Vecinos del relleno denuncian que el mal manejo de éste ha afectado su salud y al medio ambiente de la Reserva de la Biósfera de Tehuacán – Cuicatlán, zona protegida por su biodiversidad y declarada Patrimonio de la Humanidad
Texto: Carolina Espinosa y Samantha Nolasco / Lado B
Fotos: Carolina Espinosa / Lado B
PUEBLA.- Rosella Sánchez Morales es de la junta auxiliar de Santa María Coapan y recuerda que cuando era niña respiraba aire puro. Ahora, la contaminación por el Relleno Sanitario, ubicado a la orilla de esa comunidad de Tehuacán, ha invadido el aire y coincidentemente han aumentado las enfermedades estomacales, las respiratorias, que cada vez tardan más en sanar, y los casos de cáncer.
Con impotencia y tristeza, Rosella narró a LADO B que el cáncer es una de las batallas más duras que ha enfrentado, ya que perdió a un hijo a causa de leucemia y en años recientes a su hija, de 20 años, fue diagnosticada con la misma enfermedad, “es un dolor que no se le desea a nadie”, dice la mujer.
“Ya no quiero que la gente de mi pueblo siga sufriendo de esas terribles enfermedades, las autoridades han visto este relleno sanitario como un negocio y una minita de oro sin ver cómo daña a los habitantes”, expresó.
Hasta el momento se desconoce la cifra exacta de personas que padecen estas enfermedades a causa de la contaminación que ha provocado el relleno sanitario en Coapan, pues la mayoría de sus habitantes no tienen acceso a los servicios de salud pública, lo que agrava la detección y tratamiento de enfermedades derivadas de la contaminación a la que están expuestos.
De acuerdo con el informe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que elaboraron integrantes del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) y del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) existe la posibilidad de que haya una relación del cáncer con compuestos contaminantes, como el emitido por los automóviles y los gases que se despiden de los rellenos sanitarios.
“Las personas podrían desarrollar cáncer por su carga genética, pero este padecimiento también se puede ver modulado por la exposición a contaminantes”, evaluó Karen Nava Castro, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
Al respecto, la regidora de Salud de Santa María Coapan, Karina Trujillo Bravo, declaró que “la misma gente que ha tenido familiares con cáncer, han comentado que los mismos doctores les preguntan si viven cerca de un relleno sanitario”, expresó.
Dijo que desde hace cuatro años se han hecho aún más notables las afectaciones que el tiradero ha ocasionado a la junta auxiliar. Trujillo Bravo es una de las actuales funcionarias que en varias ocasiones ha manifestado que el relleno debe ser clausurado, oponiéndose incluso al presidente auxiliar Gabino Cecilio Santiago.
La contaminación que emana del Relleno Sanitario, ubicado a sólo a 3km de la ciudad de Tehuacán, no sólo se puede detectar en la mala calidad del aire evidente por los olores que despide, sino también en la tierra que se ha visto perjudicada pues las plantas endémicas de esta región, como las cactáceas, que son longevas, terminan muriendo poco después de haber brotado.
Y es que desde su existencia, en 2003, hasta hace un año, el Relleno no contaba con el manejo adecuado de lixiviados (“jugo” de la basura), contaminando los mantos subterráneos de agua de la zona, según denuncian los pobladores de Santa María Coapan.
El contrato original del relleno sanitario data de 1993, y establece que este espacio de confinamiento final de residuos funcionaría sólo durante 15 años en 6 hectáreas, y recibiría los desechos del municipio de Tehuacán, sin embargo actualmente ocupa 15 hectáreas y los municipios de Zapotitlán Salinas, San Antonio Texcala, San Gabriel Chilac, Vicente Guerrero, Tlacotepec de Benito Juárez y Altepexi también hacen uso de él.
Además de la extensión en su existencia, el relleno viola la norma 083 de Semarnat, que establece un manejo diferenciado de residuos, es decir separación de basura, que los desechos no estén a cielo abierto, se trate el jugo de la basura y se eviten las explosiones.
Esta situación ha sido denunciada desde hace tiempo por vecinos de Santa María Coapan: Gastón de la Luz, Magdalina Reyes Flores, José de Jesús, Bernabé Flores, Juan Cortés, Rosella Sánchez, Lorenza Evangelista y Guillermina Hernández, pero los gobiernos municipal y auxiliar los han ignorado.
Este tiradero de desechos se encuentra dentro de la poligonal de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, que fue decretada en 2018 como Patrimonio de la Humanidad Mixto (natural y cultural) por la UNESCO; esta reserva abarca 20 municipios de Puebla y 30 del estado de Oaxaca en donde se encuentran especies endémicas y una gran riqueza biológica y cultural.
Sólo hace un año se reiteraron los esfuerzos de las autoridades mexicanas para cuidar este espacio por su importancia histórica así como biocultural, ante las prácticas humanas de sustentabilidad que todavía se llevan a cabo en la zona, como la recolección y el pastoreo.
Otro riesgo para el balance natural del ecosistema de la Reserva son los más de 500 perros ferales que habitan alrededor del Relleno, que ha propiciado las condiciones para su reproducción, pues ahí encuentran una fuente ilimitada de alimento y caza, de conejos y aves de la zona, dijo en entrevista para LADO B el biólogo Fernando Reyes, quien trabaja en la Reserva de la Biósfera.
