Colombia, en la hora cero

17 junio, 2022

El pueblo colombiano se enfrenta este domingo a una prueba inédita: por primera vez en su historia, un proyecto político de izquierda puede ganar la Presidencia. Las élites que buscan detenerlo sacaron esta semana su última carta: la detención selectiva de jóvenes que participaron en el Paro Nacional

Texto: Daniela Pastrana

Fotos: Pedro Anza 

BOGOTÁ., COLOMBIA.- El reloj de Colombia comenzó la cuenta regresiva. A 72 horas de la jornada electoral que podría llevar al gobierno, por primera vez en su historia, un proyecto político de izquierda, la tensión social crece.

Los petristas mantienen la esperanza de que se sostenga, en incluso se amplíe, la ventaja que obtuvo hace unas semanas la fórmula de Gustavo Petro y Francia Márquez. Pero el fantasma del fraude mantiene la incertidumbre sobre los resultados.

Por su parte, el uribismo, que desde la primera vuelta abrió sus cartas en favor de Rodolfo Hernández, quien se presenta como una alternativa moderada, ha puesto su resto esta semana en la estrategia de miedo, con la detención selectiva de una veintena de jóvenes que participaron en las protestas del Paro Nacional.

“Todos los alcaldes de las ciudades están en modo angustia”, dice una activista de Bogotá, mientras intenta desactivar la bomba de tiempo que ha provocado, entre los jóvenes de la ciudad, la noticia de la detención selectiva de líderes de la Primera Línea en las principales ciudades del país, como Calí, Medellín y Bucaramanga.

La Primera Línea fue como se autodenominó el primer frente de contención de las fuerzas policiacas que reprimieron las protestas durante el Paro Nacional. Es un frente que formaron, sobre todo, los más jóvenes.

Las autoridades colombianas anunciaron que realizaron 161 diligencias de registro y allanamiento, como una medida preventiva ante posibles acciones de violencia en las elecciones.

“Es una estrategia para generar terror y miedo”, dice Alex Sierra, del Centro de Estudios Socio Jurídicos Latinoamericanos (Cesjul).

La fórmula de Petro- un economista de izquierda, exmilitante del M19 y candidato presidencial por tercera ocasión- con Márquez -una mujer racializada, proveniente de una de las regiones más abandonadas por el Estado- ha desatado una ola de esperanza entre pueblos indígenas y afrodescendientes. 

Una ola que no se había visto, dicen aquí, desde 1948, con la candidatura del liberal Jorge Eliécer Gaitán. El asesinato de Gaitán derivó en las protestas conocidas como el Bogotazo, que para los historiadores es un punto de inflexión para el comienzo de la larga guerra de Colombia .

De hecho, los 8.5 millones de votos que la fórmula Petro-Márquez consiguió en la primera vuelta de la elección son ya una cantidad insólita para las fuerzas progresistas de un país donde han sido asesinados cinco candidatos presidenciales, después de Gaitán. Hace cuatro años, el propio Petro había conseguido 4.8 millones de votos, contra más de 7 millones de votos que obtuvo Iván Duque.

Está más cerca Petro de conseguir el millón de votos que necesita para tener la mayoría absoluta, que Rodolfo (Hernández) de los 3 millones que le faltan para superarlo”, dice el abogado y activista Ali Bantú Ashati, convencido de que sólo con un gran fraude puede ganar Hernández.

No es un escenario imposible. Por el contrario, uno de los focos rojos de la elección de este domingo está en la Registraduría Nacional, instancia organizadora de los comicios. En las últimas elecciones legislativas, la institución registró mal 1.2 millones de votos del Pacto Histórico, que es el partido de Petro. El director de la Registraduría, Alexander Vega, responsabilizó del error a los funcionarios de casillas.

También se ha negado a que haya una auditoría externa del software que registra la votación, una de las principales demandas del equipo de Petro, pues a diferencia de México, en Colombia no está disponible la información desglosada de los resultados electorales. 

“No hay datos abiertos para que cualquier ciudadano pueda analizar los resultados”, dice Alex Sierra. 

Las suspicacias sobre la imparcialidad del árbitro aumentaron después de la primera vuelta electoral, cuando de forma inesperada e inexplicable, Rodolfo Hernández obtuvo el 28 por ciento de la votación, superando a Fico Gutiérrez, candidato del Partido del Centro Democrático. El crecimiento ocurrió en dos semanas, pues Hernández se había mantenido cerca del 10 por ciento de las preferencias electorales durante meses.  

Pero poco a poco van surgiendo más dudas de su sorpresiva votación. Por ejemplo, el hecho de que Hernández haya ganado en todos los territorios de influencia uribista, con excepción de Antioquía, hace pensar que el uribismo apostó por su candidatura.

La prensa internacional cayó en la trampa de que Rodolfo es un candidato independiente, ¿cuál independiente? Es socio de Tomás Uribe (hijo del expresidente Álvaro Uribe) en negocios inmobiliarios”, dice Ali Bantu.

Los análisis coinciden también en que la prensa nacional ha construido un discurso y una narrativa para generar la percepción de que Hernández ya rebasó a Petro. 

La campaña mediática en contra de Petro, a quien se acusa de “comunista”, ha sido una constante en varios meses. Pero esta semana, la estrategia dio una vuelta de tuerca, con la detención de jóvenes de la Primera Línea, a los que se les acusa de delitos graves, como terrorismo e incitación a la violencia.

Se trata de órdenes de aprehensión que estaban listas hace más de un año, pero las autoridades decidieron hacerlas efectivas ahora, tres días antes de la elección.

Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.