Dos amparos frenan los megaproyectos en la Escandón

25 febrero, 2024

Vecinos de la colonia Escandón amenazados por la construcción de edificios de entre 10 y 20 pisos en su colonia decidieron organizarse y tomar acciones legales para detener estos megaproyectos urbanos, avalados por los Sistemas de Actuación por Cooperación, una herramienta legal para rebasar los niveles de construcción permitidos en una colonia. 

Texto: Arturo Contreras Camero 
Fotos: Duilio Rodríguez

CIUDAD DE MÉXICO.- El primer edificio que pararon los vecinos de la Escandón I fue Patio Progreso. Un edificio de 15 pisos con 105 departamentos (desde los 8 millones de pesos) a una cuadra del metro Patriotismo. Usaron un amparo con una abogada muy  capaz, según cuentan los mismos vecinos. El segundo paso fue detener un par más de edificios y ahora con la misma técnica y ahora pretenden que se prohíba cualquier proyecto de más de 5 pisos (lo permitido por la norma) en su colonia. 

Sus amparos se sustentan en el derecho al acceso al agua y a la cultura (del barrio) y va en contra de una figura legal llamada Sistemas de Actuación por Cooperación (SAC) en la que los constructores pagan a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda cierta cantidad por cada nivel extra de construcción. 

“Lo que les puedo decir es que es solo a través de la vía legal que se pueden parar estos proyectos. Cerrar avenidas funciona, irle a-hacer-la-cansada a la delegación, funciona. La gente de la desarrolladora dice claro, vamos a ir a las juntas, vamos a trabajar, pero solo se hacen. La vía legal es lo que sirve”, cuenta uno de los vecinos que pusieron manos a la obra en el primer amparo. “Lo último que espera la desarrolladora es que los vecinos se organicen. Es algo que nosotros nos favoreció, porque nunca se esperaron la demanda”.

Además de Patio Progreso, entre los proyectos de construcción detenidos se encuentra Alvarado 144, otro en Ciencias 55 y uno más en Carlos B. Zetina 73. Todos pretendían edificar torres de entre 10 y 20 pisos de alto. El amparo de los vecinos, cuenta otro de los involucrados en la organización vecinal se basa en que los SAC terminan en gentrificación. 

“No lo digo yo. En 2021 el Instituto Lincoln de Políticas del Suelo publicó un estudio sobre el SAC de Tacubaya –que abarca otras colonias aledañas, como la Escandón I–, dice que el valor del suelo está siendo capturado por la Seduvi (la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda) para algunos de sus selectos desarrolladores. Esta era una zona popular en la centralidad y va a terminar gentrificada#, explica en entrevista Sergio Montes, vecino de la colonia. 

¿Cómo funciona un SAC?

Los Sistemas de Actuación por Cooperación, según la propia Seduvi son un instrumento de la normatividad urbana para el desarrollo de proyectos y obras específicas que generen beneficios directos a la ciudadanía en el espacio donde habitan, con la participación de los sectores público, social y privado. La ubicación de dónde se pueden aplicar estos Sistemas es designada por Seduvi en zonas con buena ubicación, infraestructura y servicios. 

Por ejemplo, los rascacielos que bordean el parque La Mexicana en Santa Fé fueron construidos (incluído el parque) con este tipo de herramientas. En la colonia Granadas, o como los constructores la han decido renombrar “Nuevo Polanco” se encuentra otro; en la Alameda se aplicó uno más y este de Tacubaya, que integra cuatro colonia, Tacubaya, Observatorio, San Miguel Chapultepec y Escandón I. 

En teoría, los SAC debe´rian generar beneficios para la población circundante, como el caso de Santa Fe, sin embargo, en el de Tacubaya, la historia es diferente. 

“La cuestión es que Seduvi les da para construir pisos más allá de los programas establecidos porque pagan”, explica Sergio. “El asunto, lo más oscuro y la parte importante, es que la negociación entre Seduvi y los desarrolladores se hace de manera cerrada y en forma individual. Ahí se determinan los pagos por los permisos, el dinero entra a un fideicomiso y su destino se vuelve opaco”. 

Según les han informado desde el gobierno de la Ciudad, algunas de las obras urbanas de mejora ya se realizaron. Una, le dijeron a Sergio y a otros vecinos, fue la construcción de una unidad habitacional en el predio conocido como “La Ciudad Perdida de Tacubaya” y otra fue la creación del Centro de Transferencia Modal (Cetram) en la estación del metro Tacubaya. 

La primera, acota Sergio, solo ayuda a 185 familias que ya vivían ahí y cuya atención, según anunció la misma ciudad, se trataba de un ejercicio de justicia social contemplado al interior de otro programa (los corredores de vivienda, que nunca se completaron) y no de los SAC;  

La segunda obra, el Cetram, ni siquiera se ha iniciado a pesar de que existen proyectos desde hace más de 10 años y los vecinos consideran que su verdadero impacto no será para quienes viven en la zona, sino para el ingente tráfico de personas que pasa por este nodo de movilidad de la ciudad. 

Una alcaldía oportunista

A pesar de que los vecinos tienen amparos que ordenan detener las obras en estos cuatro predios, las autoridades de la Alcaldía Miguel Hidalgo, liderada por Mauricio Tabe, no han puesto los sellos pertinentes para que se detengan las obras en su interior. De madrugada, los vecinos han visto entrar y salir camiones de volteo y acciones de demolición a su interior, lo que delata a los constructores que siguen trabajando en el lugar. 

Por otro lado, en la colonia aparecieron una serie de mantas que condenan el desarrollo de edificios fuera de la norma bajo el amparo de los SAC, sin embargo, ninguno de los grupos de vecinos organizados de la colonia asegura haberlos puesto y más bien sospechan, sin pruebas, pero sin dudas, que son obra de la Alcaldía, bajo efectos electoreros. 

“Toda la gente que estaba viviendo aquí cuando llegué, ya fueron desplazados a la periferia. Nosotros partimos, o al menos yo, del punto de que la ciudad es de todos y no solo de los que tienen dinero. Esa es mi postura. Tenemos derecho a vivir en este lugar en el que hemos vivido, aquí los departamentos nuevos andan en 7 millones de pesos, necesitarías ganar 180 mil pesos al mes para pagar un crédito de ese tipo. La gente que los va a comprar, ni siquiera va a vivir aquí, y de seguro los van a rentar en esquemas de estancia corta, como Airbnb, lamenta Serrgio

Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.