30 abril, 2021
En las calles de Benito Juárez y Miguel Hidalgo, brigadas recorren casa por casa, despliegan mantas en los cruces de las calles y de los balcones de los departamentos. Buscan votos para la próxima elección. Algunos de sus voluntarios llevan más de una elección. Y sí, siempre les han pagado, aunque nunca les había tocado ser edecán de semáforo.
Texto y fotos: Arturo Contreras Camero
CIUDAD DE MÉXICO.- Escena rutinaria de un cruce de semáforo. Luz en rojo, dos edecanes enfundados con mangas largas y gorras se apoderan del cruce peatonal y despliegan dos mantas tan anchas como la calle. Desde todos los carriles de avenida Universidad se lee en letras enormes los nombres de los candidatos a alcalde y diputado federal. Si uno les pregunta sobre las propuestas de los candidatos, evitan decirlas y entregan un volante.
Mientras dura el alto, reparten panfletos y trípticos con la imagen de sus tres contendientes que buscan ser reelectos en sus puestos actuales. Santiago Taboada de nuevo alcalde, Christian Von Roherrich de nuevo al congreso de la Ciudad de México y Luis Alberto Mendoza Acevedo quiere conservar su curul como diputado federal.
Este tipo de despliegues no solo se deben a la época electoral, también a la epidemia de covid, que canceló cualquier acto multitudinario. Ahora, los candidatos se valen de métodos alternativos para anunciar a sus candidatos, aunque no en todas las alcaldías el esfuerzo es tan grande.
“Lo estamos haciendo aquí, principalmente en la zona central de la alcaldía, tenemos varias brigadas, y unas se van casa por casa y otras aquí en los semáforos”, dice una de las brigadistas, que no acepta dar su nombre. “Yo entro aquí porque llevo tres campañas trabajando así, he trabajando con el PRD y ahorita con el PAN y por eso yo entré a esto de la política, me contactaron, me dijeron que era por mes y medio, que como no hay eventos masivos, el partidos hizo las vallas estas para que la gente vaya a votar”.
Enfundada en una camiseta interior con guantes integrados a las mangas y pasamontañas cosido al cuello, recubierta con una playera de algún candidato, lentes oscuros y un cubreboca tipo KN95, todo teñido de un azul rey intenso, recuerda a un pitufo al pie de unas banderolas feudales. Después de unas horas, dobla las banderolas y las sube a una camioneta PickUp con rótulos de vehículo del aeropuerto (de esos a cuadros rojos con blanco).
Al inicio asegura ser simpatizante del partido y vecina de la demarcación; pero según avanza la plática, la versión cambia.
“La verdad es que sí nos pagan, porque hacerlo por amor al arte, o por amor al partido, pues no es suficiente”.
En brigadas de hasta ocho personas, estas tropas de hombres azules recorren las calles de las colonias de la delegación, algunos reparten panfletos y otros tocan de puerta en puerta para preguntarle a la gente si tiene un minuto para hablar de su alcalde con licencia, Santiago Taboada.
El azote del sol pega tan duro que en media hora a rayo pleno a uno podría darle dolor de cabeza, pero a estos voluntarios y no tan convencidos panistas, poco pareciera importarles, pues no dejan de repartir sus panfletos y de estirar las lonas cada que el semáforo se pone en rojo.
Después de un rato, dos jovencitas que están en el crucero con la lona se sientan a descansar. Mientras toman el fresco, platican entre ellas. Una tiene 21 años y la otra 20, dicen ser primas. Ninguna estudia actualmente. La menor dejó la escuela después de la pandemia y encontró esta oportunidad; la otra también estudiaba hasta antes de la pandemia, pero con el cierre y las clases a distancia, también los dejó. Hace unos meses entró como recepcionista en un gimnasio, pero cuando vio que varios de sus compañeros empezaban a enfermar de covid, dejó de asistir.
“Una tía nos contó de esto, y quisimos venir”, dice una. “Nuestra tía tiene unos conocidos y nos dijo que iban a necesitar gente, pues quisimos ver cómo nos iba”. Ellas empiezan su jornada a las 10 de la mañana y tienen que estar aquí hasta las cinco de la tarde, según dicen. “Sí nos imaginamos que iba a ser pesado, pero no nos imaginamos que sería tan así”.
Aseguran que son voluntarias, pero cuando se les pregunta si reciben algún tipo de remuneración, se miran a los ojos y como nerviosas entre ellas, se echan a reír.
A once kilómetros de ahí, en la alcaldía Miguel Hidalgo, en un cruce de la avenida Mariano Escobedo, una escena parecida se repite. Dos personas, con un par de playeras blancas y percudidas, cubrebocas dispares y un par de cartelones, hechos de un plástico viejo y arrugado, tan percudidos, que parecen de la campaña pasada.
Durante la luz roja, Vianey García, junto con un señor con el cabello cano y piel arrugada muestran una imagen de tamaño real del actual alcalde morenista (que busca reelegirse) Victor Hugo Romo. Vianey, a diferencia de las personas del cruce del PAN no tiene problema en decir su nombre.
Según cuenta, ella llegó aquí por el grupo de Whatsapp de participación de su colonia. Vecina de la colonia Anáhuac, justo en el límite de este crucero, pertenece a un grupo de atención social organizado desde la alcaldía, gracias al programa de atención La Empleadora; una iniciativa de la Alcaldía para supuestamente paliar los estragos del desempleo en la demarcación. El programa, según dice su página de internet, atiende a 7 mil 500 personas de la demarcación.
“Yo no estoy con Morena directamente”, asegura Vianey, “Es por parte de este programa que nos preguntaron que si queríamos participar. O sea, en el programa nos dan pláticas y cursos de cómo conseguir empleo, además de un apoyo (monetario). Del programa nos dijeron que si queríamos ayudar en esto, pero por aparte, no es parte del programa”, asegura.
“Yo digo que es un buen alcalde”, dice respecto a Victor Hugo Romo, “ha ayudado mucho, he visto que se preocupa, aunque la delincuencia no ha disminuido. Lo que sí es que ayudó a muchas personas con eso de los programas, porque la que estuvo antes, Xóchitl (Gálvez) quitó todos los programas. Ese es nuestro miedo, que si gana el PAN u otro, pues que los programas nos los van a quitar”.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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