Una marcha de más de 3 mil kilómetros ha recorrido la India buscando combatir los discursos de odio que propaga el ultranacionalismo del partido en el poder.
Texto: Mehru Jaffer / IPS
Foto: Bharat Jodo Yatra
PANAJI, India – Cuando una multitud de seguidores del Partido del Congreso Nacional Indio (CNI), el principal de la oposición en el país, lleguen a Srinagar el 30 de enero para izar la bandera del país, culminarán una marcha de 3 mil 570 kilómetros a lo largo de 150 días.
El CNI organizó la Bharat Jodo Yatra (BJY), la larga marcha a pie, para contrarrestar lo que denomina la política divisionista y polarizadora del partido gobernante, el Bhartiya Janata Party (BJP, Partido Popular Indio), y del primer ministro Narendra Modi.
El objetivo declarado es reavivar la idea de India como país unido en toda su diversidad.
La BJY está encabezada por el presidente del CNI, Rahul Gandhi, de 52 años, que se ha ido reuniendo con innumerables ciudadanos durante el largo trayecto y ha ofrecido numerosas declaraciones, en contraste con Modi, de 72 años, quien no ha dado una sola rueda de prensa en sus nueve años en el poder.
Ghandi es el último representante de la dinastía Nehru-Ghandi, que ha gobernado India en buena parte de sus 75 años como país independiente, por lo que es hijo, nieto y bisnieto de gobernantes indios.
La fundadora y editora de The Citizen, Seema Mustafa, dijo a IPS que Gandhi triunfó al liderar ganó al liderar la BJY.
“Se ha convertido en un líder de peso, con coraje, honestidad y compasión. Lo que ha ganado el Partido del Congreso solo se sabrá cuando sus dirigentes puedan hacerlo efectivo. Después vendrán otras ganancias y pérdidas, pero por ahora, el BJY ha cortado por lo sano la atmósfera de miedo y odio imperante”, dijo Mustafa.
El BJY culminará en la norteña región himalaya de Cachemira el 30 de enero, pero la cuestión es si tendrá la misma acogida que en el resto del país. Durante casi medio siglo, los habitantes de Cachemira se han quejado de la actitud negativa de las elites de Delhi hacia ellos.
As Dulat, maestro del espionaje y antiguo jefe de la Agencia de Inteligencia de la India y su Ala de Investigación y Análisis (RAW), recibió una invitación personal para unirse al BJY. Paseó durante una hora con Ghandi, pero Dulat no reveló si hablaron sobre la conflictiva provincia de Cachemira.
El último libro de Dulat, “Una vida en la sombra”, trata de Cachemira, un lugar que adora, desde que fue destinado por primera vez allí a finales de los 80. Se le destaca como un solucionador de problemas y benefactor de muchas y diversas personas en esa conflictiva región, incluidos separatistas y pakistaníes, por lo que se ha ganado el apodo de “Señor Cachemira”.
Dulat declaró a los medios que participar en el BJY fue una experiencia maravillosa.
Gandhi escribió en su invitación a Dulat: «Escuchamos a cualquiera que quiera ser escuchado. No juzgamos ni opinamos. Caminamos para unir a todos los indios, independientemente de su sexo, casta o religión, porque sabemos que son ciudadanos iguales. Caminamos para luchar contra el odio y el miedo”.
Dulat, por su parte, comentó: «Creo que lo que está haciendo este joven es sin duda algo excepcional, increíble». No cree que nadie vuelva a hacerlo, ni que nadie vuelva a caminar tantos kilómetros.
El ministro de Defensa, Rajnath Singh, acusó a Gandhi de empañar la imagen de la India creando la impresión de que en el país solo reina el odio.
La BJY arrancó el 7 de septiembre en el extremo sur de la península india, en Kanyakumari, y ha marchado sin tregua por 12 provincias.
Durante la marcha, Gandhi ha ido tomando contacto personal con decenas de ciudadanos de distintas clases sociales. Tras caminar unos 25 kilómetros diarios en dos turnos, los militantes del CNI dormían en alojamientos improvisados.
En declaraciones a IPS, Zoya Hasan, profesora de la Universidad Jawaharlal Nehru, con su campus en la capital, coincidió en que la marcha había sido un éxito.
“Si las multitudes son un indicador, la BJY obtuvo una respuesta entusiasta en todos los estados que atravesó. Esto demuestra que todavía hay espacio en el país para la política inclusiva», afirmo.
Muchos consideran que la larga marcha ha cambiado el estado de ánimo del país.
Ha devuelto la esperanza a una ciudadanía que cada vez temía más por su futuro y su seguridad si no pertenecía a los sectores incluidos en el ultranacionalismo que impulsa Modri, mezclado con políticas populistas y un llamado “gobierno fuerte” contra las minorías, que ha signado su poder en la democracia más populosa del mundo.
Ignorada en gran medida por los principales medios de comunicación (en su mayoría progubernamentales), la BJY en cambio se ha retransmitido en directo a través de las redes sociales.
Ver a los simpatizantes recorrer miles de kilómetros y encontrarse con cientos de miles de personas de todos los credos religiosos, todos los grupos étnicos y todas las clases sociales, mezclándose, abrazándose, estrechándose la mano y haciendo amigos ha reforzado las ideas positivas de la bondad de la unión entre los ciudadanos.
Desde que el BJP llegó al poder en 2014, el ambiente en la nación ha sido sombrío. Además de hacer frente a la interminable lacra de la pobreza, el país ha tenido que lidiar con repetidos incidentes de violencia pública y de discriminación y represión contra las minorías.
Los analistas críticos afirman que Modri y su partido, en el mejor de los casos, ignoran y, en el peor, fomentan la violencia de los ciudadanos y dividen a la sociedad india por afiliación religiosa.
El indio bengalí Amartya Sen, premio nobel de Economía, aseguró al diario francés Le Monde que el actual gobierno indio es uno de los más terribles del mundo porque es “comunitarista (defensor de lo comunitario sobre lo individual)” en el sentido más estricto del término. Perjudica a la India atacando a los musulmanes y propagando la idea de que los hindúes forman la nación.
Muchos consideran un éxito la larga marcha liderada por Ghandi, como protesta política contra la política divisoria del partido derechista y nacionalista en el poder, y también una campana de despertar para un cambio nacional en este país de más de mil 400 millones de personas, que está por sobrepasar a China como el más poblado del mundo.
“Me uní a la marcha y caminé con Rahul Gandhi no porque sea un fan del Partido del Congreso, sino porque pensé que este joven ha defendido los valores correctos en el momento adecuado, y yo apoyo valores similares», comentó en Penaji, capital del estado de Goa, el cineasta Saeed Mirza en la presentación de su libro I Know The Psychology of Rats (Conozco la psicología de las ratas).
«Creo que todo indio que quiera amor e inclusión debería participar en la larga marcha, más allá de la identidad política”, dijo Tushar Gandhi, que se unió a la marcha en noviembre.
Tushar es bisnieto de Mahatma Gandhi, y Rahul Gandhi es bisnieto de Jawaharlal Nehru, quien fue el primer ministro de la India, y nieto de la que fuera su hija y sucesora en la dinastía, la primera ministra Indira Ghandi.
“Aunque se trata de un acto organizado principalmente por el Congreso, no es exclusivamente del Congreso. Así que todos los indios han sido recibidos con los brazos abiertos, y así es como debe ser. Si la mezquindad política se interpone en el camino, será una actitud contraproducente”, añadió Tushar Gandhi.
El Partido del Congreso afirma que el objetivo del BJY es luchar contra la política del miedo, el fanatismo y los prejuicios, y contra la economía de la destrucción de los medios de subsistencia, el aumento del desempleo y las crecientes desigualdades.
“Lo que ha conseguido la yatra (larga marcha) supera con creces las expectativas de los escépticos. Se ha demostrado que estaban equivocados, y me incluyo en esta categoría. Una nación asfixiada esperaba un acontecimiento así», escribió el periodista Saeed Naqvi.
Hasan añade que la BJY ha renovado las credenciales del Congreso como partido de unidad nacional y cohesión social, que defiende los valores del laicismo, el bienestar de las masas y sus derechos constitucionales.
Ello, a juicio de muchos analistas, crea un boquete importante en la narrativa hipernacionalista de la política del partido gobernante.
Según Hasan, el impacto de la BJY ha sido que el partido gobernante ha dejado de marcar la agenda, sino que se ha visto obligado a reaccionar ante la iniciativa del Partido del Congreso.
Solo el tiempo dirá si la gran marcha aportará beneficios electorales al Partido del Congreso en las elecciones generales de 2024, Hasan asegura que es “un primer paso necesario” para “construir una política de cambio” en India, en contraposición al ultranacionalismo sectario de Modri y su partido.
Este trabajo se publicó inicialmente en IPS. Aquí puedes consultar la versión original.
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