Integrantes de la radio comunitaria han recibido amenazados de muerte por informar sobre la zona industrial que contaminaría el río Metlapanapa, que cruza por su comunidad. Las cuatro comunidades del municipio de Juan C Bonilla la han defendido en dos ocasiones. Esta es su historia
Texto y fotos por Daliri Oropeza
CHOLULA, PUEBLA.- “Cualle teotlactin icnime huan cihualicni, maj cuale xihualacan nochin….no toca Miguel. Tic caki tlajtol-ejecatl Zacatltepetl (Buenas tardes hermanos y hermanas, Bienvenidos todos….mi nombre es Miguel.Tu escuchas radio Zacatepec)”.
Al iniciar su programa de noticias, Miguel hace un recorrido por las noticias nacionales haciendo una lectura puntual de los periódicos. Pronto llega al tema de la amenaza de los empresarios quienes presionan para construir en su municipio, Juan C Bonilla, un drenaje para la creciente Ciudad Textil en la zona industrial de Huejotzingo.
Tiene un vaso de agua de limón a su lado y el micrófono en frente. Las amenazas de muerte que han recibido en la radio no han evitado que siga informando al pueblo donde nació lo que sucede en México, en el mundo, pero sobre todo en su municipio. Está sentado en una orilla de la mesa redonda de Radio Zacatepec, La voz del Pueblo.
Al entrar, nadie pensaría que hay una radio: hay que atravesar un jardín con flores diversas para llegar a la puerta de la cabina. Esta radio tiene más de 5 años funcionando y desde 2016 con concesión de uso social, fue de las primeras 10 radios del país en tenerla después de la reforma en Telecomunicaciones.
Comenzaron a reunirse gracias a que el párroco de la iglesia impulsó que el pueblo tuviera un medio de comunicación comunitaria, dada la naturaleza del municipio en donde prevalecen la siembra y las costumbres náhuatl. Es así como los integrantes fundadores comenzaron las transmisiones. La radio empezó replicando los usos y costumbres del pueblo: con asamblea.
«Esta radio es del pueblo, no vamos a tener miedo, porque el pueblo nos defiende y está no sería la primera vez”, asegura Mari Torres, locutora y defensora de la tierra originaria de Zacatepec.
Pero en su historia, Radio Zacatepec ha sido amenazada y desmontada dos veces antes de que tuvieran la concesión y antes de que existiera el problema de deshechos tóxicos que amenazan el Río Metlapanapa.
La primera vez que intentaron desmantelar Radio Zacatepec fue a mediados del 2014. Los policías entraron a la primera locación de la estación en el momento justo que grababan una cápsula para el programa infantil, era un sábado y fue al medio día. Mientras los niños escenificaban su programa comenzaron a desmantelarla. Se llevaron las computadoras. El Ifetel argumentó que fue por la falta de permisos.
En ese momento, los defensores del territorio de la radio hablaban sobre del asedio de un gasoducto en su territorio, el cuál poco después descubrirían que es un megaproyecto energético e industrial vinculado con el Proyecto Integral Morelos, y el gasoducto circula de Puebla a Morelos.
En esa ocasión desmantelaron la radio y asustaron a las niñas y niños que grababan su programa. Si embargo, la segunda ocasión que la desmantelaron, aún cuando no tenía concesión, fue mucho más aparatosa.
De acuerdo con la narración de Mari Torres, fue mucho más violenta ya que les acusaron de vender droga. la Policía Federal cerró desde la carretera federal que va de Puebla a la Ciudad de México. La comunidad notó que algo estaba pasando y que la radio estaba en peligro.
Afuera de la radio había un operativo con cientos de granaderos y cientos de policías que entraron a desinstalar y decomisar las computadoras, micrónonos, y lo que encontraran en las instalaciones, de todo menos droga. Esa noche clausuraron la casa donde se encontraba la radio.
Era junio de 2015. En la madrugada, sin importar la oscuridad, mucha gente se acercó a ver lo que sucedía porque era bien sabido dónde estaba la radio.
“La fuerza del pueblo se vio, salió unido, se empezaron a levantar con coraje y casi querían quemar las patrullas. El pueblo estuvo con nosotras, se siente bien bonito cuando te apoyan. Ellos dicen, los que hacen la radio no hacen nada malo, en ese momento nos lo dijeron y eso nos dio fuerza”, cuenta Mari Torres.
Cuando Mari Torres recibió la amenaza de muerte, lo primero que hizo fue llorar. «Piensas primero en tus hijos, en tu familia, te preocupa. Después entendí que sí tenemos un peso en la comunidad, que sí podemos hacer algo por el río, eso significan las amenazas”.
Mari Torres recuerda que varias veces por su programa Mujeres con mucha M la han detenido en el pueblo, el han dicho que por su culpa las esposas ya no se dejan y a veces le han agradecido por ello. Pero en esta ocasión fue distinto. Las amenazas llegan después de que el pueblo decidió en asamblea que no dan permiso a los empresarios para que el drenaje industrial desemboque en el río Metlapanapa.
