19 junio, 2023
El informe Estado del clima en Europa 2022 es contundente: el continente europeo se ha calentado el doble que la media mundial desde la década de 1980, repercutiendo social, económica y geofísicamente en la región
Texto: Iván Cadin
Foto: Especial
PARÍS, FRANCIA. – “El cambio climático está cobrando un gran precio humano, económico y ambiental en Europa, el continente del mundo que se calienta más rápido.” Tal es el diagnóstico que ha emitido el informe Estado del clima en Europa 2022.
“El año 2022 estuvo marcado por el calor extremo, la sequía y los incendios forestales. Las temperaturas de la superficie del mar en toda Europa alcanzaron nuevos máximos, acompañadas de olas de calor marinas. El deshielo de los glaciares no tiene precedentes.” De seguir bajo los escenarios climáticos actuales, advierte el documento, estos empeoran a largo plazo “y el sur de Europa podría experimentar aumentos porcentuales globales en temperaturas extremas por encima de los 40°C y en el número de días secos consecutivos”.
Segundo informe anual sobre el clima en el continente, el documento fue dado a conocer este lunes 19 de junio por la oficina para Europa de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), órgano perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y el Servicio de Cambio Climático (C3S) del programa espacial Copernicus de la Unión Europea (UE), el cual tiene como fin observar la tierra de manera permanente y constante bajo seis ópticas: atmósfera, océanos, tierra, cambio climático, seguridad y emergencias.
El estudio, que coincide con la Sexta Conferencia Europea de Adaptación al Cambio Climático que se realiza del 19 al 21 de junio en Dublín, Irlanda, indica que el continente europeo se ha calentado el doble que la media mundial desde la década de 1980, repercutiendo social, económica y geofísicamente en la región.
Mientras el resto del mundo se calienta aproximadamente en 1.2 °C a causa de las emisiones de gas de efecto invernadero, Europa ha estado “aproximadamente 2.3 °C por encima de la media (de la era) preindustrial (1850-1900)”, una cifra utilizada como referencia para el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
El Acuerdo de París, tratado firmado por 196 miembros y en vigor desde el 4 de noviembre de 2016, tiene como principal objetivo (redactado en su artículo 2) “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1.5 °C con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático”.
El informe se basa en registros que fueron aportados por los servicios meteorológicos e hidrológicos de cada país europeo, la red Regional de Centros Climáticos para Europa, así como diversos centros de expertos y científicos que estudian el tema del calentamiento climático.
Según resultados aportados por la Base de Datos Eventos de Emergencia (EM-DAT, por sus siglas en inglés), un centro analítico enfocado en temas de prevención de desastres perteneciente al Centro de Investigación sobre Epidemiología de Desastres (CRED, por sus siglas en inglés), con sede en Bélgica, y recogidos en el informe, las altas temperaturas del año pasado provocaron en Europa 16 mil 365 muertes notificadas y afectaron directamente en su salud a 156 mil personas.
“El estrés por calor sin precedentes que experimentaron los europeos en 2022 fue uno de los principales impulsores del exceso de muertes relacionadas con el clima en Europa. Desafortunadamente, esto no puede considerarse un hecho único o una rareza climática. Nuestra comprensión actual del sistema climático y su evolución nos indica que este tipo de eventos son parte de un patrón que hará que los extremos de estrés por calor sean más frecuentes e intensos en toda la región”, señaló el director del C3S, Carlo Buontempo, en un comunicado que dio difusión al informe.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, señaló en dicho comunicado que el año pasado “muchos países del oeste y suroeste de Europa tuvieron el año más cálido registrado. (…) Las altas temperaturas exacerbaron las severas y generalizadas condiciones de sequía, alimentaron violentos incendios forestales que resultaron en la segunda área quemada más grande registrada y provocaron miles de muertes excesivas asociadas con el calor”.
Un 67 por ciento de los eventos registrados en el estudio estuvieron relacionados con inundaciones y tormentas, cuyos estragos significaron una pérdida de aproximadamente 2 mil millones de dólares.
El informe, que se puede ver de manera gráfica y mapeada aquí, está dividido en varios tópicos, destacando que todos los extremos climáticos que vive la región (calor intenso, fuertes precipitaciones, largas sequías) inciden cada vez más en la lógica mercantil de oferta y demanda de la energía en Europa, así como en su infraestructura.
El informe indica que Europa vivió el año pasado su verano más cálido y seco registrado. Bélgica, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, España, Suiza y Reino Unido registraron temperaturas récord para la temporada. Como Pie de Página lo consignó, Francia experimentó en 2022 un verano que se caracterizó por incendios, sequías, escasez de agua, baja del nivel de diversos ríos, entre otras situaciones que tuvieron notables consecuencias en la agricultura, la actividad económica y en la producción de energía.
A su vez, la temperatura media anual europea en 2022 se situó como la segunda más cálida registrada, con aproximadamente 0.9 °C por encima del promedio que se registró en el periodo 1991-2020. El reporte también indica que las lluvias estuvieron por debajo del promedio en gran parte de la región. Fue, por ejemplo, el cuarto año seco consecutivo en la Península Ibérica y el tercer año seco consecutivo en las regiones montañosas de los Alpes y los Pirineos. La reserva de agua de España se redujo a casi 42% de su capacidad total.
