24 mayo, 2021
Es indudable que hay ambientalistas conservadores, corruptos y pusilánimes ante el poder, inclusive que Claudio X. González apoye y sostenga alguna organización ambiental. Pero ni el presidente López Obrador, ni su vocero, ni mi compañero von Bertrab nos han aclarado quiénes son
Twitter: @eugeniofv
La semana pasada el presidente López Obrador y la secretaria de Medio Ambiente, María Luisa Albores, ofrecieron una conferencia de prensa que, para quienes trabajamos en defensa del planeta y por una forma más sustentable de habitarlo, estuvo llena de claroscuros. El compromiso de la secretaria Albores con la defensa del territorio y en contra de los destrozos de la minería es innegable, y eso será un enorme legado del gobierno de la 4T. Sin embargo, la reticencia de López Obrador a llevar estas aportaciones hasta sus últimas consecuencias y su redoblada apuesta por el desarrollismo inmobiliario con proyectos como el Tren Maya limitan el alcance de esas victorias. Su insistencia en descalificar el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil en la defensa de comunidades y ecosistemas —a la que se han sumado otros, inclusive en estas mismas páginas— tampoco abona a que la transformación que el mandatario dice encabezar sea verdaderamente de fondo.
En esa conferencia mañanera del 19 de mayo María Luis Albores anunció las medidas que se tomarán para regular mejor la minería en México y reiteró que no se darán nuevas concesiones mineras. Habló también de cómo se está haciendo para que haya justicia en el caso del vertido de una mina de Grupo México al río Sonora, un crimen que había quedado impune en los hechos durante el sexenio pasado y en el que por fin se actuará durante este sexenio. Su exposición resumió una serie de medidas que no pueden verse sino como un triunfo de organizaciones y comunidades que luchan desde hace décadas en contra de los abusos de las mineras. Por eso el baldazo de agua fría que después echó el presidente fue tanto más doloroso.
Un rato después de hablar la secretaria Albores, el presidente López Obrador retomó el tema y reprochó a las organizaciones que se han opuesto al Tren Maya: “¿Qué hicieron los pseudoambientalistas conservadores?, ¿dónde están las denuncias?, ¿dónde están los amparos [contra la minería y sus destrozos]?”. El presidente no señaló específicamente a nadie en esta ocasión, salvo al doctor Sarukhán, y aunque haya algunos, como mi compañero en estas páginas Etienne von Bertrab, que parecen saber “a qué se refiere el presidente” y quiénes componen ese supuesto “ambientalismo opositor”, los demás tenemos que recurrir a la hemeroteca para entenderlo.
Al hacerlo, encontraremos que el presidente sí ha dejado claro muchas veces de quién habla cuando hace esos reproches. Ahí está, por ejemplo, la conferencia del 28 de agosto de 2020 en la que el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, señaló a varias entidades y acusó al colectivo Indignación y al Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), entre otros, de recibir dinero del extranjero para trabajar contra la 4T. Todo indica que López Obrador se refería a ellas (y quizá también a otras nombradas en agosto del año pasado) en la conferencia del 19 de mayo, sobre todo porque ambas siguen trabajando con ahínco para defender a comunidades y naturaleza en la península de Yucatán ante los potenciales estragos del Tren Maya.
Revisar la trayectoria de estas dos organizaciones permite ver con claridad que las acusaciones del presidente están llenas de falsedades. Más que “ambientalismo opositor”, hay en ambas un afán de defender a la naturaleza y a las comunidades que habitan el país contra los megaproyectos que pretenden pasarles por encima, y ese afán no se cancela nada más porque cambie el color del gobierno. Además, y para aclarar al presidente “dónde están los amparos”, ese afán ha pasado muchas veces por los cauces legales y las cortes nacionales.
Sobre el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, y escogiendo un ejemplo entre muchos, hay que recordar su acompañamiento a comunidades maseuales en la presentación de amparos contra la Ley Minera desde 2014. Sobre Indignación, en lo que es además una estupenda noticia que hay que celebrar, para muestra baste el botón del amparo que presentaron hace varios años y que consiguió por fin que la Suprema Corte otorgue la suspensión definitiva de una granja de casi cincuenta mil cerdos en Homún, que hubiera dejado a decenas de comunidades sin agua en Yucatán e impactos terribles en todo el sistema hidrológico de la región. Como esos hay muchos más, y quienquiera puede buscar en sus páginas su trayectoria.
Es indudable que hay ambientalistas conservadores. También es innegable que hay ambientalistas corruptos y pusilánimes ante el poder. Es posible inclusive que Claudio X. González sí apoye y sostenga alguna organización ambiental. Pero ni el presidente López Obrador, ni su vocero, ni mi compañero von Bertrab nos han aclarado quiénes son. A quiénes sí se han referido siempre Ramírez Cuevas y López Obrador son, entre otras, estas dos organizaciones que no se “ponen el saco” que ofreció el presidente, sino que han sido señaladas varias veces por él, quizá precisamente porque son ejemplares en su trabajo y compromiso y no titubean en él, ni siquiera ante la 4T y sus complejidades.
Consultor ambiental en el Centro de Especialistas y Gestión Ambiental.
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