¿Qué pasa los adolescentes que en este nuevo ciclo escolar nuevamente se quedaron en casa atrapados entre las pantallas y las frustraciones de los padres? ¿Qué tantas experiencias se pierden día con día? ¿Habrán tenido tiempo de experimentar el primer amor, el primer beso antes de que la segunda onda de la pandemia nos revolcara de nuevo?
Cynthia Rodríguez
Hace unos días, la historia de una niña de 12 años llegó a las portadas de los periódicos italianos. En un país donde el machismo está a flor de piel y cada dos días una mujer es asesinada por su marido o compañero, y, a veces, en la furia de los hechos, estos hombres tampoco se ahorran la vida de sus propios hijos, la noticia no podía pasar desapercibida.
La niña, que lleva el nombre de Anita y vive en la ciudad de Turín (considerada también dentro de las zonas rojas que impuso el gobierno), decidió comenzar, quizá, la primera lucha de su corta vida. Armada con su mochila y teléfono celular ocupó las escaleras de la entrada de su propia escuela, cerrada desde el 20 de octubre por la emergencia sanitaria, para, desde ahí, tomar las clases a distancia que como a ella, les fueron impuestas a los estudiantes de todo el país cuando el gobierno restringió el movimiento de la gente por los altos niveles de contagio de Covid-19.
Los estudiantes, lo sabemos, fueron los primeros damnificados de esta pandemia, que según la Unicef, desde el inicio ha afectado a 1.5 mil millones de niños y jóvenes en todo el mundo que se quedaron sin escuelas, y lo peor es que, así como Anita, ya todos resienten esta gran ausencia.
En Italia, los esfuerzos para que los niños en edad preescolar y aquellos que cursan la primaria continúen sus clases en presencia, por fortuna es una realidad casi en todo el territorio nacional. Una fortuna porque a esa edad, las escuelas significan su entorno social más importante.
Pero ¿qué pasa con Anita y los adolescentes que en este nuevo ciclo escolar nuevamente se quedaron en casa atrapados entre las pantallas y las frustraciones de los padres? ¿Qué tantas experiencias se pierden día con día? ¿Habrán tenido tiempo de experimentar el primer amor, el primer beso antes de que la segunda onda nos revolcara de nuevo?
Su madre, quien la acompaña todos los días en su protesta para apoyar el regreso a clases presenciales, entiende la frustración de su hija y millones de estudiantes porque las pérdidas son muchas y aún no se sabe cuándo podrán recuperarlas.
Anita, quien en estos días es comparada también con Greta Thunberg, la pequeña gran activista sueca, ha dicho que ella no quiere ser famosa, sino que su único deseo es regresar a clases. Sin embargo, ya ha servido de ejemplo para un pequeño movimiento que día con día va creciendo en Italia llamado “Escuelas para el Futuro”.
Cada día, pequeños grupos de adolescentes de todo el país amanecen fuera de sus escuelas con libros en mano para desde ahí, tomar sus ‘odiosas’ clases a distancia.
Una satisfacción, tomando en cuenta, que en la primera onda, fueron las madres de familia (sobre todo, aunque hubo también algunos padres) quienes iniciaron un gran movimiento por todo el país, movimiento que responde al nombre de “Prioridad a la escuela”. Las y los jóvenes han tomado la estafeta.
Justo ayer otra buena noticia llegó a la primera plana de los diarios nacionales: Por primera vez en 700 años de la historia de la Universidad la Sapienza de Roma, una mujer, Antonella Pollimeni, fue electa como rectora para el periodo 2020-2026.
Mucho que reflexionar en un periodo donde seguramente nadie escribiría “eligieron a un hombre como…”, pero se escriben ríos de tinta para explicar que por primera vez en Japón nombraron a una mujer para guiar la banca central japonesa, que en África será una mujer quien dirigirá Facebook, que en Francia un cuerpo de bomberos también ahora es dirigido por una mujer… Y ni qué decir de que por primera vez los Estados Unidos tendrá una vicepresidenta, porque ahí sí, no son ríos, sino mares de tinta los que se han invertido para contar la historia de Kamala Harris, quien ha pasado su vida a romper barreras y ser considerada siempre la “primera”: primera procuradora distrital de San Francisco y luego la primera procuradora general de California, además de ser la primera mujer de origen hindú en ser elegida al Senado hasta llegar a ser la primera vicepresidenta electa de los Estados Unidos de América.
Quizá ahora nos toque reflexionar sobre lo largo que fue el periodo para que esto finalmente llegara y que los ejemplos de Anita, Greta o Malala impactarán cada vez con más fuerza en este mundo donde lo que se necesita es, en efecto, educación para entender que clima, instrucción y amor están íntimamente ligados.
Periodista mexicana radicada en Italia, donde ha sido corresponsal para varios medios. Autora del libro Contacto en Italia. El pacto entre Los Zetas y la '
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