Después de 5 años, vecinos logran un pozo nuevo en Santo Domingo

25 noviembre, 2021

Algunos de los vecinos del Comité en Defensa del Agua del Pedregal de Santo Domingo se reúnen en la escuelita Emiliano Zapata, un espacio comunal de la Asociación de Vecinos.

En el Pedregal de Santo Domingo los vecinos tardaron 5 años para ser escuchados por el gobierno que por fin accedió, junto con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, a excavar un pozo en la zona central de estas colonias que desde hace años enfrentan escasez de agua

Texto y Fotos: Arturo Contreras Camero

CIUDAD DE MÉXICO.- “Me acaban de decir que ya perforaron 6 metros”, dice Gustavo López. Los vecinos que lo acompañan sonríen con la noticia. Después de cinco años de pugna, las autoridades de la Ciudad de México aceptaron perforar un pozo de agua en esta colonia, donde el líquido escasea desde hace 15 años. Este 20 de noviembre iniciaron las obras de perforación. “Nos dijeron que en un mes van a perforar los primeros 60 metros, que es pura piedra volcánica. Después, los 240 metros restantes van a ser más rápidos, en tres meses”, explica Gustavo López después de la noticia. 

Gustavo es parte del Comité en Defensa del Agua del Pedregal de Santo Domingo, el grupo de vecinos que organizó la pugna por el pozo. Un puñado de ellos se reunió en La Escuelita Emiliano Zapata, un espacio vecinal, para contar la historia del que llaman el Pozo del Pueblo, que miran como un logro vecinal histórico. Después de tanto tiempo, pareciera que hacer brotar agua de la piedra volcánica sobre la que se construyó esta colonia es tan difícil como hacer que el gobierno escuche a sus vecinos. El milagro les tomó cinco años de reuniones, demandas, manifestaciones, cierres de calles, más reuniones, recorridos, investigación y sobre todo resistencia. 

“Aquí el agua ha faltado desde siempre”, asegura Juan Pérez Puente, que suma una década viviendo en la colonia. Desde hace 15 años el agua no llega diariamente a las casas, pero en los últimos ocho años, la escasez es más dura. “Hay familias que pasan meses sin agua. Esto lo aprovechó la alcaldía, el alcalde y su gabinete, no de ahora, desde (Mauricio) Toledo, a (Manuel) Negrete, le dieron un uso político”.

Según cuenta, en vez de preocuparse por prestar un servicio adecuado, Mauricio Toledo, jefe delegacional de 2012 a 2015 y que ahora es un prófugo acusado de enriquecimiento ilícito, regaló tinacos.

“A cambio nada más te pedía una copia del INE, y era a esos vecinos a los que les llegaban más pipas”, dice Juan. 

La gestión del pozo empezó en 2016, y la primera negativa llegó de lleno: el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), el ente paraestatal que gestiona el agua de la capital, les dijo que no tenía un terreno y que, como estaba todo ocupado, no se podía hacer.

La respuesta no pudo ser peor. Mientras que los vecinos demandaban un pozo de agua, alrededor de la colonia empezaban a construirse grandes desarrollos habitacionales con departamentos cuyo costo iniciaba en el millón y medio de pesos. Para esos nuevos edificios sí habían pozos nuevos, pero para los vecinos de Santo Domingo, no. La escena está plasmada en un mural a unas cuadras de La escuelita Emiliano Zapata.

De nuevo, la tarea recayó en los vecinos de Santo Domingo, a pesar de ser una responsabilidad del gobierno. Como pudieron, encontraron el mejor lugar para el pozo y gestionaron con la escuela que tenía el terreno y con la alcaldía para que arreglara los trámites con las autoridades educativas correspondientes. 

“Así ha sido siempre en esta colonia”, dice al respecto Flavio García Ramírez. Sus canas evidencian que ha vivido más del tiempo que lleva de existir esta colonia. “Yo estoy aquí desde la invasión, desde hace 50 años, y lógico, como en todo, siempre se sufre por el agua, por la energía, por las calles, pero lo hemos sabido solucionar”.   

Este 2021 el pedregal de Santo Domingo celebra 50 años de su fundación, entonces unas 5 mil familias empezaron a transformar lo que quedaba del pedregal de lava que dejó el Xitle en una de las colonias en las que viven más personas por metro cuadrado en el sur de la ciudad. Esta fue la primera invasión urbana de la ciudad, dicen algunos. Actualmente se calcula que en la colonia viven unas 110 mil personas

“Por ahí de los ochenta logramos que metieran la red de agua. En ese momento los predios de las casas tenían ocho metros de frente, entonces enfrente de tu casa tenías que excavar cuatro metros y el vecino que vivía cruzando la calle tenía que excavar los otros cuatro. Así siempre hemos hecho las cosas”, cuenta don Flavio. 

“Cuando viene el cambio de administración, pues nuevamente giramos escritos a la doctora (Claudia Shienbaum) y nos fueron atendiendo, pero porque ya llevábamos mucho tiempo peleando por esto. Tomaron cartas en el asunto Sacmex, la alcaldía y gobierno central, así fue como nos fuimos abriendo paso”, dice sobre la gestión del pozo. 

“Nosotras éramos las que hacíamos antropología y entre todas reconstruimos lo intrincado de la red para ver dónde era mejor el pozo y a qué familias les hacía falta”, cuenta Sayab García, otra de las vecinas. “Cuando llegábamos a una manzana nos preguntábamos por qué no llega aquí y en la de allá sí. Investigando nos decían cosas como: es que el señor que sabía ya se jubiló. Era una cosa de sorprenderse. Pareciera que en Sacmex no hay personal capacitado para calibrar las válvulas, o que no hay un plan hecho para ver cómo funciona y eso dificulta la gestión del agua”. 

El trabajo de los vecinos fue tal que lograron desarrollar un mapeo de las zonas de la colonia en las que había más desabasto y por qué. Así, mediante recorridos casa por casa y monitoreos de falta de agua cotidianos, fue que dieron con la mejor ubicación para el pozo.

Por fin, después de muchas reuniones, a finales de septiembre de 2021 llegaron las máquinas al cruce de Acatempan al cruce con Amezquite para iniciar los trabajos. Pero un último contratiempo los amagó. “Hubo unos pocos vecinos, los que vivían de inmediato, se quejaron”, dice Gustavo. 

Algunos estaban preocupados de que las obras fueran a dañar sus casas. Fue entonces, cuando desde la Jefatura de gobierno les llegó una advertencia: “Si hay una queja de un vecino, se cancela la perforación”, dice Gustavo que le dijeron. “A ver, por qué no les dicen eso a los de las inmobiliarias, ahí sí no hay queja que valga, ¿no? Ahí sí vemos un trato desigual a una gestión vecinal y a una empresarial”.

A los tres días negociaron con los vecinos inconformes y reunieron más de mil firmas extra para apoyar la construcción del pozo que reanudó sus obras el día de la Revolución, el pasado 20 de noviembre. Aun así, los vecinos no cantan victoria, la desconfianza a las autoridades los hace ser cautelosos. 

“La ventaja es que ya estamos organizados, el Comité se va a quedar. Cuando el pozo empiece a operar, se debe reflejar. El agua tiene que llegar a quienes la gestionamos y a los vecinos que más le hace falta, nosotros vamos a seguir haciendo nuestros monitoreos”, cuentan en asamblea.

Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.