El gobierno federal restituyó las tierras a los campesinos de San Salvador Atenco, después de un largo camino lleno de represiones y atropellos a la dignidad
Texto: Kau Sirenio
Foto: Daliri Oropeza / Archivo Pie de Página
ESTADO DE MÉXICO. – Ignacio del Valle Medina le cantó a la tierra y a la resistencia con palabras floridas ante un público habido de justicia en San Salvador Atenco.
El viejo activista estuvo en la ceremonia de reintegración de la tierra del ejido de San Salvador. Ahí recordó su pasado en la cárcel por defender la tierra: “Justo hace 13 años se nos dio la libertad, libertad que nos dio el pueblo con su organización con esa protesta legítima”.
Las palabras que dijo ante los asistentes, son las mismas que reafirman su andar desde hace 22 años, cuando en el sexenio de Vicente Fox les arrebataron sus tierras para construir un aeropuerto.
“Elegir el camino de defender la tierra y todo lo que hay en ella, su agua, sus flores y fauna, sus árboles, sus piedras, sus cerros, sus cantos, sus llantos sus vestigios y hasta sus muertos”.
Durante el acto de reintegración de tierras que el gobierno de López Obraddor llevó a cabo la lluvia no paraba. Pero esta no consiguió ahuyentar a los ejidatarios que esperaban atentos este acto de justicia y dignidad.
Con un paliacate rojo al cuello, y una gorra verde olivo en la cabeza, el líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), dijo ante el presidente, Andrés Manuel López Obrador que la lucha de su pueblo logró detener la entrega de su tierra al capitalismo voraz.
La titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores González, agradeció al FPDT por su lucha en defensa de la tierra: “Gracias por su dignidad, por su lucha, porque cuando fueron los tiempos más oscuros ustedes mantuvieron la llama de la dignidad en defensa de sus tierra”.
Todos hablaron, y cuando el último orador estaba por tomar la palabra, primero cedió su espacio al comisario ejidal, Humberto Flores Ortega. Después, el último orador el micrófono.Era el presidente López Obrador.
“Lo único que les pido es que sean unidos, no se dividan: ni siquiera por los partidos políticos” expresó el mandatario
Ignacio Valle respondió:
“Asumir un camino de la resistencia y conducción de largo plazo es elegir un camino para toda la vida, siempre habrá que seguirla, no solo en los malos temporales, aún de la desmemoria, de la avaricia, del entreguismo, del despojo de los gobiernos y el exterminio que promueve la máquina asesina del gran capital. Llegar a este día implicó más de 22 años en la movilización”.
En una de las combis que viajan de San Salvador a Texcoco van dos mujeres y un hombre. Ambos de la tercera edad.
Los pasajeros van hacía la Unidad Deportiva para festejar que por fin su tierra regresa a mano de los campesinos.
“Queremos que sea área natural de zona protegida” suelta la señora Anita.
El hombre la secunda: “Qué bueno que viene el presidente a reintegrar la tierra, porque el pueblo ha pagado un costo muy alto: muertos, presos políticos y división de nuestro pueblo”.
Así avanzan hacia el lugar donde fueron llamados para presenciar un hecho histórico para el pueblo de San Salvador Atenco.
El mismo Ignacio del Valle es uno de los protagonistas de este cachito de historia que se niega a morir en la memoria colectiva de la represión en México.
Sobre la avenida Nacional Sur, casi esquina con la calle Parque el Contador, unos hombres presumen sus huehuétl y matracas. Ellos no llegaron con los ejidatarios, sino son los coristas de la alcaldesa de San Salvador Atengo, Talía Citlali Cruz Sánchez.
Mientras, en la carpa principal, la guerra de consignas se repite una y otra vez: “Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”, dicen algunos. Otros, pasan lista a los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero el 26 de septiembre de 2014.
Del otro lado se escucha: “Es un honor estar con obrador”. Los tambores sonaron, ensordeciendo a los presentes. Sin embargo, eso no opaca el coro de los ejidatarios de Atenco, quienes insisten: “Ayotzi vive, la lucha sigue, Ayotzi vive, la lucha sigue”.
El reflejo del brillo de los machetes resplandece en el rostro de los asistentes.
El escenario de esta «batalla» es el lago de Texcoco, el mismo lugar que un día la clase conservadora de este país quiso ocupar para levantar su emporio económico. No lo consiguieron, pero Ignacio del Valle pagó caro su osadía al desafiar a capitalismo nacional y extranjero.
La lluvia llegó de nuevo al lago ahora, como sueños hechos realidad para las mujeres y los hombres que durante más de 22 años nunca soltaron los machetes y los paliacates rojos, símbolos de resistencia en contra de la tiranía.
Entre consignas de los ejidatarios, Ignacio del Valle infló su pulmón y luego soltó poco a poco el mensaje que su pueblo le encomendó decir ante el presidente López Obrador.
