El negocio editorial detrás de la promoción de la lectura

19 septiembre, 2024

Fondo Ventura, la asociación civil detrás de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, obtuvo millones de pesos en donativos del gobierno estatal 2010 y 2023, en detrimento de programas gubernamentales

Texto: Rocío Flores y Lisbeth Mejía Reyes* / CAPIR*

Ilustración: Beto García

OAXACA. – En el estado de Oaxaca, al sur de México, cada mes de octubre se realiza la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO). Los organizadores, los empresarios Guillermo Quijas-Corzo y su esposa, Vania Reséndiz, la promocionan como un espacio dedicado a la difusión de los libros, le llaman “la fiesta de las letras”.

La FILO en realidad es una iniciativa privada a la que el Estado le ha otorgado sumas millonarias, privilegiando a un consorcio familiar qué, según sus críticos, forma parte de la élite cultural. En contraparte a los programas públicos les ha disminuido su financiamiento o incluso los ha desaparecido.

En entrevista exclusiva para este reportaje, Quijas-Corzo sostuvo que empresas de visión filantrópica han sido el sostén de más del 50% de la FILO, lo cierto es que la mayor parte se subsidia con dinero de los tres niveles de gobierno.

La feria incluye en su programación temas coyunturales que han generado críticas. En octubre de 2019, Vania Reséndiz anunció que en esa edición las escritoras, poetas e ilustradoras serían las protagonistas. En respuesta, cientos de mujeres feministas de Marea Verde reprobaron su declaración y publicaron en redes sociales el hashtag #AsiNoFILO. Vieron la propuesta como oportunismo, pues cuando en el Congreso local se discutió el derecho al aborto, los empresarios no se pronunciaron.

El colectivo tenía la premisa de que si la FILO y sus organizadores buscaban incidir en sus causas, y dado que utilizan dinero público, debían otorgar salarios justos, y horarios dignos a más de la mitad de su equipo integrado por mujeres; transparentar el uso de recursos y dejar de contratar a escritores e ilustradores señalados de agresores.

Aquella inconformidad fue la “punta del iceberg” que emergió en octubre del año pasado, cuando algunos libreros independientes reprocharon a las autoridades la ausencia de programas de promoción de la lectura y para autores locales, así como de subvenciones para otras iniciativas de la misma manera que se otorga a Fondo Ventura, la asociación detrás de la feria.

También fue el detonante de esta investigación desarrollada durante seis meses con el apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Independiente en la Región. El reportaje tiene la intención de mostrar cómo, sin distinción de partido, los gobiernos han otorgado dinero público.

Se basa en entrevistas exclusivas, decenas de solicitudes de información y análisis de los reportes que Fondo Ventura entregó a las secretarías de Cultura y Hacienda y al Servicio de Administración Tributaria en el país. 

De la indagación se concluye que el grupo familiar detrás de la FILO recibió 75. 7 millones de pesos (USD 3.7 millones) de donativos en un poco más de una década, más de la mitad fueron recursos públicos. Además de publicidad gratuita y otros apoyos. La mayor cantidad entregada por la administración estatal después de la pandemia fue precisamente con el gobierno de la austeridad, que enarbola el aún presidente Andrés Manuel López Obrador.

Quijas Corzo y Vania Resendiz.

El origen: cooperativa Proveedora Escolar

Los antecedentes del ascenso de Guillermo Quijas-Corzo en el mundo cultural de México en general y en el sur del país, en específico, se remontan a mediados del siglo XX, cuando un profesor rural, Ventura López Sánchez, nacido en 1916, y otros docentes abrieron en Oaxaca una cooperativa denominada Proveedora Escolar, para facilitar material escolar a la población del estado. Con el paso del tiempo la sociedad se disolvió, pero el nombre quedó asociado de manera indisoluble a los herederos de su notorio fundador.

Lo mismo ocurrió en 1974, cuando el mismo profesor fundó, junto con sus compañeros de la Unión de Libreros de Oaxaca, una pequeña feria del libro en dicha región. Este hecho sería un hito en la evolución cultural y editorial del estado (que hoy tiene una población de más de 4 millones de habitantes) y en un punto de inflexión que marcaría el futuro de dos de los herederos del profesor: desde su hija, la arquitecta y empresaria Claudina López Morales, hasta su nieto Guillermo Quijas-Corzo López.

