El pueblo migrante que fundó la Ciudad de México

13 marzo, 2020

Apenas les bastó a los mexicas 200 años para levantar de la nada uno de los imperios más formidables del mundo. La tribu se convirtió en metrópoli. El imperio cayó en 1521, pero la ciudad que nació en 1325 sobrevivió. “Aquí vivemos”, decimos ahora

@ignaciodealba

Los aztecas salieron de la mítica Aztlán después del año 1150 pero fueron echados de un sinnúmero de lugares, antes de poder asentarse. Los guerreros intentaron echar raíces en Ecatepec, Atenco, Acuezcomac, Huehuetlán, Atlixcoán, Tecolhuacán, Tepetocan, Huitzilac, Tlapitzahuayan, Azcapotzalco, Chalco, Tizapán, Mexicatzingo, Pantitlán y Chapultepec. Prácticamente estaban dejados a su suerte o a los consejos de su dios y guía: Huitzilopochtli.

Los migrantes  se asentaron por primera vez en Coatlicamac (las fauces de la serpiente) y Cuextecaichocayan (lugar donde lloró el huasteco). Después de varias décadas llegaron a Tollan, donde se quedaron por 20 años, para después llegar al antiguo lago de Texcoco, en donde viajaron y se asentaron por diversas zonas durante varios años: Tlemaco, Atotonilco, Apazco, Tzompanco, Xaltocan, Acalhuacan, Ehecatepetl, Tulpetlac y Cohuatitlan (donde descubrieron el maguey y aprendieron a hacer pulque).

Pero la marginada tribu tuvo que irse a Pantitlán, donde fue vícitma de una epidemia.

Los aztecas se asentaron en Chapultepec por 20 años, pero ahí fueron tomados prisioneros por el tlatoani de Colhuacan, quien, ante la abundancia de mexicas en uno de sus barrios, los usó como guerreros.

“Regresen a los carrizos: ahí verán un cactus tenochtili, felizmente parada encima, el águila elevada, el águila que devora y se calienta al sol… Y ahí será nuestra ciudad de México-Tenochtitlán, ahí donde chilla el águila, ahí donde se desenvuelve y come, ahí donde saltan los peces, ahí donde silba la serpiente; México-Tenochtitlán y ahí sucederán muchas cosas”, dicen que dijo Huitzilopochtli.

Esto se puede leer en la Crónica Mexicayotl de Fernando Alvarado Tezozomoc, descendidente de Moctezuma, convertido en cronista en el siglo XVI. 

El pueblo sin tierra se vio obligado a vivir prácticamente en el lago, en el islote donde se apareció el águila. Se piensa -aunque no hay consenso- que la fecha del evento es el 13 de marzo de 1325, el día marcado en el calendario mexica es 2-casa.

Los migrantes de Aztlán habían peregrinado por 250 años, antes de encontrar refugio en ese pantano escaso.

El sitio donde encontraron el águila sobre un nopal muy probablemente se localice en Peñón de los Baños, donde está el Aeropuerto de la Ciudad de México. Otra de las versiones es que está en la Plaza Juan José Baz, “la plaza de la aguilita”, en la Merced. Y como si no faltaran versiones, otros aseguran que es ahora la Capilla de San Miguel, localizada dentro de la Catedral Metropolitana.

La nueve familias que conformaban la tribu levantaron un templo a su dios Huitzilopoztli, hicieron casas de carrizales y paja y se dedicaron a comer la fauna del lugar: huevos de mosca, renacuajos, ranas, culebras, insectos, axolotes, peces, patos y con suerte liebres, conejos y venados.

La tribu marginal logró ingeniárselas para vivir en el lago (construyeron canoas, canales y chinampas). Por primera vez la tribu logró asentarse, hacer fortuna y alimentar a su creciente nobleza. Aunque aún bajo el el yugo de los pueblos vecinos del lago.  El pueblo del pantano sembró  álamos para ganarle terreno al agua.

La palabra México significa el “ombligo de la luna”, seguramente la luna representada como el lago de Texcoco y la isla dentro del cuerpo de agua representado como ombligo.

El pueblo tenía limitaciones para hacerse de recursos en la laguna. Así que los mexicas optaron por ofrecer servicios como mercenarios a los pueblos mejor provistos, como Azcapotzalco, y a los tepanecos. 

Con su especialización en la guerra, los los mexicas lograron rebelarse a sus patrones en 1428. La guerra se convirtió en vocación y el olvidado pueblo de la laguna se dedicó a someter pueblos y cobrarles tributos.

En su etapa imperial, los mexicas conformaron uno de los mejores ejércitos de Mesoamérica. Sus dominios se extendieron del Golfo hasta el mar Pacífico. Tenochtitlán se convirtió en una sofisticada metrópoli. Antes de la llegada de los españoles, la ciudad era la más poblada del mundo, con 300 mil habitantes. Incluso más que Constantinopla (250 mil habitantes) y París (200 mil). 

El imperio de México-Tenochtitlán cayó en 1521, a manos de los conquistadores. Pero como dice el ensayista Gilbert K. Chesterton “los imperios nunca fueron importantes”. En cambio, las ciudades no desaparecen. Sobreviven a los imperios.

Y para muestra, ahí están: Jerusalén, Babilonia, Persia, Macedonia, y México-Tenochtitlán.

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Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).