13 noviembre, 2020
Vecinas de colonias peligrosas de Ciudad Juárez se organizaron para responder a la violencia doméstica, que ha aumentado en la pandemia. Los silbatos se repartieron para hacerlos sonar cuando se vea o escuche una agresión contra mujeres, infantes y adolescentes
Texto: Rocío Gallegos / La Verdad
Fotos: La Verdad
CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA.- El sonido de silbatos es la señal con la que una red de apoyo vecinal en Riberas del Bravo busca mantenerse en alerta para prevenir actos de violencia contra sus mujeres, niñas y niños en su territorio.
“Aunque estemos encerradas por la pandemia y traemos este cubrebocas, no nos debemos quedar callas ni guardar silencio cuando veamos hechos de violencia” dice Isabel Aguilera González, vecina e impulsora de la red vecinal de Riberas del Bravo.
Esta colonia es un territorios identificados por las autoridades y vecinas como peligroso para las mujeres por la cantidad de delitos de violencia sexual y familiar, explica Yadira Cortés Castillo, coordinadora de Mujeres en Red, agrupación que organiza las acciones vecinales en esta comunidad donde muchos de sus residentes, principalmente mujeres, se dedican a trabajar en maquiladoras.
Cortés Castillo asegura que partir del encierro provocado por pandemia del covid-19, los niveles de violencia han aumentado intensamente en la ciudad y Riberas del Bravo encabeza la colonia con mayor violencia sexual.
Imelda Marrufo, coordinadora general de la Red Mesa de Mujeres, dice que en esta colonia también se concentra el mayor número de casos de violación, violencia intrafamiliar y de género que ocurren en Ciudad Juárez.
Debido a esta situación, la organización que encabeza lanzó la campaña ‘Por ti, por mí libres de violencia’, para continuar el empoderamiento de las mujeres del sector con distintas acciones, entre las que se incluye el uso de un silbato como un instrumento de protección en casos de violencia, acoso o peligro.
Isabel explica que la intención es que cuando se vea una conducta inusual contra las mujeres, los infantes o adolescentes, en el parque, en las calles de la colonia o en interior de las casas se pite con el silbato para provocar que llegue ayuda.
El sonido será una señal de alerta para genera apoyo y para tratar de desinhibir al atacante mientras se llama a las autoridades al 911, agrega Yadira, al mostrar el silbato que comenzarán a distribuir en Riberas del Bravo, junto con volantes y otros artículos donde van los teléfonos de corporaciones policías.
El uso de este silbato puede salvar vidas, afirma, estará dando una señal de alerta de que algo esta pasando.
Imelda Marrufo menciona que las mujeres de Riberas están enlazadas a través de la red vecinal para apoyarse ante la imposibilidad de tener otro tipo de auxilio, debido a que es muchas veces no llega ni la policía.
Comentó que la pandemia por el coronavirus complicó más la situación para las mujeres que son víctimas de la violencia en la ciudad, debido a que los casos van en aumento durante el confinamiento y cada vez es menor la cantidad de personal activo para atender ese tipo de denuncias, por las restricciones de movilidad y contagios.
Debido a esa situación, agrega Yadira, los tiempos para interponer una denuncia por violencia se extendieron y en algunos casos les lleva hasta 17 horas cuando antes se tardaban tres, lo que desalienta a las víctimas.
Ante esas circunstancias decidieron activar su campaña contra la violencia, para desinhibir agresiones, acosos y advertir actos de peligro en Riberas del Bravo, un barrio marginados con rezagos de infraestructura y con alto índice delincuencial.
De acuerdo con datos de la Red Mesa de Mujeres, que lleva varios años de trabajo comunitario en este territorio ubicado al poniente de la Juárez, el común denominador que prevalece en Riberas del Bravo es que las personas no conocen a sus vecinos y no tiene arraigo en el sector.
De acuerdo con el análisis de la agrupación, esa situación predomina por varias razones: son migrantes que llegaron de otras partes del país o del estado, se desplazaron de otros sectores y se instalan de manera atemporal en casas de renta, tienen largas jornadas laborales, –en su mayoría son trabajadores en maquiladoras– y eso imposibilita la conformación de redes de fortalecimiento vecinal.
Pero también, agrega Imelda Marrufo, por el rezago y abandono que padece la colonia prácticamente desde su fundación.
En Riberas del Bravo, creada en el 2002, abundan las casas deshabitadas y en condiciones de abandono, tramos sin alumbrado público, calles con malas condiciones de pavimentación.
Una situación que se busca revertir con estrategias como la integración de redes vecinales, a través de las cuales promueven el conocimiento de sus derechos y los caminos a seguir en caso de ser víctima o acompañen a alguna víctima de violencia.
Este trabajo fue publicado originalmente en LA VERDAD JUÁREZ que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
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