La familia Quintana Gutiérrez ha pasado casi seis años buscando justicia por el feminicidio de su hija Fátima Varinia. Han tenido que sobrellevar atentados, desplazamiento forzado, irregularidades y corrupción en la investigación. Además de la muerte de su otro hijo adolescente. Este martes, por fin el tercer asesino recibió una sentencia condenatoria
Texto: Lydiette Carrión
Foto: Crisanta Espinosa Aguilar / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- A casi seis años de la tortura, violación y feminicidio de la niña Fátima Varinia Quintana Gutiérrez, por fin, el tercer feminicida fue hallado culpable y sentenciado a prisión vitalicia. Se trata de José Juan Hernández Tecruceño, quien junto con los hermanos Atayde atacaron y privaron de la vida a la niña el 5 de febrero de 2015 en La Lupita Casasviejas, Lerma, Estado de México.
El día de los hechos, tanto los hermanos Atayde, como José Juan fueron detenidos por los pobladores de Lupita Casasviejas y entregados a las autoridades. Sin embargo, una juez exoneró del cargo a este último, ya que Hernández Tecruceño aseguró que aquel día se había presentado en la exclusiva escuela Sierra Nevada, donde, dijo, laboraba. Entonces la defensa presentó ocho videos fechados el 5 de febrero y aseguró en ellos se veía al acusado; también asistieron trabajadores de la escuela para declarar en favor del acusado.
Así fue que quedó libre. Ahora, mediante una defensa colectiva, la familia de Fátima logró probar que se trató de videos manipulados y falseados.
Durante todos estos años, la familia de Fátima tuvo que dejar su hogar, debido a amenazas; incluso en un ocasión balearon la casa, y personas extrañas vigilaban las escuelas de los otros niños de la familia. La familia es víctima de desplazamiento forzado; y esto propició que el hermano de Fátima, Daniel, falleciera en diciembre pasado en Monterrey, por negligencia médica.
Después de 2 años de proceso, la justicia emitió dos sentencias condenatorias. La primera, del menor de los hermanos Atayde, por ser menor de edad al momento del feminicidio (tenía 17 años) recibió sólo a 5 años. El próximo año, esta medida de internamiento se termina. El otro hermano fue condenado a 73 años y ocho meses.
Sin embargo, el tercer feminicida tuvo una sentencia absolutoria. Revertir esto implicó un recorrido, un “viacrucis”, en palabras de una de las abogadas, Ximena Ugarte.
Tras recursos y apelaciones, hace tres años el primer tribunal colegiado del Estado de México determinó que se debía reponer la mitad del procedimiento a Juan José.
De esta forma fue que los abogados y organizaciones que apoyan a la familia de Fátima demostraron que los ocho videos de la defensa de Juan José estaban falseados.
“Logramos conformar un equipo de peritos de muy alta especialidad: que les dieran luz. Hubo una pericial en materia de informática y sistemas de seguridad, nos dio la teoría del caso más fuerte a estos videos. En primer lugar, advirtió que no estamos hablando de unos videos, sino archivos ejecutables. Tienen un video y una carcasa que sobrepone la fecha, la hora y el nombre. Para nosotros fue una gran revelación. Es que lo que tratamos de ver es si los videos eran originales […]. También hicimos una pericial en perimetría e incidencias solares. Este perito nos ayudó a determinar a través de mediciones aritméticas y astronómicas que esos videos habían sido grabados antes del 5 de febrero”. Así lo explicó Ximena Ugarte.
A continuación, unos extractos de una entrevista a la señora Lorena Gutiérrez, madre de Fátima, en 2016, narrando cómo fue entonces el acceso a la justicia y por qué fue que Hernández Tecruceño pudo permanecer impune durante tantos años.
Mi hija fue asesinada por tres de mis vecinos. Dos de ellos la conocían desde que ella nació prácticamente. El lugar donde nosotros vivíamos era un pueblito chiquito. Todos nos conocíamos. Fátima tenía 12 años y 8 meses, iba en primero de secundaria; asistía a una comunidad cercana a donde nosotros vivimos. Ese día jueves 5 febrero 2015.
Después de casi 2 años de audiencias, nos enteramos que [José Juan] pertenece a la delincuencia organizada. Su papá era policía municipal de Naucalpan, y sus tíos, primos, judiciales del estado de México. Su abuelo, militar ex retirado, y ellos son los que venden la droga.
Nosotros nos enteramos de que los abuelos vendían droga hace 40 años. Y nosotros estábamos lejos de eso, en un pueblito tranquilo, lejos de todo esto.
José Juan llegó con sus papás. Llegaron a vivir ahí, compraron un pedacito de terreno. Él tenía esposa y tres hijos. Uno no sabe quiénes son sus vecinos. Uno no sabe qué clase de gentes… Ya sabíamos varios padres de familia que él llegó a la colonia y les empezó a dar drogas a los jovencitos…
La jueza Janeth Patiño García dejó ir a José Juan Hernández. José juan fue el autor intelectual de la tortura.
Al principio, los abogados privados de josé juan dijeron que todo estaba perdido. Pero extrañamente, luego aparecieron nuevos abogados de Polanco, que defienden a grandes secuestradores… entonces empiezan a desfilar todos estos testigos de la escuela Sierra Nevada… y todos coinciden que José Juan acudió a laborar porque él era jardinero de la escuela.
Pero resulta que la escuela no tiene jardines más que en las paredes. Todos estos fueron comprados por la familia de Jose Juan, de igual forma el director administrativo… se presumía que eran redes de narcomenudeo de estas escuelas…
Y presentan un video, que todos sabemos que se pueden alterar y cambiar fechas… que supuestamente ellos dicen que en ese video aparece José Juan Hernández … un video en el que se dice que aparece este tipo… la juez dijo que no podía echar en saco roto y que por eso lo dejaba libre.
Aunado a esto porque no había pruebas genéticas, porque la fiscalía de feminicidios alegó que no tenía reactivos para practicar las pruebas genéticas.
Pero a José Juan yo lo vi correr, con la ropa llena de lodo y sangre.
Esas son las violaciones a los derechos de las víctimas de México. Se brincan todos los tratados nacionales e internacionales. Nada les importa. No sabemos a quién tenerle más miedo. A estos narcomenudistas, a estas escuelas, a los jueces o a la fiscalía. No sabemos en realidad quién les avisó a los asesinos de mi hija.
Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).
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