Del atentado a Trump y la vigencia del fotoperiodismo

20 julio, 2024

El poder de la imagen es también el poder de los poderosos, la narrativa es suya y han usado, usan y seguirán usando el trabajo de esta primera línea, de esta vanguardia, de estos seres casi legendarios, las y los fotoperiodistas

Por Francisco Mata Rosas @Matarosas

Varias coincidencias acompañan a estas imágenes, la primera Associated Press como la agencia detrás de los fotógrafos Joe Rosenthal y Evan Vucci, la segunda la controversia que las envuelve, la duda de un posible montaje, la tercera el carácter épico de los protagonistas, cuatro la gran capacidad de los fotógrafos y cinco aunque parezca algo trivial que de ambas fotografías hay tatuajes, en el caso del atentado a Trump al dia siguiente ya circulaba en redes la primer fotografía de una persona tatuada así, en el caso de Raising the U.S. flag on Iwo Jima a lo largo de los años se han realizado múltiples versiones en distintas partes del cuerpo tanto de hombres como de mujeres convirtiendo a la piel en un lienzo soporte del partriotismo.

Para quienes nos dedicamos a la fotografía la asociación fue inmediata, no importan los 79 años de distancia, ni los mas de 9,000 kilómetros entre el el monte Suribachi en Iwo Jima, Japón y Butler, Pensilvania en Estados Unidos, inmediatamente reconocimos en las banderas y la composición la captura de un momento histórico y por lo tanto la construcción de un icono cultural.

La aguda mirada de los fotoperiodistas sabe distinguir cuando tiene delante de su cámara un momento único, pero esto no basta, se deben de tener además los reflejos y la rapidez necesaria para resolver fotograficamente el acontecimiento, las referencias culturales y la información que dote de esa fuerza a la imagen capturada, sabemos que para los estadounidenses la bandera como símbolo es sumamente importante, recordemos simplemente por mencionar dos ejemplos a Rocky protagonizado por el actor Sylvester Stallone o al astronauta Aldrin en la superficie de la luna cuando la misión Apolo XI por fin logro la hazaña de “conquistar” la Luna, foto de la cuál también se ha dicho es un montaje.

En la versión mas difundida el puño de Trump parece sostener visualmente el mástil de la bandera, igual que los soldados en la isla japonesa, los elementos de composición en diagonal que otorgan un dinamismo y energía notables a ambas fotografías, la acertada re composición en el recorte de la toma original respondiendo a las teorías clásicas de composición áurea y en el caso de la fotografía de Vucci, el color como elemento fundamental, azules, blancos y rojos, si, como la bandera, veamos las lineas rojas de la sangre en el rostro de Trump, las camisas blancas y la armonía entre el azul del cielo y los trajes de los agentes que protegen al candidato republicano, diversos análisis de la composición se han publicado en distintos medios digitales lo cuál nos evidencia la vigencia de muchas de las reglas del lenguaje fotográfico tradicional y su impacto en la lectura social de las imágenes. El mismo Vucci realizo varios disparos pero también forma parte de la profesión el saber escoger y editar “la buena” incluso resultante frustrante para otros colegas que fotografiaron lo mismo, al mismo tiempo pero sin los resultados ya ampliamente mencionados y analizados.

Es muy interesante que ambas fotografías corresponden a dos momentos posteriores al acontecimiento central, a consecuencias del mismo, el desembarco del ejercito estadounidense y el atentado contra Trump, en este segundo caso se vuelve mas importante y simbólica la reacción del candidato y en la primera el valor simbólico para los soldados y después para los ciudadanos de ver ondear su bandera como símbolo de triunfo, el disparo mismo, el francotirador, el entorno, el candidato hablando, la huída o cualquier otro momento queda “borrado” por esta imagen símbolo.

En los cuarentas la tecnología para transmitir la fotografía de Rosenthal fue el naciente telefax, instrumento que revoluciono al fotoperiodismo, en este momento, fue internet a través de las redes sociales, que también han revolucionado nuestra manera de circular y leer fotografías, la emblemática timbres postales, representaciones escénicas, varias veces referencia en Los Raising the Flag on Iwo Jima adquirió el nivel más alto de ícono*(1) al ser el motivo para monumentos, carteles, Simpson camisetas, tarjetas postales, medalla, monedas, pines, parodias, grafitis como el de Banksy y cuanto objeto de comunicación reprodujera el valor patriótico e ideológico de la escena, hoy en el caso de la foto de Vucci el mejor uso y por lo tanto reconocimiento es ser la base de muchos memes, que mejor forma de reconocer el valor de una imagen que su reproducción masiva prácticamente al momento de suceder que los memes, medio de comunicación híbrido entre la opinión, la crítica, la burla, la editorialización, la apropiación, la re significación y para un amplio sector, la principal fuente de información.