En 2002, después del fallecimiento del profesor López Sánchez a los 86 años, se inauguró una nueva etapa en la historia de la familia y sus vínculos con la cultura de Oaxaca. Su hija Claudina López Morales heredó, junto a sus hermanas, la empresa Proveedora Escolar. 

El nieto del profesor Ventura López, que entonces estudiaba Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana de Puebla, asumió la gerencia general de la empresa familiar y, con el transcurso de los años, se fue convirtiendo en uno de sus mayores accionistas junto a su madre. En 2003, Quijas-Corzo empezó a dirigir la Feria del Libro de Oaxaca, una marca asociada al festival creado por su abuelo. En aquel puesto permaneció hasta el 2020.

El escritor César Rito Salinas, entrevistado para este reportaje, considera que la nueva versión de la feria, a la que se le empezó a denominar como internacional desde el 2010, comenzó a forjarse entre 1998 y 1999, cuando Claudina López se vinculó con el filósofo y escritor Leonardo Da Jandra y con José Murat Casab, gobernador de Oaxaca por el PRI entre 1998 y 2004.

Según esta versión, el escritor tuvo la idea; el alto funcionario, la visión de la cultura como posibilidad de atraer recursos federales, y la hija del profesor Ventura fue el nexo entre ambos. “Oaxaca no tiene empresas, pero tiene una bandera que facilita el acceso a todas las empresas, que es la cultura. La bandera la tienen ellos”, dijo Rito.

Claudina López también era cercana al artista oaxaqueño Francisco Toledo, quien logró fama internacional por su arte y por sus acciones de carácter filantrópico. En esas fechas él ya había consolidado con recursos propios algunos centros culturales como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.

En el 2000, Claudina Morales trabajó con el artista en la remodelación de una fábrica de hilados y tejidos, adquirida con 60% de dinero público y 40% con recursos del pintor. La empresaria fue afianzando su amistad con Toledo y, a la par, sus relaciones con personajes del poder, del sector público, empresarial y cultural del estado y de México.

Sobre los cimientos de aquellas relaciones y asociación de esfuerzos, Quijas-Corzo amplió su línea empresarial ligada al mundo editorial. Lo hizo a través de dos nuevos emprendimientos vinculados con la memoria de su abuelo. En 2004,  fundó con su madre como socia la asociación civil Fondo Editorial Ventura, de la que fue su presidente, como consta en varios convenios con el gobierno estatal y el federal. Una década después cambió el nombre por Fondo Ventura y la registró ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) como marca dedicada a la educación, formación, difusión de conocimiento y cultura, organización de actividades recreativas y exposición con fines culturales.

Junto al cambio de nombre también se modificó la presidencia del consejo directivo. Vania Erika Resendiz Cerna, esposa de Quijas-Corzo desde 2014, asumió la dirección de la asociación hasta la actualidad. Mientras que el nieto del profesor Ventura quedó como presidente honorario. Después de ese periodo, Fondo Ventura integró como socio, durante dos años, al artista Francisco Toledo.

Biblioteca Profesor Ventura López

Almadía reestructura la feria 

En 2005, Quijas-Corzo creó la Editorial Almadía, en calidad de director general, junto a tres socios: la escritora y editora Ave Barrera García; el escritor Leonardo García Palencia, como asesor literario; y la profesora y empresaria Gabriela López Morales, como subgerenta. El escritor y editor Jorge Pech, excolaborador de Almadía, recordó que García, conocido como Leonardo Da Jandra, fue clave en el crecimiento “debido a que establecía alianzas con escritores o directivos de instituciones culturales”.

Tras la muerte del profesor Ventura López en 2002, y a la par de la creación de Fondo Ventura y Editorial Almadía, Quijas-Corzo asumió las riendas de la Feria del Libro de Oaxaca. Lo consiguió formalizando la estructura empresarial. En 2010, Quijas-Corzo cambió el nombre a Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) y la marca fue registrada en 2017 por Fondo Ventura.

