Con 65 votos a favor y 51 en contra el Senado de la República aprobó extinguir 109 fideicomisos tras días de protestas y en una sesión realizada en una sede alterna

Texto: Redacción Pie de Página y Kau Sirenio

Fotos: María Ruiz

La extinción de 109 fideicomisos se concretó en la madrugada de este miércoles. Los legisladores de Morena, el Partido Verde y Encuentro Social lograron una mayoría de 65 votos frente a 51, después de ocho exposiciones a favor y ocho en contra, cinco horas de discusión y una sesión en una sede alterna resguardada por elementos policiacos para evitar a los manifestantes.

La corrupción, el principal argumento del gobierno federal para eliminar los fondos, fue el concepto aludido por casi todos los legisladores.

“Si se aplicara todo esto que se han estado llenando la boca de la corrupción, pues se tendrían que desaparecer todos los fideicomisos”, reclamó la panista Xóchitl Gálvez.

 “El virus hablando de vacunas”, dijo en su intervención Jesusa Rodríguez, de Morena.

Tras cinco horas, los senadores dieron como discutido el dictamen. Pero luego vino otro pequeño problema: el tablero electrónico no servía para 15 escaños, así lo advirtió el panista Juan Rementería, y propuso que la votación se hiciera nominal, legislador por legislador.

Ricardo Monreal frenó los reclamos de su bancada: “No podemos de ninguna manera votar bajo sospecha”. 

Así, desde sus escaños, los legisladores votaron pasada la medianoche, pese a la advertencia del priista Jorge Carlos Ramírez, de no pasar el micrófono de mano en mano en medio de la pandemia de covid.

En la votación hubo pocas sorpresas. El morenista Germán Martínez Cázares mantuvo su postura en contra de la propuesta de su partido -expuesta en el tiempo cedido por el Partido Verde- y la tradujo en un voto: “Sí hay robadera -admitió- pero no vamos a matar al paciente si está enfermo”. 

La senadora del Verde Leonor Noyola se arrepintió y prefirió no abstenerse luego de que el micrófono ya había recorrido de mano en mano todo el pleno.

“Para rectificar mi voto: voto a favor con las reservas que presenté, a favor, con las reservas para atención a víctimas, la financiera…”.

“Sin llorar”

La panista Martha Cecilia Márquez Alvarado votó en contra y reclamó una burla anónima. 

“Sí, sin llorar. ¿Quién está diciendo? Presidente, le pido respeto, por favor…”.

Horas antes, la senadora por Aguascalientes fue una de las cuatro panistas que se tendieron en el piso afuera de la casona de Xicoténcatl para manifestar su oposición a la propuesta impulsada desde Palacio Nacional. 

Luego del voto de la panista, la senadora por Morena de Baja California Sur, Lucia Trasviña Waldenrath, también le puso color a su voto: “A favor, cabrones”.

La extinción de los fideicomisos se dio sin el respaldo del Partido del Trabajo, aliado histórico del presidente López Obrador: “Nos conocemos y nos respetamos”, enfatizó la legisladora Geovanna Bañuelos.

La legisladora anunció el voto en contra de la propuesta y la intención de su bancada de salvar 37 de los 109 fideicomisos. La zacatecana se refirió a sus compañeros de partido como “amigos, camaradas y compañeros de lucha” de López Obrador. 

Ya antes, a la hora en que la Comisión de Estudios Legislativos aprobó el dictamen, la también senadora del PT Nancy de la Sierra abandonó la sesión a la hora de votar.

Con la mayoría a su favor, los morenistas, incluso, evitaron polemizar sobre el número de votos en contra.

-65 a favor, 50 en contra, dijo tras el conteo Lilia Margarita Valdés, de Morena.

-51 en contra…, le replicó Verónica Delgadillo García, de Movimiento Ciudadano.

-No le hace, te lo doy: 65 a favor, 51 en contra-, respondió la morenista.

“¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!”, comenzaron los gritos de los morenistas. Luego vino la votación de los artículos reservados, que fue puro trámite. 

