Este 24 de febrero se tenía previsto que entrara en vigor la declaratoria de Área Natural Protegida del Lago de Texcoco, donde están los terrenos del aeropuerto cancelado; sin embargo, la declaratoria está en vilo, pues algunos ejidatarios, que relacionan con estructuras del PRI, podrían detenerla a través del proceso de consulta que inició el gobierno federal entre los núcleos ejidales
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: Duilio Rodríguez
TEXCOCO, ESTADO DE MÉXICO.- Quienes vendieron una vez las tierras en Atenco para que se construyera un aeropuerto lo quieren volver a hacer. La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de Texcoco es el pretexto perfecto para recuperar las tierras ejidales y venderlas, de nuevo.
“Los que quieren recuperar son los que ya habían vendido y probablemente vayan a querer vender de nuevo ¿Con qué cara dicen eso?”, asegura un mototaxista de la zona. “’Si nos la van a regresar, hay que pedir que nos den nuestra hectárea otra vez’, dicen con descaro. Ahora sí se preocupan por la herencia de sus hijos, pero no pensaron en eso cuando vendieron por primera vez”.
El interés de hacerse con las tierras para tener una carta con que jugar en la especulación urbana está despertando viejas tensiones en todo el municipio de Atenco, originadas por la venta de terrenos. Para detener este tipo de intereses tanto el gobierno federal como organizaciones que defienden el lago de Texcoco idearon declarar el lugar como Área Natural Protegida (ANP).
El pasado 5 de diciembre el presidente López Obrador anunció que se estaba preparando la declaratoria de 14 mil hectáreas de terreno en la zona, 10 mil que ocupa la obra del aeropuerto cancelado y otras 4 de terrenos ejidales. Durante el anuncio, María Luisa Albores, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, dijo que se realizaría una consulta entre los 16 ejidos que están incluidos en la zona.
Hoy la declaratoria está en vilo, pues algunos ejidatarios, impulsados por grupos priistas, podrían detener el proceso a través de la consulta que inició el gobierno federal entre los núcleos ejidales desde enero.
Según el plan del aeropuerto de Texcoco, en las zonas colindantes de la terminal aérea se iba a desarrollar una lujosa ciudad, central para el comercio internacional. Incluso, los nuevos planes de desarrollo urbano ya estaban listos para entrar en vigor y sentar las bases de una nueva urbe que se erigiría sobre el último del gran lago. Incluso, por presiones del gobierno del estado, estuvo a punto de ser avalado en 2019
“Ya estaba listos para decretar su nuevo Plan de Desarrollo Urbano, incluso, el presidente municipal saliente—el morenista Porfirio Hugo Reyes Núñez— lo iba a aprobar”, cuenta Daniel Fonseca, integrante del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra, la organización que desde 2001, cuando iniciaron las amenazas sobre el territorio, se formó para defenderlo. “Nos dimos cuenta y le dijimos a Semarnat, que lo parara, porque era de su mismo partido. Él (el presidente municipal) dijo que se lo habían dejado desde antes y que lo estaba presionando desde la Secretaría de Desarrollo Urbano del Estado de México”.
La idea, explica Daniel, era que el nuevo plan de desarrollo se traslapa con los terrenos incluidos en la declaratoria de protección, lo que crearía un conflicto legal y dejaría espacio para la urbanización, por lo que, el Frente de Atenco preparó un plan para proteger la zona: declararlo un Área Natural Protegida.
“Cuando escuchamos que Obrador había anunciado el proyecto del Parque Ecológico Lago de Texcoco decidimos que debía de haber una figura de protección sobre el territorio para que no llegara otro gobierno y pretendiera hacer no un parque, sino otro aeropuerto o una zona de trenes o cualquier otro megaproyecto”, dice Daniel Fonseca.
Primero tocaron la puerta en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, donde los atendió César Sánchez, el ahora exdirector general de Conservación para el Desarrollo de ese instituto. El mismo personaje que se las arregló para dejar fuera de la declaración de Área Natural Protegida de San Miguelito, en San Luis Potosí 1,800 hectáreas para entregárselas a una constructora inmobiliaria.
“Negó que la zona fuera apta para ser declarada como protegida porque dijo que en las ANP solo pueden estar en zonas que son casi prístinas. Nosotros, con la ley en mano le dijimos que si lo estipulaba en caso de querer proteger ecosistemas en deterioro constante y en peligro de desaparecer.
Según los integrantes del Frente, César Sánchez pertenece al mismo grupo priista que busca volver a hacerse del control de los terrenos de Texcoco para continuar con el plan de urbanización, según dice César del Valle, miembro del Frente:
“Son los mismos operadores del Grupo Aeroportuario, los mismos que se dedicaron a ser agentes de venta, los que en su momento señalaron las casas en 2006 con la represión, esos hoy son los operadores para generar descontento ante el plan de protección”.
Incluso, los integrantes del Frente ya habían advertido al gobierno federal que, antes de iniciar con los trabajos de la declaratoria de protección, primero era necesario que desarticularan las estructuras de las personas que habían promovido la venta de la tierra en el pasado.
“Nosotros le dejamos claro que la consulta no iba a pasar cuando Los Oaxacos y todos ellos quedaran impunes, porque se iban a encargar, en colusión con el Estado de México, de echarlo para atrás. Y es lo que está pasando. Ya vieron incluso que el mismo gobierno del Estado de México los están apoyando”, acusa Arturo González, también integrante del frente.
El grupo de Los Oaxacos, como los llaman, no es secreto. El pasado 2 de febrero encabezaron una marcha hacia Palacio Nacional, donde demandaron hablar con el presidente López Obrador y rechazaron el plan de protección en Texcoco.
«No estamos en contra del área protegida, sino de la restricción que tendrían para el uso de siembra en las tierras en las 10 mil hectáreas que adquirieron para la construcción del nuevo aeropuerto. Ahí en sus 10 mil hectáreas que hagan su área protegida o lo que quieran, nosotros ya cedimos parte de nuestras tierras», dijo durante la protesta del 2 de febrero José Alejandro Santiago López, uno de los operadores políticos señalados por el Frente, que junto con Adrián Ruiz Méndez, coordinador regional del PRI, lideran el movimiento en contra del ANP
Su estrategia, se basa en mentiras, señalan desde el Frente, como que declarar una zona como protegida restringe el uso agrícola, una actividad permitida dentro de estas áreas; también dicen que la gente ya no va a poder caminar libremente por el territorio, que no van a poder usar el agua de los ríos para regar, o que las casas que estén dentro del ANP van a ser demolidas.
Ese grupo, denuncia César del Valle, no solo opera con mentiras. El pasado 19 de febrero, cuando se realizó la consulta entre los ejidatarios de San Salvador, este grupo irrumpió en la asamblea vecinal con machetes, hachas, palos y piedras. Reventaron la asamblea y cancelaron la consulta.
Para enfrentar la campaña de desinformación iniciada por Los Oaxacos inició a difundir panfletos con información sobre las implicaciones de declarar la protección sobre la zona. Este 23 de febrero una de estas brigadas que visitó la comunidad de San Francisco Acuexcomac tuvo que dejar sus actividades informativas, por ser amedrentados por grupos ejidales que no quieren la declaratoria.
Daniel Fonseca es terminante al respecto: “¿Cómo es que un grupo de 5 mil ejidatarios o menos van a decidir el destino de los recursos naturales de un municipio de más de 80 mil personas, es que ellos van a pasar por encima del derecho de acceso al agua de millones de personas?”, critica. Una solución, propone, es que se hiciera una consulta a la población general, y no solo a los ejidatarios.
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