De esta forma, la iniciativa del profesor Ventura López fue transformada y hoy se promociona como un festival cultural, un espacio para la difusión de los libros y de encuentro del gremio editorial de Oaxaca, México e Iberoamérica. La feria que se realizaba en la Alameda de León y el zócalo de la capital del estado se mudó en 2018 al Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca, un bien público administrado por el gobierno estatal por medio de un fideicomiso.

La FILO fue registrada en el IMPI como marca para el periodo 2017-2027 para la promoción y comercialización de libros, publicidad, eventos promocionales; campañas y espectáculos interactivos; organización de exposiciones y ferias con fines comerciales. De igual forma, para la organización de actividades educativas, y exposiciones con fines culturales, entre otras similares.

La figura detrás de la FILO 

Fondo Ventura, filial de Proveedora Escolar y Editorial Almadía, se constituyó como la figura jurídica para recibir el financiamiento de la FILO, su principal iniciativa. Llegó a tener otros programas que ha ido abandonando: la Residencia Ventura-Almadía que solo emitió dos convocatorias y la biblioteca Profesor Ventura cuyo inmueble obtuvo en comodato en 2016, y solo estuvo abierta dos años. El ayuntamiento dijo que se suspendió, mientras que Quijas y Reséndiz afirman en entrevista que fue por la pandemia y que pronto devolverán el inmueble, aunque el contrato vence hasta 2031.

Para conocer los mecanismos para otorgar recursos a esta asociación, solicitamos información a la Secretaría de Culturas vía transparencia. La institución informó que solo tiene que presentar un oficio en el que describa su actividad y que ésta sea acorde al Plan Estatal de Desarrollo. Si existe el presupuesto disponible se lo otorga de manera directa. No existe ninguna evaluación.

Consultamos también los reportes de las donatarias de la Secretaría de Hacienda para obtener información sobre los recursos. Fondo Ventura recibió 75. 7 millones de pesos en donaciones (USD 3.8 millones) entre 2010 y 2023. Más de la mitad, 39 millones (USD 1.9), fueron recursos públicos, según los reportes anuales de donatarias autorizadas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de México. 

Los montos más altos fueron durante la administración de Gabino Cué Monteagudo, de la alianza Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano: 11 millones de pesos entre 2010 y 2016. La cifra es casi el doble de lo que destinó en ese periodo para la publicación de sus dos colecciones editoriales: Parajes e Infantil y Juvenil, que contaron con 6.8 millones (USD 340 mil) y para las que incluso tuvo que gestionar fondos federales.

La cifra descendió con Alejandro Murat Hinojosa, del PRI, a 9.3 millones de pesos (USD 465 mil) entre 2017 y 2022, cuando ocurrió la pandemia y se paralizaron los eventos culturales. En ese sexenio, el hijo del ex gobernador José Murat Casab extinguió las colecciones editoriales.

Millones para un festival de 10 días

En el 2023, Fondo Ventura recibió 5 millones de pesos (USD 250 mil) de dinero público para este festival que dura solo 10 días. De esos, la Secretaría de Cultura de México le dio 1.8 millones (USD 90 mil) mediante el programa Apoyo a Festivales Culturales y Artísticos (Profest) y 3 millones (USD 150 mil) fueron de la administración estatal, del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas. Por ley, el objetivo del fondo es compensar los desequilibrios presupuestales que sufren los estados por la disminución de las participaciones federales.

Además, recibió 200 mil pesos (USD 10 mil) del municipio de Oaxaca de Juárez, así como publicidad de la televisora estatal y del sistema de transporte gubernamental: Citybus.

En contraparte, el gobierno de Oaxaca destinó en ese mismo año 4 millones de pesos (USD 200 mil) para su política sexenal de cultura: “Programa de Fomento a las Culturas Vivas, Lenguas y Artes”, con el cual busca recuperar cinco lenguas –de las 11 que hay en esta entidad– que están en riesgo de desaparecer. Según el gobierno es único en el país por su enfoque de reparación histórica y de reconciliación con las culturas originarias.

La aportación del gobierno morenista fue igual al monto que proyectó para operar el Museo de Arte Contemporáneo y de las Culturas Oaxaqueñas de julio a diciembre de 2024. Es mayor a lo que destinó en 2023 para el Museo Ervin Frissel, 2.5 millones de pesos (USD 125 mil), y dos veces más del que dio al Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en ese año: 1.3 millones (USD 65 mil) distribuidos entre 49 personas creadoras de todo el estado.

