17 enero, 2023
Talleristas de Faro de Oriente, que año con año tienen que aplicar a un programa social para conservar sus espacios formativos, denuncian que el proceso de asignación de becas para ser talleristas estuvo pactado desde antes, por lo que la convocatoria pública para su concurso podría ser, en parte, una simulación
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Cortesía Talleristas de Faro de Oriente
CIUDAD DE MÉXICO.- Este 16 de enero la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México publicó los resultados del concurso de la convocatoria de Promotores y Promotoras Culturales 2023; sin embargo, en la Faro de Oriente, muchos de estos lugares estaban asignados antes de realizar el concurso, denuncian talleristas afectados.
El programa de Promotores y Promotoras culturales se aplica desde 2019 y se ha usado para entregar becas o un subsidio a personas que ofrecen talleres culturales o que hacen acciones de promoción cultural en distintos recintos públicos de la ciudad, como los Pilares o los Faros, o incluso en espacios abiertos, como parques y mercados. El gobierno de la Ciudad, en vez de contratar a los talleristas, les entrega una dádiva de programas sociales, lo que ha abierto la puerta a malos usos, como ha documentado Pie de Página.
A pesar de que las convocatorias para el concurso del programa social se publicaron el 4 de enero y sus resultados salieron el 16, el 3 de enero, en la Faro de Oriente, ya se habían convocado a los promotores culturales y talleristas, previamente escogidos, para iniciar sus actividades, como se detalla en una lista de asistencia de la primera quincena del año de la que Pie de Página tiene una copia.
“La convocatoria salió la seman apasada, el 5, pero ya antes de la convocatoria ya los tenían seleccionados, es algo muy ilegal porque las reglas de operación dice que el programa es para todos y que todos están en el concurso, pero a los únicos que les dan seguimiento es a los cercanos a los directores de la Faro”, cuenta en entrevista una de las personas beneficiarias del programa de talleristas.
La Fábrica de Artes y Oficios de Oriente es un referente de la cultura comunitaria en la ciudad. Desde hace 20 años ha sido un espacio de formación cultural en una de las zonas más marginadas de la urbe, como una opción para descentralizar la cultura, cuyos espacios han sido aprovechados por miles de personas desde entonces. “Por ejemplo, la convocatoria salió la semana pasada y todos se estaban registrando para el concurso, pero en Oriente, las listas ya se habían designado y había gente que empezaba a asistir y a firmar”.
El año pasado los resultados de las personas seleccionadas para ser talleristas o promotores culturales se publicaron en un par de listas publicadas en PDF con los nombres y apellidos de los seleccionados; sin embargo, para este año, las listas solo son folios de los concursantes, lo que, explican otros talleristas, podría enmascarar un uso turbio de los espacios que viene desde hace mucho tiempo.
“Hace año y medio no salían los resultados en el internet, sino que por de faul en las Faros siempre mandan las listas de las personas que se quieren o que se contemplan para el siguiente año, no era un concurso como tal, metes tus documentos, pero los líderes, designadores de proyecto, ya son los que deciden”.
Desde que iniciaron los programas de Talleristas y Promotores Culturales Comunitarios es que se empezaron a publicar las listas con las personas seleccionadas; sin embargo, esto no ha evitado que se manipulen, como cuentan talleristas de la Faro, que cuando comparan las listas con la cantidad de gente dando talleres, las cuentas no les salen; hay más gente registrada que las que imparten talleres.
“Lo hemos visto en los grupos de WhatsApp; hay gente que no trabaja en Faro, pero sí cobran sus becas y marcan que tienen que mandar sus reportes. Como que no trabajan aquí, pero sí trabajan aquí. Estamos en un grupo como de 15 personas, pero solo 12 o 10 somos los que estamos aquí y los demás quién sabe”, cuenta un tallerista más. “Lo que los talleristas queremos es denunciar es el programa y denunciar estas prácticas que son un manejo político y un abuso de poder que tiene la banda que controla la red de Faros”.
El manejo de las personas que controlan los recursos humanos en la Faro se ha vuelto muy violenta, según dicen talleristas; quienes temen que les quiten la beca que disfrutan, un extraño equivalente a ser despedidos, aunque no estén contratados.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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