Con la aprobación, se reforman y derogan más de 20 leyes, entre ellas, la de Protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, la Ley de cooperación internacional para el desarrollo, de la Ley de Hidrocarburos, de la Ley de Industria eléctrica. Desaparecen entre muchos otros el Fondo de ayuda, asistencia y reparación integral, el Fondo de Desastres Naturales.

El gobierno federal ha argumentado sin mucho detalle que pese a la extinción de los fondos y fideicomisos, los recursos destinados a los actuales beneficiarios se les harán llegar a través del Presupuesto de Egresos.

Las protestas

El día que los senadores se propusieron a revisar la extinción de fideicomisos el Senado de la República se convirtió en campo de batalla de consignas. Un día antes llegaron de la Sierra y Montaña de Guerrero activistas, víctimas de desaparecidos y desplazados a inconformarse ante la discusión en comisiones ordinarias de Hacienda y Estudios Legislativo Segunda la desaparición de 109 fideicomisos. 

La toma del edificio que alberga la sala de sesiones y oficinas de senadores tuvo sus problemas en la noche del lunes. Los manifestantes acusaron que el gobierno de la Ciudad de México les mandó a la policía con equipos antimotines a desalojarlos del plantón; las cosas no pasaron a mayores. Pero cuando despertaron se encontraron con otros inconformes que llegaron al cruce de avenida Reforma e Insurgentes. 

Cuando el sol empezó a calentar las banquetas se asomaron otros grupos sociales. De ahí se fueron coloreando sus gritos y las consignas se dispersaron: “Ciencia sí, obediencia no”, repetían los académicos; “Ahorro sí, robo de ahorro no”, coreaba una centena de ahorradores de la banca Famsa; y más al fondo surgen los reclamos de familiares de las víctimas de desaparecidos “Queremos justicia”. 

Mientras cruzaban las lluvias de consignas como bala perdida en Reforma, los transeúntes nomás volteaban a mirar a los manifestantes y se iban, nadie prestaba atención de lo que pasaba en el Senado. Mientras que la representante de los desplazados de Guerrero anunció que los senadores integrantes de la comisión ordinaria de Estudios Legislativo Segunda, entonces pendiente de votar el dictamen, se fueron a sesionar en una sede alterna. “Están en el hotel Sevilla Palace”. 

El pequeño contingente de académicos y estudiantes se movió hacia el hotel para encarar a los senadores, pero no encontraron eco a su demanda. Ahí permanecieron un par de minutos y empezaron a dar vueltas de la glorieta a Cuauhtémoc a la de Colón. Después de dos horas de movilización se retiraron. 

“Las víctimas de desaparecidos están aquí porque la ley de extinción de fideicomisos los va a dejar fuera. Si de por sí no le alcanza lo poco que reciben, imagínate lo que va a pasar si desaparecen el fideicomiso para atención a víctimas, defensores de derechos humanos y periodistas, es la parte que nos ocupa”, dijo la directora del Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, Teodomira Rosales Sierra.

La protesta de inconformes inició hace una semana en San Lázaro, cuando diputados aprobaron la extinción de los 109 fideicomisos. A través allegados de los senadores se difundió entre los activistas que la sesión de la comisión de Estudios Legislativo Segunda se trasladaría a la vieja casa de Xicoténcatl, e el Centro Histórico.

“Hay dos escenarios, el primera es que no haya quórum para que la comisión de Estudios Legislativo segunda no logre los acuerdos; la segunda es que pase directo al pleno y aprobarla con la reserva de ley. Aunque la idea es evitar el desgaste político”, confiaba en ese momento el senador Emilio Álvarez Icaza cuando la ex sede del Senado ya estaba custodiada por cientos de policías antimotines.

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Sin protesta que pusiera en peligro la reunión en la Comisión de Estudios Legislativos Segunda del Senado de la República, los legisladores aprobaron por mayoría calificada el dictamen de la minuta por la que se extinguen los 109 fideicomisos y se turnó de inmediato a la mesa directiva de esa cámara, para sesionar en la antigua sede de Xicoténcatl, acordonada por un dispositivo policíaco, para impedir la llegada de los inconformes. 

La calle de Donceles se vio tapizada por policías que llegaron a mediodía para contener las protestas. Es la primera vez que esta Legislatura trabaja en una sede alterna para evitar las protestas ante la extinción de fideicomisos.