Recursos públicos, el soporte de la FILO

En entrevista vía electrónica, Reséndiz y Quijas-Corzo respondieron que realizar la feria ha requerido entre 5 y 10 millones de pesos (USD 250 mil-500 mil). Aunque según los datos del SAT solo en 2018 costó más de 8 millones (USD 400 mil) y en 2015 alcanzó 9.2 millones (USD 460 mil). Lo último incluye la feria y otras actividades.

Según los empresarios, los recursos privados han representado el 60% del costo y los públicos el 40%. Pero al analizar los datos del SAT, en los últimos seis años, de 2018 a 2023, comprobamos que los recursos públicos representan más. 

De los reportes de Hacienda y del SAT, así como de las solicitudes de información, concluimos que el principal destino de los donativos de Fondo Ventura ha sido y es la FILO y la administración estatal la ha sostenido gran parte. El gobierno de Salomón Jara Cruz pagó al menos el 50.2 % en 2023. El de Murat (PRI), el 59 % en 2018, y el de Gabino Cué (PAN-MC) más del 54 % en 2016. 

Como donataria autorizada, no es ilegal que reciba recursos públicos, sin embargo, está obligada a transparentar el destino de sus donativos. No obstante, sus informes ante Hacienda son irregulares e inconsistentes y no siempre coinciden con los que presenta al SAT. Por ejemplo, respecto a los sueldos y salarios de sus empleados y de su órgano de gobierno. Lo mismo con los datos sobre sus voluntarios y  trabajadores, en ambos casos señala que no tiene desde el año 2020. A pesar de que han estado en todas sus ediciones.

Este año, Fondo Ventura no fue beneficiada en el programa Profest, aunque los empresarios aseguran que sí tendrán el apoyo del gobierno del estado.

Hasta el cierre de este reportaje, las autoridades no habían confirmado alguna aportación a la iniciativa en este año.Tampoco respondieron a nuestra solicitud de entrevista para conocer los criterios para apoyar a la feria, los montos que se le ha otorgado en los últimos años y si la evalúan para conocer su efectividad en la promoción de la lectura.

Proveedora Escolar y los contratos con el Estado

Para esta investigación consultamos el Sistema Integral de Gestión Registral (SIGER 2.0) del Sistema de Registro Público de Comercio: Claudina López Morales, hija del profesor Ventura López, figura como propietaria de la Proveedora Escolar.

Debido a que la empresa ha sido señalada como privilegiada de las administraciones por ser parte de la élite cultural, indagamos en la plataforma QuiénEsQuién.Wiki los datos sobre sus contratos públicos y las adquisiciones del Estado. La información fue verificada en el sistema gubernamental Compranet y en la Plataforma Nacional de Transparencia.

De ahí concluimos que la Proveedora Escolar ha sido beneficiada con al menos 193 contratos y adquisiciones en diversas instituciones en dos décadas, los cuales ascienden a 50.8 millones de pesos (USD 2541 ). De estos, 129 son por adjudicación directa; 18 por invitación a tres y 42 por licitación pública; otros cuatro no se especifican.

Estas son las instituciones que tienen los montos más altos por adquisiciones o contratos firmados entre 2010 y 2016, es decir, durante el gobierno de Gabino Cué Monteagudo. 

Entre los más recientes, destacan por las cantidades más altas dos con la Fiscalía General del Estado de Oaxaca. El primero de 2024 por 2.1 millones de pesos (USD 105 mil) para el suministro de materiales, útiles y equipos menores de oficina. Y otro de 2023 por 1.9 millones de pesos (USD 97 mil) por el mismo concepto.

En el primer caso, el procedimiento de contratación fue por invitación a tres, mientras que en el segundo por adjudicación directa.

También sobresale una adquisición del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez del año 2022 por 2 millones de pesos (USD 100 mil ) para paquetes escolares de los hijos del personal sindicalizado.

Todas estas cifras, que representan millones de pesos de dinero público, no incluyen los contratos con organismos autónomos.

A la par, la empresa, heredada en 2003 a Claudina López y sus hermanas, ha incrementado su presencia en el mercado, de tener solo una sucursal en la ciudad de Oaxaca, actualmente tiene 15 distribuidas en tres estados del país: Oaxaca, Puebla y Veracruz.

Almadía

La articulación de la empresa familiar ha logrado proyectar a la editorial Almadía nivel internacional. De cinco títulos de literatura y ficción con los que inició en Oaxaca aquel 2005, para el año 2010 ya tenía casi 70 libros  en su catálogo y publicaba 18 libros al año.

En 2022, había publicado poco más de 300 libros de novela, cuento, poesía, ensayos y algunos títulos para niñas y niños, de acuerdo con la información del mismo Quijas-Corzo.

Ese año la editorial también abrió su filial en España. Hoy Almadía Ediciones S.A.P.I. de C.V. forma parte de las Sociedades Anónimas Promotoras de Inversión de Capital Variable, figura jurídica que promueve el crecimiento de las empresas mediante la inyección de capital privado y de riesgo. Está registrada en el Censo Nacional de Empresas de España como Almadía Aljosan SL.

A la fecha tiene casi 500 libros y, de acuerdo con la directiva, la mayoría de los años han editado alrededor de 20 novedades.

El empresario atribuye el crecimiento al trabajo creativo del diseñador Alejandro Magallanes. En palabras del Quijas- Corzo “fue quien ‘le dio en el clavo’ y le ha permitido ser la punta de lanza para poder vender, promocionar y contratar a nuevos autores” y al engranaje entre la Proveedora, Fondo Ventura- FILO y Almadía. 

“Todo el proyecto (editorial) está basado en tres cosas que van de la mano: una es la producción de los libros, otra es la distribución y otra es la difusión. Entre la editorial, la librería (Proveedora Escolar) y la Feria del Libro se establece una plataforma importante para poder hacer estas tres cosas…Todo tiene que ver con la promoción del libro y la lectura”, dijo en una entrevista.

A pesar del dinero público que utiliza para la FILO como su plataforma de difusión, los empresarios definen su editorial como independiente y “orgullosamente oaxaqueña”.

El negocio nunca ha sido el libro

Una protesta feminista en 2019 marcó un cambio en la Feria Internacional del Libro. A unos días de la edición 39, mujeres del colectivo Marea Verde Oaxaca respondieron en redes sociales a Vania Reséndiz con el hashtag #AsiNoFILO. 

Semanas antes, la presidenta de Fondo Ventura declaró que las escritoras, poetas, periodistas e ilustradoras serían las protagonistas del programa. Para el colectivo fue oportunismo, ya que un mes antes se discutió en el Congreso el derecho al aborto y los empresarios libreros no se pronunciaron. 

Pensaban que si querían incidir en las causas feministas debían otorgar salarios y prestaciones justos a sus trabajadoras; dejar de contratar a escritores e ilustradores señalados de agresores, como Alejandro Magallanes, el diseñador estrella de Almadía y gran amigo del empresario Quijas-Corzo y, dado que utilizan dinero público, transparentar su uso. 

Esa fue la “punta del iceberg” que emergió en octubre de 2023. Jorge González, propietario de la librería de barrio El Burrito, y Kurt Hackbarth, editor de Matanga Taller Editorial, junto con otros gestores y editores exigieron una auditoría fiscal a Fondo Ventura y datos concretos de los beneficios de su festival, ante la ausencia de programas gubernamentales para la promoción de la lectura y subvenciones para otras iniciativas. 

Gobernador de Oaxaca, Salomón Jara en la feria del año 2023

A un año de esa exigencia reiteran que la feria es un programa ineficaz de fomento a la lectura. “De entrada, es una mala política pública. El gobierno gasta mucho aun cuando tiene enormes carencias en la estructura básica de cultura”, dice el editor.

“El negocio ya no es el libro, nunca lo ha sido en realidad, sino toda esta gestión que se hace en esta correlación que hay entre el Estado y los que se dicen representantes de la cultura”, enfatiza Jorge.

Ambos sostienen que los gobiernos se han aliado con la empresa oaxaqueña que menos lo necesita y lo que hacen es reforzar su posición en el mercado, que a su vez va creando barreras hacia otras iniciativas.

