En Italia empiezan a surgir nuevas zonas rojas en el sur por la extensión de contagios del coronavirus. El miedo de las autoridades es claro: el sur, ya afectado por su mala sanidad, no cuenta con los servicios sanitarios que existen en el norte, lo que la hace más frágil ante lo que llegará sin remedio
Por Cynthia Rodríguez
Foto: Cortesía
MILÁN, ITALIA.- Después de la emergencia en el norte del país, donde se concentra más del 60 por ciento de los casos de coronavirus, el terror de que la enfermedad llegue como un Tsunami al sur de Italia es ya latente.
Pareciera cuestión de horas. Lo que tanto se temió el pasado 7 de marzo cuando miles de ciudadanos comenzaron a escapar desde la Lombardía al sur de Italia al enterarse que toda la región y once provincias se convertían en Zona Roja, ya comenzó a tener un efecto muy grave en otras regiones.
Este lunes nos despertamos con la noticia de que Medicina, una población de la región Emilia Romaña con 17 mil habitantes, ha sido ya cerrada como la nueva Zona Roja por existir ahí ya 54 casos con coronavirus. Quedó completamente aislada.
Las autoridades regionales han tomado la decisión para contener y salvar el área metropolitana de Boloña, capital de Reggio Emilia, de más contagios, pues hasta ahora, ahí, no han habido más casos.
Lo mismo ocurre más al sur, en la región de Campania, donde la provincia de Salerno ha decidido aislar otras cinco comunidades por los altos contagios que están desarrollándose al interior de Ariano Irpino, Sala Consilina, Caggiano, Polla y Atena Lucana.
Son las nuevas zonas rojas dentro de la gran Zona Roja en la que se convirtió Italia desde el 11 de marzo pasado.
Luego de que en la región de Lombardía se endurecieron las medidas para contener al virus, se calcula que en los últimos cinco días, viajaron unas 100 mil personas por tren, avión o carretera desde el norte a las regiones de Reggio Calabria, Sicilia, Campania y Apulia, principalmente, aunque regiones como Emilia Romaña, Lazio y Las Marcas, ya también comienzan a tener un despunte en los casos de contagio por coronavirus.
Daniela N., originaria de Reggio Calabria, pero que vive y trabaja en Milán, regresó hace tres días al sur y lo primero que hizo fue acudir a la estación de policía de su ciudad para autodenunciarse.
“Lo primero que hice llegando a mi ciudad, fue presentarme con la policía y decir que había viajado toda la noche en carro desde Milán. Entregué mi autocertificación y aunque me siento bien, me metí inmediatamente en cuarentena. A mi padre y mi hermana los saludé de lejos y estoy encerrada en mi casa sin tener contacto con nadie más”.
Esta acción, llamada autodenuncia la han realizado 20 mil personas en Sicilia, 4 mil en Calabria, 1700 en Campania, 760 en Apulia y 571 en Basilicata, es decir, menos de 30 mil de las 100 mil que las autoridades ahora calculan como total de las personas que han viajado en estos últimos días.
El goberador de la Apulia, Michele Emiliano, la ha llamado ya la Gran Ola, un tsunami después del terremoto que ha ocurrido al norte del país, donde aún no se han podido controlar los contagios.
De hecho en regiones como el Véneto, ya su gobernador Luca Zaia advirtió que o se respetan las reglas de no salir de casa o decretará el toque de queda entre la población.
El miedo de las autoridades del sur es claro: el sur, ya afectado por su mala sanidad, no cuenta con los servicios sanitarios que existen en el norte, lo que la hace más frágil ante lo que ven, llegará sin remedio.
Los gobernadores han tratado de hacer un dordón sanitario contra esta “bestia infame”, como la ha llamado Emiliano, aunque reconocen que es un muro poroso y los números lo confirman, pues en pocos días, los casos por coronavirus en todas las regiones del sur se han duplicado.
En regiones como Apulia sus cuentas no son esperanzadoras: “Aquí tenemos espacio sólo para 200 personas que necesiten estar en terapia intensiva. Mantengámolos hasta ahí”, señala el gobernador como si de verdad pudiera decretar el fin de los contagios.
Mientras, el primer ministro Giuseppe Conte lanza sus últimas advertencias: “No bajemos la guardia porque están por llegar aún los días más difíciles”.
El pico de contagios en Italia aún no ha llegado a lo más alto.
Periodista mexicana radicada en Italia, donde ha sido corresponsal para varios medios. Autora del libro Contacto en Italia. El pacto entre Los Zetas y la '
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