Si Ricardo Anaya se preocupa por los trabajadores del carbón y por el medio ambiente, debería abandonar sus videos, documentarse más y mejor, reconocer los errores de sus mentores en el PAN y dejarse de vaguedades
Twitter: @eugeniofv
Desde hace algún tiempo el panista Ricardo Anaya recorre México y graba videos que lo muestran visitando el país de verdad, ése que desconoce casi por completo. Hace una semana tocó el turno de soportar al excandidato a los mineros del carbón de Coahuila. En el video que hizo contando su experiencia Anaya hizo omisiones graves, cometió errores importantes y lanzó mentiras y mensajes confusos sobre el futuro de la energía, las posibilidades de México en la materia y lo que se hace en otros países.
Lo peor del video está al principio, en el cinismo con el que habla de la seguridad de los trabajadores en las minas. Repitiendo obviedades como en todas sus demás incursiones en la realidad, Anaya explica que la minería de carbón “es un trabajo muy peligroso, muy pesado y muy agresivo para la salud”. Aunque lamenta las condiciones de seguridad de la mina que visita, pasa por alto que el peor accidente de las últimas décadas en una mina de carbón mexicana, el de Pasta de Conchos, Coahuila, ocurrió bajo la administración del panista Vicente Fox, que el también panista Felipe Calderón se encargó de que permaneciera impune y que ninguno de los dos hizo nada ni por mejorar la libertad sindical para que los trabajadores pudieran exigir a las empresas mejores condiciones de trabajo, ni por obligar desde el Estado a las empresas a ofrecer esas condiciones. Anaya pasó también por alto que si hay alguna posibilidad de que las familias de los muertos en el accidente de la mina de Grupo México recuperen los restos de sus seres queridos es gracias al gobierno de López Obrador y al trabajo de Luisa María Alcalde.
Lo demás no es tan directamente ofensivo solamente porque es enormemente confuso. Anaya lamenta en el video que, como le señalan sus anfitriones, el carbón va de capa caída y no se sabe si los nietos de los trabajadores podrían seguir siendo mineros si así lo quisieran. “¿Y dónde está el gobierno?”, pregunta indignado. Para su tranquilidad, y por desgracia, el gobierno de López Obrador decidió mantener viva la demanda energética por carbón y la Comisión Federal de Electricidad ha hecho inversiones fuertes en la materia, en gran medida para proteger empleos.
Después de eso Anaya aplaude que en el estado de Alberta, en Canadá, se le da dinero y capacitación a “todos los que trabajan en el carbón” para que puedan entrar a otros sectores. Eso es mentira. Solamente pueden entrar a ese programa quienes hayan perdido su empleo después del 1 de enero de 2018 y eso solamente si los habían contratado antes. En realidad, además, Alberta ha levantado las restricciones a la producción de carbón que se habían puesto hace muchos años y está haciendo un esfuerzo por revivir esa industria, aún a costa de sus paisajes y del medio ambiente. Por ejemplo, en mayo de 2020 y sin consultas públicas se rescindió una normativa que protegía las laderas de las Rocallosas frente a la minería del carbón.
Después de eso hace tres propuestas sobre energías renovables que de puro abstractas son desechables de entrada. La primera es que se debe diversificar la economía. ¿Eso qué quiere decir? ¿A qué escala? ¿En las comunidades mineras? ¿En el país? ¿En los estados con presencia minera? Decir que hay que diversificar la economía así nada más es como decir que hay que ser más sustentables sin decir cómo. En todo caso, los gobiernos panistas han trabajado en contra de esa propuesta, pues mantuvieron políticas fiscales y comerciales que ahogan a la pequeña empresa y favorecen los oligopolios nacionales y regionales que tanto daño han hecho al país.
La segunda es que se deben impulsar las energías renovables en las cuencas carboneras. Otra vez: sin especificar más eso es una perogrullada. Las grandes granjas eólicas pueden ser tan dañinas para la naturaleza y las comunidades locales si no se implementan las salvaguardas necesarias. Se debe impulsar la transición energética al revés de como lo proponen Anaya y sus cómplices en el PAN: se debe hacer de forma descentralizada, articulando pequeñas escalas, fomentando el cooperativismo. Lo demás es pretender ser ambientalistas cuando el planeta les importa un bledo.
La tercera propuesta es invertir en educación y capacitación, “dando becas y todas las facilidades”. Queda la duda de si lo que está haciendo el excandidato panista no es respaldar el programa de Jóvenes construyendo el futuro de López Obrador, porque eso es justamente lo que pretende, pero es tan vago que nunca lo sabremos.
Si Ricardo Anaya se preocupa por los trabajadores del carbón y por el medio ambiente, debería abandonar sus videos, documentarse más y mejor, reconocer los errores de sus mentores en el PAN y dejarse de vaguedades.
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