“No es una feria inclusiva, es como estos museos Guggenheim que se establecen en una ciudad sin vínculos con la comunidad. Es la idea de cultura de élite y es exactamente lo que están haciendo”, expone Hackbarth. Señala que los gobiernos se han aliado con la élite cultural del estado: un grupo de empresarios y asociaciones civiles, entre éstas Fondo Ventura. 

Desdén 

En 2023, el escritor oaxaqueño Samuel Ortiz llegó a la feria con su caja de libros pensando que lo peor que podría pasar era que lo sacaran. No lo sacaron, pero tampoco vendió nada. Su conclusión fue “si no tienes dinero para pagar una editorial o un espacio reservado en la feria simplemente eres invisible”.

El poeta y editor oaxaqueño Alejandro Aparicio Morales también nota un desdén del Estado hacia otras iniciativas ciudadanas como Abasto de Letras, un festival para niñas y niños en la Central de Abastos, que regularmente ha carecido de apoyos gubernamentales.

En 2012, Aparicio y otros autores presentaron su antología editada por Almadía. Pero no en un foro de la feria sino en una mezcalería; para él fue como relegar a los locales. Eso no sucede con escritores de Ciudad de México, de otros estados o del extranjero, a quienes les organizan fiestas, noches de mezcal y paseos por la ciudad, con cargo a los apoyos del Estado y de sus patrocinadores.

¿Por qué Quijas le da la espalda a los escritores?

El escritor César Rito resuelve: “a la feria le interesó lo político, no las letras, por eso mantiene una visión racista, en la que “el relumbrón sirve para llenarle el dinero al patrón”. Es decir, al gobernador en turno y “del partido que sea”. Y en esa estrategia, aquel comodato de la biblioteca Ventura “funciona como una carpeta de negocios”. 

Lo político, como señala Rito, se pudo observar en la edición del 2018. Con Murat en el poder, se organizó el foro Literatura y mezcal. En 2023, el gobernador, presidente municipal y otros funcionarios ocuparon algunos foros para la promoción de sus programas.

A pesar de los cambios, la estructura de poder se mantiene: recursos públicos destinados a Fondo Ventura para ampliar su red de negocios en otros países y fiestas con barra libre. “Son borracheras legendarias pagadas por el Estado ¿quién no quisiera venir a Oaxaca todo pagado? Ese es el viejo México en todos los ramos de la economía y la cultura”, dice Hackbarth.

Hasta ahora, el impacto de la FILO sigue siendo incierto, no existe una evaluación de parte del  Estado. El profesor de la Universidad Vasconcelos, Vladimir Campos Gallardo explica que existen lineamientos del Consejo Nacional Contable para el diseño de indicadores que deberían ser la base. Pero en los hechos, no hay un compromiso de saber cuáles son los impactos: “Lo relevante no es cuánto dinero gastamos y cómo sino conocer el beneficio a la población”.

A eso se suma la opinión del antropólogo Eduardo Nivón Bolán de la UAM, en entrevista dijo que no se ha podido demostrar claramente cómo influyen las ferias del libro en el fomento a la lectura en México. Lo que sí se puede demostrar es que mueven dinero y que “son de mucho interés, por algún tema cultural o político, sobre todo para los jóvenes”.

No obstante, el discurso de la FILO sigue siendo el fomento a la lectura, aunque la investigadora Alba Miranda, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, señala que su finalidad es empresarial: “Se trata de vender libros”. Como especialista en literatura infantil y juvenil considera importante leer libros de diferentes contextos, no solo la selección que hacen las ferias.

Otorgar dinero público a este festival en lugar de construir una verdadera iniciativa de fomento a la lectura es “una solución muy fácil”, añade. Y sobre esa responsabilidad del Estado, el maestro en Ciencias de la Educación y Derecho Eduardo Manzano Bizuet cita que la ley lo obliga a promover la lectura e implementar políticas públicas y asegurar sus presupuestos. En su opinión las ferias de libros son buenas, pero pueden mejorar y para eso el Estado debe asegurarse de que sean plurales.

*Esta investigación fue realizada gracias al soporte del Consorcio para Apoyar el Periodismo Independiente en la Región de América Latina (CAPIR), un proyecto liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR).

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