Con la dignidad en la frente , dijo que el movimiento en defensa de la tierra tiene heridas irreparables, así como pérdidas insustituibles y un cúmulo de impunidad. Esto, añadió, es “responsabilidad del Estado mexicano, y aunque no vamos a negar el agotamiento físico y tanto agobio, podemos afirmar que llegamos a este día resueltos y claros de que no nos equivocamos de elegir este camino”.
El ex preso político dijo que los ejidatarios volvieron a poner por escrito la historia:
“Mañana leerán nuestras nietas y nietos, que mujeres y hombres mantuvimos la cabeza erguida con el machete que nos ha acompañado en las buenas y en las malas y en los peores, pero que no nos vendemos ni a 7 pesos ni a millones, o por cuentas de vidrio. Este día tendrá que ser recordado como el día en que una vez más los de abajo volvemos a recuperar nuestra Tierra”.
María Luisa Albores González fue categórica al señalar que el pueblo votó por la opción del aeropuerto en Santa Lucía, y por cancelar el proyecto que trajo confrontación y desgracia en San Salvador Atenco.
“Pretendían enriquecer a unos cuantos», dijo. Y señaló que en noviembre de 2020, cuando asumió el encargo, recibió la encomienda de coordinar la mesa de diálogo con los pueblos del Oriente del Estado de México.
La funcionaria citó:
“Así como lo dicen ustedes: la Tierra habla, el agua tiene memoria. Como parte de este proceso de justicia social y ambiental en la región se ha establecido un diálogo constante, y ponemos al centro a ustedes, para alcanzar acciones de preservación, conservación y recuperación de los cuerpos de agua y reencauzar la actividad agrícola y los núcleos agrarios de la zona; y con ello fortalecer el arraigo a la tierra, porque la mejor forma de protegerla es trabajarla”.
La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales hizo un recuento de los avances en las mesas de trabajo que el gobierno federal ha sostenido con los pueblos de Atenco. Dijo que en estas mesas participan diferentes instituciones del gobierno: la Semarnat, Sedatu, Haciena, Gobernación, Seguridad Púbica, Secretaría de Salud, Secretaría de Bienestar, Sagarpa, Comunicaciones y transportes, Conagua, Conafor, Infonavit, el Registro Agrario Nacional, la Procuraduría Agraria y la Universidad de Bienestar Benito Juárez.
Explicó que las primeras acciones con el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra fue el decreto del área natural protegida que se publicó el 22 de marzo de 2022,, y el decreto del área de protección de recursos naturales de lago de Texcoco que le dio categoría como sitio Ramsar a los humedales (es decir, humedales protegidos por ser considerados cunas de diversidad biológica), esto fue el 6 de julio de 2022.
Para recuperar los ecosistemas de la región se han formado 30 jóvenes defensores del territorio: “Soñamos que sean los relevos generacionales en el centro de formación muros de agua José Revueltas, así como el desarrollo de los ordenamientos ecológicos”.
Y agregó: “Se constituyeron dos cooperativas: una de producción y otra para la defensa ambiental del territorio. Se instalaron paneles solares en los pozos de Santa Rosa y Diosdado, así como la construcción de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García que contará con cuatro licenciaturas”.
Del Valle Medina hizo un recuento sobre la defensa de la tierra. Empezó con el general Emiliano Zapata, después siguió con los entrañables hermanos Flores Magón.
“La Tierra es de quien la protege, de quien la defiende, de quien la respeta, de quien la ama, de quien siempre ve en ella alegría, esperanza y vida. En ella nos convertiremos algún día”.
Y añadió que la cancelación del aeropuerto sobre el territorio fue resultado de diversos factores inapelables, como la coyuntura particular del cambio de gobierno eb 2018, pero también del hartazgo de los de abajo ante el saqueo y la impunidad de los regímenes priístas, panistas y perredistas.
“El territorio quedó desgajado y herido. El tejido social de nuestras comunidades tendrá qué repararse y dignificarse, porque el daño que cometió el Estado criminal no es menor, pero no se repara con dádivas en dos o tres años, y mucho menos cerrando los ojos y oídos. Es el trabajo colectivo que nos devolverá la confianza entre los adultos y viejos en que nos hemos convertido”.
Sin detenerse en su discurso, el defensor del lago de Texcoco explicó que la cancelación del aeropuerto fue gracias al diálogo con el gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador: }
“Hemos de reconocer que no es un gobierno como los anteriores, pero tampoco vamos a omitir que no ha sido nada sencillo, porque la cultura y la ideología priísta se interiorizó en la política mexicana”.
Y concluyó: “A las mafias inmobiliarias les decimos que en estos pueblos se van a topar con la dignidad de los vecinos, que se han sumado para recuperar la identidad solidaria y comunitaria porque nada ni nadie se salva solo y es entre todas y todos que vamos a poner mucho de nuestra parte para hacerle frente la a la inseguridad, a la descomposición social, al acecho que sufren nuestros jóvenes de la falsa idea que el dinero fácil”.
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