El «paciente uno» de covid en Italia es un niño que tuvo síntomas de sarampión

9 diciembre, 2020

Estudios clínicos de un pequeño de 4 años al que le tomaron una muestra -que luego fue congelada- para detectar sarampión, indican que éste sería el primer paciente con covid-19 en Italia, y que tuvo el virus tres meses antes que el primer caso el diagnosticado oficialmente

Texto: Cynthia Rodríguez

Foto:  Prasesh Shiwakoti / Unsplash

MILÁN.- El SARS-CoV-2 estaba presente en Italia hace más de un año: así lo demuestra el análisis de la prueba nasofaríngeo de un niño de 4 años, llevado a urgencias de Milán el 30 de noviembre de 2019 con síntomas respiratorios y vómitos, que duraron más una semana, cuyo estudio ya fue publicado en la revista Emerging Infectious Diseases.

Al día siguiente de que llegó a urgencias, el pequeño presentó en la piel manchas similares a las del sarampión, pero en realidad padecía otra enfermedad. El hisopo, observado meses después, mostró que la causa de los trastornos fue el coronavirus, más de tres meses antes de su aparición oficial con el «paciente 1» de Codogno, el 20 de febrero de 2020, según el estudio de la Universidad Estatal de Milán.

La historia

El 21 de noviembre de 2019 en Milán, un niño de 4 años que asiste a preescolar se enfermó de tos y resfriado, sin embargo, no era la dolencia habitual de la temporada, pues no mejoraba.

Siete días después, el 30 de noviembre, llegó a urgencias porque comenzó a vomitar y empezó a tener dificultad para respirar. Al día siguiente su piel se llenó de burbujas y el 5 de diciembre le realizaron un hisopo en la garganta, que es la prueba habitual del sarampión con la que los médicos la pueden detectar. 

Pero ese no era el diagnóstico correcto, y aunque el niño se curó, el hisopo, como es costumbre, se conservó en el congelador a menos 80 grados en el laboratorio de la universidad, pues actúa como centinela en la red ‘Moronet’ para la propagación del sarampión. 

Casi un año después, un grupo de investigadores universitarios se preguntó: “¿y si fuera covid?”. 

Fue en ese momento que se tomaron 39 muestras congeladas, que datan de septiembre de 2019 a febrero de 2020. Treinta y ocho resultaron negativas, pero el hisopo de aquel niño no. 

En ese hisopo de algodón, hace más de un año, ya estaba el coronavirus, cepa de Wuhan. El examen realizado en el laboratorio universitario del que son responsables Elisabetta Tanzi y Antonella Amendola es el mismo hisopo molecular que se utiliza hoy para el diagnóstico de positivos de covid-19.

El hisopo, observado muchos meses después, mostró que la causa de los disturbios fue el coronavirus, más de tres meses antes de su aparición oficial con el «paciente 1» de Codogno. 

«La idea era investigar retrospectivamente todos los casos de enfermedad exantemática identificados en Milán entre septiembre de 2019 y febrero de 2020, que dieron negativo en sarampión», explica Silvia Bianchi, una de las autoras del trabajo. 

De hecho, la infección por Sars-CoV-2 puede causar un síndrome similar al de Kawasaki y manifestaciones cutáneas comunes a otras infecciones virales. Era concebible que el virus hubiera estado circulando durante algún tiempo, señalan los investigadores, y su propagación prolongada (y silenciosa) en el norte de Italia podría explicar en parte el impacto devastador de la primera ola. 

El hallazgo

El estudio de la Universidad Estatal de Milán, coordinado por Elisabetta Tanzi, se realizó en el laboratorio acreditado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) para la vigilancia del sarampión y la rubéola.

“Ninguna prueba es 100 por ciento segura, pero esa es la más precisa que tenemos y detecta directamente el ARN del coronavirus, no (como es el caso de los análisis de sangre) los anticuerpos que también podrían reaccionar en contacto con virus similares”. 

“Pero no nos detuvimos ahí”, cuentan Tanzi y Amendola, “y para estar completamente seguros de que era Sars-Cov2, también leímos todas las bases de una porción de su RNA, que corresponde al cien por ciento al de Wuhan”.

La investigación está también firmada por el decano de Medicina de la Universidad de Milán Gian Vincenzo Zuccotti. 

«Tampoco puede ser un caso de contaminación de laboratorio», razona Mario Raviglione, también autor del estudio, profesor de salud global en la Universidad de Milán y en la Universidad Queen Mary de Londres.

«Ese laboratorio se cerró en marzo y nunca ha realizado pruebas con hisopo covid». En Francia, de manera similar, el hisopo de un hombre recolectado el 27 de diciembre se almacenó y se encontró positivo meses después. «La explosión que tuvo el coronavirus en el norte de Italia a finales de febrero – según Raviglione – es perfectamente compatible con una infección que ya lleva semanas o meses».

El análisis filogenético de los virus secuenciados hasta ahora sugiere la aparición de Sars-Cov2 en octubre-noviembre en China. Esto se logra ordenando todas las secuencias de ARN o Rna de los coronavirus que se encuentran a lo largo del tiempo a lo largo de un árbol genealógico. 

Volviendo a lo largo de las ramas, también es posible reconstruir las raíces y estimar el momento de la aparición de un nuevo virus en humanos. 

«Para tener los primeros síntomas el 21 de noviembre -continúa Raviglione- el niño probablemente se infectó 4 o 5 días antes. Ni él ni su familia habían viajado. Así que el coronavirus ya estaba presente en el norte de Italia a mediados de noviembre, confundido con los síntomas de gripe». 

El Instituto Superior de Salud, con un análisis de junio coordinado por Giuseppina La Rosa, también había encontrado el genoma Sars-Cov2 en las antiguas muestras de aguas residuales tomadas en Milán y Turín el 18 de diciembre de 2019 y en Bolonia el 29 de enero de 2020. 

«La idea surgió de esa noticia» explican Tanzi y Amendola. En el agua el virus está muy diluido. Para ser detectado, tenía que estar presente en cantidad ”. 

«Esperamos que otros laboratorios”, concluye Raviglione, “tengan ahora la misma idea de recuperar los hisopos viejos y analizarlos para el coronavirus. Así podríamos reconstruir un mapa más preciso de la llegada de la infección a Europa».

Cynthia Rodríguez

Periodista mexicana radicada en Italia, donde ha sido corresponsal para varios medios. Autora del libro Contacto en Italia. El pacto entre Los Zetas y la 'Ndrangheta, sobre los lazos entre uno de los grupos criminales más antiguos del mundo y uno de los cárteles emergentes más temidos de toda la historia en México. Tiene una maestría en Migración por la Universidad de la Sapienza y otra sobre Combate a la criminalidad organizada y la Corrupción por la Universidad de Pisa.