La evidencia del holocausto palestino en manos de Israel se ha filtrado con videos y fotografías de actos atroces que circulan por todo el mundo. Es de tal tamaño la evidencia fotográfica y los relatos de los crímenes de guerra cometidos por Israel, que a los jóvenes en muchas partes del mundo los rebasó la indignación
Por Duilio Rodríguez / X: @duiliorodriguez
A pesar de todos los esfuerzos que el regimen sionista y sus aliados han hecho por ocultar lo que sucede en territorio palestino, esta columna podría tener la galería fotográfica de crímenes de guerra más grande y documentada del siglo.
La evidencia del holocausto palestino en manos del Estado de Israel se ha filtrado con videos y fotografías de actos atroces que circulan por todo el mundo.
Nadie, más que las mentes más retorcidas, pueden acusarnos de antisemitas por pedir que paren de matar civiles y niños. Nada, absolutamente nada lo justifica bajo ninguna bandera o creencia.
Nadie nos puede acusar de antisemitas por indignarnos frente al asesinato de15 mil niños y un número indeterminado de infantes mutilados y traumatizados.
Las razones que dan los sionistas es el combate al terrorismo, ¿y lo combaten haciendo terrorismo?. Hamas sigue ahí, y muy probablemente otros grupos radicales surgirán al ver que niños y mujeres sufren lo indecible.
La primera vez que escribí sobre este tema en esta columna, apenas habían pasado veinte días desde la ofensiva militar de Israel a Gaza, lo que en ese momento parecía el horror absoluto, mismo que se ha quedado corto con lo que hemos visto hasta ahora.
A veces pierdo la fe en la humanidad cuando me doy cuenta que los grupos que apoyan al Estado de Israel en esta locura, son los mismos que pueden destruir a cualquier otro país bajo cualquier pretexto sin ninguna consecuencia.
Es de tal tamaño la evidencia fotográfica y los relatos de los crímenes de guerra cometidos por Israel, que a los jóvenes en muchas partes del mundo los rebasó la indignación.
En todos los continentes hay protestas en las calles, en los Estados Unidos han cobrado fuerza las movilizaciones estudiantiles en distintas universidades, y éstas se han extendido a otras instituciones universitarias en otros países.
Muchos hemos visto alguna imagen de lo que les han hecho a los palestinos, y cada uno tendrá sus propias postales del horror, de la dignidad, de la resiliencia.
Las postales son esas imágenes que solíamos enviar por correo para recordar las cosas importantes. Aquí dejo algunas con la esperanza de afianzar en la memoria mi rechazo a la deshumanización, a la barbarie.
Por supuesto me reservo no incluir las más explicitas, las más violentas, con un poco de sensibilidad, eso no hace falta.
En la fotografía de guerra se puede ver la tragedia y la devastación de los bandos en disputa. En las guerras hay dos caras de la moneda, por ejemplo, en Ucrania hay fotos de soldados rusos y ucranianos muertos.
En Palestina solo vemos una cara: la del pueblo palestino arrasado por el ejército de Israel.
Palestina no tiene un ejército, lo que vemos no es una guerra, es un genocidio.
Esta es la espléndida fotografía del fotógrafo Mohammed Salem que premió el World Press Photo como la mejor del año. Aquí se ve a una mujer (Inas Abu Maamar) abrazando a su pequeña sobrina de apenas 5 años de edad en una morgue.
Quisiera destacar el trabajo de dos fotógrafos miembros del Joop Swart master class del WPP. En sus imágenes nos revelan, no la destrucción aislada o la casual matanza de civiles, si no el constante y sistemático aniquilamiento de la población.
En estas fotos vemos un territorio demolido casi en su totalidad. Mujeres, niños y ancianos masacrados; pero también la bandera palestina que surge entre las tinieblas como un símbolo de resistencia.
El soldado Aron Bushnell, miembro activo de la fuerza aérea de los Estados Unidos, se prendió fuego frente a la embajada de Israel en Washington como un acto de protesta radical contra su propio gobierno.
Un acto “extremo” como él mismo lo nombró:
“Ya no seré cómplice del genocidio. Estoy a punto de hacer un acto de protesta extremo, pero comparado con lo que la gente experimenta en Palestina a manos de sus colonizadores, no es nada extremo… Palestina libre”.
La inmolación de Bushnell, me recordó por su gran similitud a lo hecho por Thích Quáng en 1963; aquel monje tibetano que se prendió fuego en una calle de Saigón para protestar por la terrible represión que sufrían por parte del régimen vietnamita.
Los monjes tibetanos avisaron a los medios locales, y a los corresponsales extranjeros, que harían un acto importante. Sin especificar exactamente que, lo que iba a suceder era el sacrifico de fuego de Quáng.
El evento fue bastante difundido en los medios de la época. La imagen forma parte de una recopilación de las mejores fotos de la revista LIFE.
En el caso del joven soldado Aron Bushnell (25 años), los medios en su mayoría lo retomaron para hablar de su salud mental, sin intentar reflexionar sobre el infame apoyo militar que los Estados Unidos da a Israel.
De la imagen de Bushnell ardiendo en llamas, pasamos a la de miles de jóvenes protestando en universidades.
A mediados de abril, en la Universidad de Columbia, los estudiantes comenzaron a protestar por la invasión a Palestina y a exigir un alto al fuego definitivo. Montaron un campamento que ha sido reprimido por la policía.
Las fuerzas policiacas han entrado al campus universitario para detener a los manifestantes pacíficos sin mucho éxito, por el contrario, muchas otras universidades se han sumado con acampadas pro Palestina en todo el territorio estadounidense y en varios países del mundo.
El fantasma de estas protestas estudiantiles nos hace recordar lo que sucedió en la Universidad de Kent el 4 de mayo de 1970, cuando estudiantes de esa institución educativa protestaron contra la guerra de Vietnam y la invasión de Camboya.
Aquel día trágico, la Guardia Nacional norteamericana asesinó a 4 estudiantes e hirió a varios más al intentar frenar la protesta estudiantil.
Lo irónico, y al mismo tiempo trágico de aquel momento, es que ahora se repita la represión policiaca en contra de los estudiantes universitarios en Estados Unidos: el país que se considera garante de la libertad. Es increíble que la policía ataque a sus jóvenes estudiantes en su propio territorio solo por manifestarse abiertamente a favor de la liberación de Palestina.
Por último, las postales que no quisiéramos ver, las de la niñez devastada: las fotografías que nos remueven las entrañas, que también espero nos remuevan aunque sea un poco la consciencia.
Hace apenas una semana el régimen sionista de Israel allanó y cerró las oficinas de Al Jazeera en Jerusalén. Desgraciadamente son muy pocas las opciones que quedan en la zona para lograr documentar e informar sobre lo que acontece en Palestina.
Sin el trabajo publicado por Al Jazeera (o por los pocos fotorreporteros que aún están vivos en territorio palestino), no estaríamos hablando de crímenes de guerra o genocidio. Estaríamos hablando de una guerra más y de sus daños colaterales.
Un ejemplo son las terribles imágenes que ha capturado el fotógrafo palestino Motaz Azaiza, tal vez las más duras de ver (y de las que sólo pondré las menos fuertes). Las demás, si las quieren conocer que sea por decisión propia, aquí las ligas https://twitter.com/azaizamotaz9/media y https://www.instagram.com/motaz_azaiza/
Editor y fotógrafo documental, retrato, multimedia y vídeo. Dos veces ganador del Premio Nacional de Fotografía Rostros de la Discriminación.
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