Los glaciares europeos perdieron un volumen de hielo de aproximadamente 880 km cúbicos entre 1997 y 2022, siendo los Alpes los más afectados, con una reducción media del espesor del hielo de 34 metros. En 2022 sufrieron un derretimiento récord a causa de la poca caída de nieve en invierno, de un verano muy cálido y de la deposición de arena del desierto del Sahara.
El documento indica que la capa de hielo de Groenlandia ha perdido más de 5 mil 300 billones de toneladas de hielo entre 1972 y 2021, lo que generó un aumento de 14.9 mm. al aumento medio global del nivel del mar.
Las temperaturas promedio de la superficie del mar en la zona del Atlántico Norte fueron las más altas registradas, creando olas de calor marinas fuertes, severas y extremas, las cuales fomentan la migración forzada, así como la amenaza de extinción de especies, la llegada de entes invasores y la alteración de sus ecosistemas y biodiversidad.
Estas tasas de calentamiento marítimo se sintieron de manera particular en el este del mar Mediterráneo, los mares Báltico y Negro y en el sur del Ártico, registrando cifras tres veces más altas que el promedio mundial, señala el estudio europeo.
El estudio indica que, como “una señal de esperanza para el futuro”, en 2022 Europa generó electricidad con energía eólica y solar en 22.3 por ciento, mientras que con gas fósil fue de 20 por ciento y carbón,16. “El aumento del uso de fuentes de energía renovables y bajas en carbono es crucial para reducir la dependencia de los combustibles fósiles”, señaló Taalas en el comunicado de prensa del informe.
Paradójicamente, es precisamente al aumento de la fuerza del sol en la tierra lo que ha ayudado a la energía solar. La radiación solar superficial anual en 2022 ha sido la más alta desde el inicio de los registros en 1983, con un 4.9 por ciento por encima del promedio de 1991-2020. El estudio señala que existe más radiación solar superficial en el sur de Europa debido al ángulo solar y a que la región presenta días con mucho sol y pocas nubes.
Sin embargo, así como la radiación solar ha aumentado, la velocidad del viento y el volumen de precipitaciones no muestran una tendencia significativa en este continente. Aun así, el potencial de energía eólica es mayor sobre el océano, indica el reporte, especialmente frente a las costas de Irlanda y Portugal y el Mar Egeo.
En lo que cabe a la energía nuclear, el envejecimiento de cierta parte de su infraestructura en varios países europeos (debido a que la nuclear fue una energía relegada en años pasados en aras de fortalecer otro tipo de energías, como las antes mencionadas), así como la relativa interrupción de sus operaciones debido a condiciones climáticas adversas (caudales de río bajos y aumento de las temperaturas en sus corrientes), son factores que han mermado en cierto punto la producción nuclear, aunque de manera aún magra. En 2021, las pérdidas de producción relacionadas con el clima representaron solamente el 0.33 % de la generación mundial de energía nuclear.
El estudio indica que la UE se ha comprometido a aumentar la producción de energías renovables hasta al menos el 42,5 por ciento del consumo total para 2030, poco menos del doble de lo alcanzado en 2022.
Paralelo al informe sobre el clima europeo en 2022, recientemente ha habido diversos actos en el continente europeo que señalan, desde diversas posturas, que estamos en un punto de inflexión. Hace unos días, por ejemplo, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) indicó que desde 1980, los desastres meteorológicos (olas de calor, inundaciones, sequías) han causado la muerte de 195 mil personas.
A su vez, el programa Copernicus, previo al estudio que dio a conocer junto a la OMM, emitió un comunicado donde señaló que el actual mes de junio de este 2023 ha resultado ya ser el mes de junio más caluroso del que se tenga registro, con las temperaturas globales más altas jamás registradas según el C3S, un récord batido después de que mayo estuviera a tan solo 0.1 ⁰C del mayo más cálido registrado.
Según los registros del C3S, por primera vez en junio las temperaturas globales del aire en superficie han superado el nivel preindustrial en más de 1.5 ⁰C. Aunque se ha excedido este umbral en otros meses, es la primera vez que ocurre en junio. Y ni aún comienza el verano.
Y si bien el informe de C3S y la OMM hace referencia a la necesidad de fomentar cada vez más las energías renovables, el estudio cae en una reivindicación rápida de ellas, sin situar ni poner en contexto el conocido trilema energético: hacia futuro y para nuestra generación de energía debe existir un balance entre la sustentabilidad (las energías renovables), la seguridad del suministro energético (algo de lo que las renovables cojean, dada su intermitencia) y la equidad social en cuanto a precios y costos de esta energía (un área minada por lobbys de empresas privadas, tanto en las energías renovables como en las fósiles).
El llamado trilema energético se demuestra, por ejemplo, con las implicaciones ecológicas y energéticas que para Europa -y para todo el mundo- significa la guerra en Ucrania, tanto sus consecuencias como su desarrollo y su desenlace. Una situación que el estudio europeo no toca en lo absoluto.
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