Mari sintió miedo, “tengo dos niñas, no quisiera que les toque una amenaza así, tanto de violencias como lo que pasa con el río”. Sin embargo se siente respaldada por las personas de este municipio de Juan C Bonilla, conformado por 4 comunidades náhuatl: Ometoxtla, Cuanalá, Nextetelco y Zacatepec.
Frente al micrófono, y en una pausa mientras la locutora del programa de Música de nuestras raíces atiende las peticiones telefónicas, Mari asegura que ella no va a detener su labor de informar y participar en la defensa del río pues para ella es lo justo, y recuerda que tiene el apoyo del Pueblo.
Para la organización Artículo 19, dedicada a defender la libertad de expresión, es preocupante que varios integrantes de la radio hayan recibido amenazas, en tanto que el acoso a sus integrantes es por el activismo que han echado adelante contra el proyecto de descarga en el río Metlapanapa, de acuerdo con el documentador del área de protección, Julio Colín:
“La comunicación que han hecho es efectiva en este tema, por lo cual la comunidad está cargada a la defensa del río, en ese sentido los gobiernos municipales son los que más generan este tipo de vulneraciones a los derechos de informar y ser informados, no es la excepción con la comunidad de Juan C Bonilla”.
De acuerdo con el activista, el riesgo se incrementa pues Artículo 19 observa que las personas involucradas fungen un doble rol, porque a la par de organizar la protesta son parte de la comunicación y esto los pone en un riesgo constante y latente.
“Nosotros por eso en esta ocasión salimos a respaldarlos, porque hay una obligación del Estado, del gobierno federal de protegerlos”, dice Colín.
De acuerdo con Sandra Patargo, coordinadora de protección para las Américas de la organización Front Line Defenders, es importante dejar antecedentes de las amenazas y visibilizar para intentar usar la documentación para provocar incidencia: “que la sociedad sepa que esto está sucediendo para presionar a las autoridades, es una llamada de atención. Las agresiones suelen escalar si no hay un tipo de respuesta o estrategia”, advierte.
Para Patargo es importante ya que “incluso han recibido amenazas de muerte en las instalaciones de la radio, en el teléfono de la radio y por distintas vías”, de acuerdo con lo que ha documentado.
“No vamos a tener miedo porque el pueblo nos defiende y es una información que el pueblo merece. Lo que me mueve a seguir es el mismo pueblo”, recalca Mari Torres con cierto enojo, “traemos la lucha desde atrás, desde antes de nuestros abuelos, defendernos de las injusticias, la radio es una portavoz de lo que está pasando, somos portavoces del pueblo, son nuestras raíces”.
De acuerdo con Mari, desde que ella junto con Norma Xocoatl tienen el programa de mujeres los martes y los jueves de 10 a 1, las mujeres de la comunidad participan más en las asambleas y en la vida política, la violencia física y machista se ha reducido al interior de los hogares, de acuerdo con su percepción.
Miguel, quien es fundador de “La voz del pueblo”, asegura que al principio pensó que no lograrían hablar en náhuatl por los micrófonos, sin embargo, “lo señores del pueblo que lo hablan son nuestros maestros, ellos nos dicen que sigamos hablando, que vamos bien”.
En el periodo en que la radio llevó a cabo los trámites para tener su concesión de uso social, a finales del 2016 hubo una reorganización al interior del equipo de la radio, no solo de los programas sino de lo que se habla. Eso llevó a quienes participan a reaprender náhuatl, que asegura Miguel, se dejó de hablar con sus abuelos.
“El plan de Ayala debería ser como la biblia, para nosotros los campesinos”, dice Miguel en el micrófono. Describe cómo los policías acompañaban a las máquinas que quieren hacer los tubos para que pase el drenaje industrial al río.
Ahí donde los empresarios tienen el trazo del proyecto, la comunidad instaló un plantón indefinido hasta que pare la construcción, Desde ahí escuchan la radio. Miguel manda un saludo a sus compañeros que se encuentran allá.
“El náhuatl es nuestro origen, es lo que somos, nuestra palabra y la palabra es un regalo, nosotros debemos conocer nuestra lengua y practicarla”, asegura Miguel.
Unos de sus proyectos es el impulso a la revitalización de la lengua que se ha perdido en esta zona que está asedada no solo por la industrialización sino por la urbanización. Por eso un equipo de la radio toma semanalmente las clases de esa lengua.
Su objetivo es poder tener programas en los que todo el tiempo se hable náhuatl y que las personas en sus casas lo retomen, lo sigan usando quienes todavía lo hablan y lo comiencen hablar quienes se vayan acostumbrando a escucharlo.
Por eso, a pesar de las amenazas, la gente nos sigue defendiendo, piensa Miguel.
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Botas llenas de Tierra. Tejedora de relatos. Narro sublevaciones, grietas, sanaciones, Pueblos. #CaminamosPreguntando De oficio, periodista. Maestra en Comunicación y cambio social. #Edición #Crónica #Foto #Investigación
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