Para Reyes la responsabilidad de vigilar el manejo del Relleno Sanitario es del municipio de Tehuacán, pero también del Gobierno del Estado, así como la Semarnat, pues deben supervisar que se lleven a cabo los lineamientos de la Ley de Residuos Sólidos o, en dado caso, compensar el daño que se ha producido.
Nueva administración pocos cambios
Este espacio en el que se apila todo tipo de basura, desde orgánica, inorgánica, desechos de animales, así como residuos de textileras, había sido manejado por autoridades municipales, pero desde hace un año la operación del Relleno está a cargo de la empresa Tersa del Golfo, que “ya tiene una demanda en Cuautitlán Izcalli por el mal manejo de otro relleno sanitario”, dijo en entrevista el biólogo Jorge Tadeo Vargas, integrante del colectivo de investigadores Laboratorio de Investigación, Desarrollo Comunitario y Sustentabilidad.
Durante un recorrido que ofreció la empresa a los representantes de Santa María Coapan, quienes se oponen a que el relleno siga operando, y en el que también participó el biólogo y de las reporteras de LADO B, fue posible observar algunas de las irregularidades, como el pésimo tratamiento de lixiviados, que no hay celdas de confinamiento específicas, que la basura se apila o se entierra solamente, y que hay pocas salidas de gas metano (ya que la acumulación de basura genera este gas, que a su vez produce explosiones).
Además se revuelven los desechos, hay presencia de desechos de alta toxicidad a los que les dan el mismo tratamiento que al resto de la basura. “Los residuos sólidos de la industria textilera están terminando en el relleno sanitario, deberían de estar en un confinamiento de residuo peligroso y cumpliendo con las normas del gobierno mexicano, pero aquí los tienen revueltos con toda la basura”, explicó Tadeo Vargas.
El investigador destacó que las enfermedades que se están presentando en la zona son muy parecidas a las que ocurren por la contaminación de la industria textilera, como “aumento de enfermedades respiratorias, aumento de enfermedades en la piel, algunos tipos de cánceres por las sustancias que se están arrojando al relleno sanitario”.
A pesar de que llevan años solicitando que el relleno sea cancelado y de que han realizado diferentes movilizaciones en las que las autoridades han intervenido, quienes habitan Coapan se sienten “burlados” por las autoridades, ya que sólo llegan a “prometerles” soluciones sin respetar los acuerdos y sin sentir un verdadero apoyo por parte del municipio ni de la empresa responsable del manejo del relleno, por lo que solicitarán la intervención del Estado o del Gobierno Federal, y advierten que no detendrán su lucha hasta que se cancele el lugar y se repare el daño ambiental y a la salud derivados del mal manejo.
“Nosotros ya no queremos que siga el relleno, queremos un proyecto de cancelación, pero pues hasta la fecha nada”, manifestó Gastón de la Luz, uno de los representantes de Santa María Coapan y responsable de la radio comunitaria de Tehuacán.
Gastón de la Luz manifestó que sus peticiones han sido completamente ignoradas debido a “intereses” de las autoridades tanto auxiliares cómo municipales, lo que ha ocasionado que no se escuchen sus demandas, sin embargo dijo que el pueblo se encuentra en resistencia para que esto se resuelva lo más pronto posible.
“Nos quieren vender espejitos nuevamente, cosa que no lo vamos a permitir como ciudadanos y como gente originaria que tenemos derechos a decidir sobre nuestro territorio”, expresó.
Los pobladores también denuncian que no existe transparencia en los recursos que recibe la junta auxiliar, ya que mensualmente el Ayuntamiento le otorga 46 mil pesos por la renta del espacio, algunas empresas como lavanderías industriales pagan 90 mil pesos mensuales por tirar sus desechos y el líder de los pepenadores tendría que darle 20 mil pesos mensuales (10 al municipio y 10 a la junta auxiliar) para que 30 personas puedan encargarse de separar los desechos, todo ese dinero tendría que ser suficiente para que haya un mantenimiento correcto del lugar.
“Las autoridades nunca van a meter las manos para que esto se cancele ya que de ahí se benefician”, señaló una de las inconformes.
En el recorrido realizado por el área, en compañía de habitantes de Coapan, se pudo observar también que había maquinaria enterrando basura, lo que causó asombro a estos últimos pues señalaron que no se les pidió permiso para realizar esos trabajos, aunque reconocieron que eso ya ha ocurrido anteriormente, siempre sin autorización, y que es la razón por la que aumenta la extensión del relleno aún más.
Y aunque los pobladores reconocieron que sí ha habido cambios en el manejo del relleno, como la colocación de tubería para el tratado de los lixiviados, aún existe una zona donde parte de los desechos y los lixiviados escurren y temen que lleguen a áreas de consumo humano.
Entre la basura fue visible notar tierra con pigmentos azules y etiquetas de pantalones, desechos provenientes de lavanderías industriales de la maquila que, como ya se ha señalado, son contaminantes cancerígenos; también fue notable la presencia de animales muertos, principalmente pollos, los cuales provienen de algunas granjas de la ciudad.
Este trabajo fue publicado originalmente en LADO B que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original
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