Además, no podemos soslayar el carácter de híper visualización y por lo tanto híper captura de cualquier evento, lo cual magnifica la fotografía referida, es decir hemos visto videos, transmisión en vivo, múltiples fotografías por otros profesionales alrededor de la misma situación y hasta imágenes fijas o en movimiento del mismo suceso por aficionados o simplemente asistentes con su teléfono móvil, pero la foto que sobresale es la de Vucci ¿por qué? Desde mi perspectiva por que se conecta en el imaginario con la de Rosenthal, por que responde a todos los parámetros socialmente reconocidos de una imagen world press, entendido esto como un parámetro de lo que se debe considerar como una fotografía periodística perfecta.

No importa si las teorías conspiracionistas hablan de un posible atentado auto construido, de una estrategia extrema del llamado “Black book” de la política, ese referente al que Jorge Castañeda sugirió fuera usado en la campaña de la opositora Xóchitl Gálvez contra la candidata del partido dominante Claudia Sheinbaum, donde recomendaba hay que usar toda la guerra sucia posible, este evento que nos ocupa hoy sería según esto uno de los ejemplos más acabados de la propaganda de guerra sucia, recordemos solo por citar solo uno de muchos ejemplos la película hollywoodense Wag the Dog de 1997 donde se plantea la posibilidad de armar incluso una guerra utilizando a todos los medios de comunicación con tal de encubrir a un presidente en campaña quien enfrenta problemas de imagen. Los conspiracionistas tienen un amplio repertorio de referencias para argumentar que una vez más estamos ante un complot mediático.

“Haiga sido como haiga sido” diría el expresidente Calderón o “sea como sea” según López Obrador se refirió al atentado, lo importante en esta nota es reflexionar sobre el poder de la imagen, sobre la importancia del fotoperiodismo varias veces declarado muerto y sobre la enorme diferencia entre un profesional de este género y los millones de ciudadanos con teléfonos que capturan imágenes. Este caso nos permite reflexionar clara y didácticamente sobre el por qué el fotoperiodismo sigue siendo una profesión importante, influyente, pero sobre todo no improvisada y diferenciada de la fotografía vernácula de la cual se decía sustituía ya a los profesionales.

En casi ochenta años podríamos concluir nada ha cambiado, tal vez la tecnología de captura, de circulación y de lectura, pero en lo esencial de la función social del fotoperiodismo, del arrojo, inteligencia y capacitación de los fotógrafos, de las formas de composición y lectura de las fotografías, de la re significación ideológica de una imagen que originalmente solo pretendió informar, de la apropiación en todos los sentidos de la foto, nada ha cambiado, el poder de la imagen es también el poder de los poderosos, la narrativa es suya y han usado, usan y seguirán usando el trabajo de esta primera línea, de esta vanguardia, de estos seres casi legendarios, las y los fotoperiodistas, cerremos con una referencia más de la cultura popular gringa, Civil War, la película donde vemos una vez más esta relación entre medios, balas, fotoperiodismo y el presidente de los Estados Unidos.

*(1) https://news.usni.org/2015/02/23/iwo-jima-at-70-the-most-reproduced-and-parodied-photo-in- history

Francisco Mata Rosas es fotógrafo desde hace 33 años, con Maestría en Artes Visuales por la UNAM. Desde el año 2000 ha pertenecido al Sistema Nacional de Creadores de Arte de México en diversas emisiones.Ha participado en más de 130 muestras colectivas y 80 muestras individuales en 51 países. Es autor de 11 libros individuales, ha participado en más de 50 libros y coordinado 5 proyectos colaborativos. También ha sido conferencista, jurado, curador  o tallerista en los principales encuentros de fotografía. Su trabajo está incluido en colecciones públicas y privadas de América, Europa y AsiaRecibió la Medalla al mérito artístico de la Ciudad de México y en 2015 la revista Time lo nombró como uno de los nueve fotógrafos mexicanos a seguir.

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