de Noé Hérnández (Delirio/La Abuela), Cuauhtli Jiménez (Amaranta), Erick Israel Consuelo (Xquenda), Ángeles Cruz (Sara), Andrea Guasch (Marta) y Leonardo Alonso (Héctor); guion de Jesús Caballero, diseño sonoro de Steve Miller, música regional interpretada por Nathanael Lorenzo Hernández, dirección de fotografía de David Palacios, dirección de arte y argumento del también director Horacio Alcalá, maquillaje y peluquería de Marco Jiménez y Estrella Vásquez, peinado de tehuanas de Jorge Antonio Olivera Ramírez, vestuario de Estrella Vásquez y Lorena Guzmán.

Los personajes se entrelazan en una dinámica atravesada por la muxeidad, la explosión de colores, tradiciones, costumbres, emociones y una profunda religiosidad mística del ser muxe, el tercer género que radica en el istmo de Tehuantepec, zona zapoteca de Oaxaca de donde proviene esta cosmovisión única.

Finlandia es el primer largometraje de ficción que aborda la muxeidad, y Horacio Alcalá, junto con su equipo perfectamente sincronizado, ha logrado plasmar en noventa minutos la enorme complejidad de la comunidad muxe.

He de resaltar que la fotografía de David Palacios junto a la dirección de arte de Horacio Alcalá, han sido asombrosas. Todo en su conjunto, argumento, guion, vestuario, música, actuación, escenografía, dejan en claro la profesionalidad de sus creadores para hacer una obra cinematográfica digna de ser premiada.

El guion llega a ser poético en participaciones como la de Noé Hernández, quien interpreta de manera majestuosa a una muxe, Delirio, madre de los pequeños pájaros enjaulados que viven como ilusiones encerradas, mismos a los que ve morir. También es llamada Abuela por dos de las muxes más cercanas a ella, jóvenes, aprendices de Delirio, interpretadas por Cuauhtli Jiménez y Erick Israel Consuelo, de quien se observa su renacimiento como mujer, así como la elección de su nuevo nombre, Xquenda, celebrado por su abuela, la actriz Graciela Orozco, a la vez que su identidad de género es negada y repudiada por su madre, interpretada por Ángeles Cruz, quien encarna a una mujer severa, fría, pero con un dolor interno inmenso, una mujer que sólo puede ser tocada por la tragedia, por el derrumbe… abandonada por su esposo por una extraña razón nunca revelada, acaso sugerida. Cuauhtli Jiménez, muestra su sensibilidad frente a la cámara, interpreta a una joven muxe, Amaranta, quien posee la delicadeza para encantar a los hombres y la fuerza para hacer frente a sus recuerdos, a su familia, a las adversidades de una muxe, al igual que Xquenda, quien es golpeada también por los muchachos de la zona, a la vez que curada, en lo alto de una iglesia, por Delirio.

Hay escenas que son realmente espectaculares, menciono sólo algunas: los últimos minutos donde se aprecia la muerte de Delirio, con su vestido blanco, majestuoso alrededor de su cabeza, Delirio, de una complexión facial gruesa, tan gruesa como su dolor, el abrir del techo, que es a la vez el terremoto, pero también el pase al cielo, a la prosperidad, la fe en una vida alejada del sufrimiento; el remover de las piedras de Sara para encontrarse frente a la muerte: Delirio, maquillada, hermosa, vestida de blanco.

Las piedras hablan, la roca gigantesca escucha a las muxes cuando están tristes, y es tanto el dolor de Delirio que un día, al vaciar sus penas a la roca, a manera de secreto, una cuarteadura comienza a atravesarse con Delirio, al centro de la pantalla, de espaldas a la cámara y de frente a su confesora, la piedra que se va cuarteando.

Las tres muxes son reflejo de sí mismas, han vivido experiencias similares, han sido golpeadas de una u otra manera, han experimentado el desamor de los hombres, han compartido lágrimas y brindan por sus dolores compartidos en una fiesta junto a las demás muxes.

Directores como Pedro Almodóvar, Rigoberto Perezcano, Xavier Dolan, Sebastián Lelio, Laurent Micheli, David Pablos, Horacio Alcalá, abren el espacio a posibilidades diferentes de ser mujer. 

Finlandia da visibilidad a la comunidad muxe y abre la posibilidad para que se explore este terreno que permanece aún poco explorado en el cine. Una película imperdible para acercarse a la complejidad, pero principalmente a la belleza muxe, desde la estética cinematográfica.