21 abril, 2025
El Papa Francisco falleció este lunes, dejando una Iglesia dividida entre reformistas y conservadores. Defensor de los pobres y crítico del capitalismo depredador, su papado marcó un giro progresista en el Vaticano. Mientras líderes mundiales —de Trump a Maduro— lamentan su muerte, el próximo cónclave definirá si su legado perdura o la Iglesia retrocede. Su última petición: un ataúd sencillo, símbolo de la humildad que lo caracterizó
Texto: Patricio Pérez
Foto: Graciela López / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO. – El Papa Francisco falleció en la madrugada del lunes 21 de abril, tras un prolongado deterioro de su salud. Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice latinoamericano, pidió ser enterrado en un sencillo ataúd de madera, reflejando la humildad que caracterizó su papado.
En sus últimos días, reafirmó su postura contra los discursos de odio, la desigualdad y la violencia en el conflicto entre Israel y Palestina, al que calificó como un acto de crueldad. Estas posiciones le valieron el reconocimiento de amplios sectores, dentro y fuera de la Iglesia Católica, pero también el rechazo de grupos conservadores, tanto eclesiásticos como políticos, debido a su firme defensa de la justicia social.
Leer más
El Papa Francisco denunció las causas estructurales de la pobreza, señalando que «las ideologías que promueven la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera generan desigualdad en los pueblos explotados por el sistema económico dominante». Su enfoque reformista marcó un contraste con los pontificados anteriores de Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes mantuvieron una línea más tradicional.
Leer más
Bernardo Barranco, sociólogo especializado en religiones, explicó en entrevista con Pie de Página que el papado de Francisco no debe entenderse como «de izquierda», sino como un proyecto reformista inspirado en el Concilio Vaticano II, que concibe a la Iglesia como «el Pueblo de Dios», abierta a todos, sin distinciones.
“El Papa Francisco retoma, sobre todo, el espíritu del Concilio Vaticano II, celebrado en los años 60 del siglo pasado. En él, la Iglesia hizo una introspección global. El resultado de este encuentro cumbre fue abrirse a los tiempos modernos, a la modernidad, algo que antes se había negado. Esto implicó un cambio en el modelo de iglesia: antes del Concilio, se veía como una sociedad perfecta, una maestra que guiaba a la humanidad”.
«En cambio, el Concilio Vaticano II, especialmente en su documento Lumen Gentium, propone un modelo de Iglesia como ‘pueblo de Dios’. Esto fue revolucionario, pues incluía a todos: laicos, religiosos, sacerdotes, obispos, cardenales y al propio Papa. Sin embargo, los largos pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI fueron en sentido contrario, negando esas aperturas y manteniendo posturas conservadoras que, en cierta medida, traicionaron el espíritu del Concilio. Cuando llega Francisco, tras 34 años de pontificados conservadores, retoma ese impulso de apertura, lo que genera tensiones tanto dentro como fuera de la iglesia».
Más allá de lo religioso, su mensaje tuvo repercusiones políticas: criticó el capitalismo depredador, el extractivismo y las políticas migratorias restrictivas de Europa y Estados Unidos, abogando siempre por los más vulnerables.
Tras su muerte, la Iglesia enfrenta una encrucijada: continuar su línea de apertura y justicia social o regresar a un enfoque más conservador.
De acuerdo con Barranco, la muerte de Francisco traerá un nuevo cónclave donde los cardenales de la iglesia católica elegirán al sucesor de Francisco. Aunque formalmente no hay alguna campaña, desde hace meses la prensa ha especulado sobre algunos nombres, entre los que destacan dos bandos: conservadores y reformistas.
Del lado conservador, se menciona como favoritos a los cardenales Burke, de los Estados Unidos, de corte ultraconservador; Müller (Alemania), quien fuera exjefe de la Doctrina de la Fe; y Sarah (África), crítico de Francisco.
Del lado reformista se encuentran los cardenales Savitri (Conferencia Episcopal Italiana), negociador internacional; Parolin, el favorito por su cercanía al Papa, y se menciona también a un cardenal filipino cercano a Francisco.
Barranco explica en qué consisten estas diferencias:
«Un Papa conservador alinearía a la Iglesia con gobiernos de derecha: posturas antimigratorias, anti-LGBTQ+, antiecológicas, etc. Mientras que un Papa reformista mantendría tensiones con poderes económicos y políticos, defendiendo migrantes, ecología y apertura. Incluso Trump ha presionado para evitar un Papa «incómodo». Pero la decisión final es eclesial, lo que da esperanza de que no triunfe el ala más reaccionaria».
Tras su muerte, distintos líderes mundiales expresaron sus condolencias, destacando su legado con mensajes variados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, más allá de lamentar en su cuenta de X la muerte de Francisco, ordenó poner a media asta las banderas de todos los estados, y confirmó su asistencia al funeral «Melania y yo vamos a ir al funeral del papa Francisco, en Roma. ¡Estamos deseando estar allí!»
Javier Milei, presidente de Argentina, expresó sus condolencias públicamente en la red social X:
«Ya descansa en paz. A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí».
Sin embargo, esta reconciliación póstuma contrasta con sus anteriores calificativos hacia figuras progresistas —entre ellas, su habitual uso del término «zurdos de mierda» para referirse a quienes, como el Papa Francisco, defendían políticas de justicia social—. La paradoja no pasó desapercibida: el mismo líder que en vida del Pontífice lo criticó por su enfoque hacia los pobres, ahora lo elogiaba tras su muerte.
Por su parte, Daniel Noboa, de Ecuador, elogió su valentía; mientras que Lula da Silva (Brasil) y Nicolás Maduro (Venezuela) resaltaron su lucha por la igualdad. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, lo recordó como «un humanista cercano a los pobres».
Bergoglio deja un interrogante sobre el futuro de la Iglesia: ¿Su sucesor mantendrá su legado reformista o habrá un cambio de rumbo?
Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona