Es el peor momento de la pandemia en el Valle de México: la ocupación hospitalaria llegó a 85 por ciento, los contagios no ceden y las imágenes de vacacionistas en las playas provocan desesperanza entre el personal médico. Este es un recorrido por hospitales, donde la historia de este 1 de enero no fue de festejo
Texto y fotos: Isabel Briseño y María Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO.- Las personas que buscan espacios para sus familiares con síntomas graves recorren hospitales de la ciudad en espera de turno. En los primeros dos días del año, la ocupación hospitalaria llegó al 85 por ciento.
Encontrar un espacio parece cuestión de suerte. Ésta depende de las recuperaciones y de los fallecimientos, por ello, hay quienes logran acceder a las salas de espera pero ahí pueden pasar desde tres hasta cinco horas aguardando un lugar.
Encontrar una cama en cuidados intensivos es aún más complicado. Según el mapa de hospitales Covid del gobierno de la capital, solo cuatro hospitales en el Valle de México cuentan con disponibilidad de camas UCI:
El Hospital General De Zona C/Mf 29 (S. Juan Aragón), el Hospital Pediátrico la Villa, el hospital de pediatría 01 Siglo XXI y el Hospital Infantil de México Federico Gómez, el cual es únicamente para menores de edad. .
Javier permanece afuera del Hospital General de Xoco. en la delegación Coyoacán. Su hermano falleció el primer día de este 2021, después de ser intubado el 31 de diciembre. Según el informe del 1 de enero del Gobierno de la Ciudad de México, 138 personas murieron entre el último día del 2020 y el primero del 2021.
Javier espera que le entreguen el cuerpo de su hermano mientras busca el servicio de cremación en varias funerarias. Le han dado costos que van de 10 a 15 mil pesos, pero de elegir un crematorio público, debe esperar 8 días debido a la saturación.
«¿Y mientras, dónde dejo el cuerpo de mi hermano?», pregunta molesto.
“La gente no entiende, sigue comprando regalos y ahora los reyes, ¿por qué siguen abiertas las tiendas de Elektra?, ellos no dejan de vender y cobrar y la gente tiene que hacer largas filas para realizar sus pagos, ahí hay peligro de contagio, por qué el presidente no da la orden de que cierren esas tiendas?, ¿por qué la gente no quiere entender que debe quedarse en su casa y que no es tiempo de reyes no de nada? ¿quieren estar aquí afuera de un hospital esperando el cuerpo de un familiar?”.
Laura es enfermera del Hospital General de Ecatepec, en el Estado de México, pero espera noticias de su hijo afuera del Hospital 20 de Noviembre, en la colonia del Valle de la Ciudad de México. Entre ambos hospitales hay unos 30 kilómetros de distancia y una cama disponible para atender a su hijo.
Juan David, de 17 años, fue diagnosticado de leucemia tras fracturarse un pie jugando basquetbol. Su madre cuenta que hace un mes ella le trasplantó médula y hace una semana le avisaron que su hijo resultó positivo de covid-19. Durante la madrugada de este 1 de enero le avisaron que tenía que acudir al hospital para autorizar la intubación del joven y ella espera a que su esposo salga de recibir los informes del mediodía. Sabe que hay pocas esperanzas, pues Juan David está muy grave.
La mujer mira a lo lejos llegar a personas solas o acompañadas y comenta que es lamentable que ese hospital esté al límite y no reciban a más personas a menos que lleguen referenciadas previamente por otra institución. Habla con profundo agradecimiento a todos esos “angelitos”, como ella les llama, que han cuidado a su hijo.
“¿Con qué fuerzas seguiré adelante? Mi hijo está a punto de morir, ¿cómo voy a seguir trabajando? ¿Cómo seguiré apoyando a todos mis pacientes?”, se pregunta la enfermera.
La mañana del 1 de enero personas aún con pijama llegaron al Hospital General de México Eduardo Liceaga, para internar a sus familiares por covid-19.
Éste es uno de los hospitales que no tiene disponibilidad para nuevos ingresos según los datos del gobierno local. Quizá por eso había poca afluencia de ambulancias y de ingresos, la calle lucía sola y en algunos autos se observó gente durmiendo en la fría mañana. Sin comercios donde comprar alimentos, solo algunos familiares y los vigilantes permanecieron en las inmediaciones de este nosocomio, dependiente de la Secretaría de Salud y ubicado en la colonia Doctores.
A una cuadra está el Centro Médico Siglo 21, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que es la institución del sector salud más grande, y sobre la cual ha recaído la mayor carga de la pandemia.
El miércoles 30 de diciembre, en la última conferencia semanal del IMSS de 2020, el director de prestaciones médicas, Victor Hugo Borja, informó que los hospitales del Instituto de la capital hay 2 mil 475 camas disponibles y 92 por ciento de esas camas está ocupado, mientras que en el vecino Estado de México hay mil 724 camas y una ocupación de 98 por ciento.
Borja Aburto explicó que la ocupación de las camas en hospitales que atienden a pacientes con covid-19 es muy dinámica, debido a que en el transcurso del día hay pacientes que ingresan a urgencias, mientras que otros se les asignan una habitación o son dados de alta. Sin embargo, aclaró que la presión que está soportando el IMSS es alta.
“Sí hay que reconocer que en la Zona Metropolitana del Valle de México tenemos una gran presión y necesitamos hacer todas las medidas para evitar que sigan llegando pacientes a los hospitales. La primera es acatar las medidas preventivas de quedarse en casa. Nosotros buscamos mejorar la detección en todas las unidades de Medicina Familiar y en los módulos respiratorios, también estamos empleando pruebas rápidas”, aseguró.
Las muertes continúan al alza, dice el encargado de una funeraria que está frente al Hospital de Especialidades La Raza, en la Alcaldía Gustavo A. Madero. Añade un dato que da escalofríos: los hornos crematorios ya no dan horarios porque están saturados, y hay que dejar los cuerpos hasta dos o más días en patología: “Esto está peor que cuando según estaba el punto más alto. En estas fechas yo veo entrar a la funeraria a los familiares destrozados, es más difícil perder a alguien en esta época del año”, expresa.
El inicio de 2020 arrancó con llantos, gritos, soledad, abrazos, caras caídas, ingresos, cansancio, familias completas, personas solas; dolor al recibir la noticia de que un familiar falleció; ambulancias que no dejan de entrar por la Puerta 3: personal médico que al arrastrar las camillas de los pacientes encapsulados, reflejaba su cansancio en el rostro; gente esperando dentro de sus autos; gente que llega a pie; olor a desinfectante en aerosol, el aroma que predominaba en la calle de Zaachila.
Este 1 de enero, la Unión Nacional de Trabajadores por la Salud se manifestó frente al nosocomio para denunciar nuevamente que las vacunas no se están aplicando a quienes trabajan en zonas covid.
El hospital de la Raza es el que más casos de contagios y muertes de personal médico tiene, asegura el activista Rafael Soto Cruz.
Un día antes de la protesta, el 31 de diciembre de 2020, la pediatra Ana Paola de Cosio anunció con un video en redes sociales que renunció a su trabajo en el Hospital de Pediatría del S. XXI debido al «influyentismo» en la aplicación de vacunas dentro del personal de hospitales.
«Solo en una ocasión recibí el bono covid pero tengo compañeros que no han recibido el bono. Ahora resulta que no aparecemos en la lista de vacunación cuando hay personal administrativo que (sí) y no está en primera linea» denunció la doctora.
En otro video publicado en la cuenta del IMSS, Rocío Cárdenas Navarrete, directora del Hospital de Pediatría del Siglo XXI aseguró que Cosio no entraba a zonas covid desde octubre, y sin embargo, se encontraba programada para obtener la vacuna en los primeros días de enero.
En el Hospital General Tláhuac Dra. Matilde Petra Montoya Lafragua, la información a los familiares se da a las cinco de la tarde. Las familias llegan una a una y se acomodan en las bancas. Hay quienes las sanitizan con aerosoles desinfectantes antes de sentarse, algunos portan guantes y caretas.
Los familiares esperan con las bolsas de ropa y artículos de limpieza que traen para sus pacientes, jabones, papel de baño, pasta de dientes; otros conversan entre ellos, intercambiando experiencias de cuidado.
Un trabajador de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México que se dedica a hacer enlaces por videollamada a la entrada del hospital cuenta que hay un número alto de fallecimientos.
“ Aquí nos han tocado hasta seis fallecidos por día pero ahí se van, entre recuperados y fallecidos. Si ve ahorita pasó un paciente. Entran, los estabilizan, los valoran y si es urgente, los internan (siempre y cuando haya disponibilidad)”, dice.
También hay historias de solidaridad. Cynthia y Samantha son vecinas del hospital, viven en Santiago Zapotitlán, uno de los pueblos originarios de la delegación Tláhuac. Iniciaron el año preparando tamales para repartir a las familias que esperan noticias de quienes pasaron año nuevo internados por covid-19.
«Sabemos que la están pasando difícil. Muchos pasaron año nuevo solo a la espera de la recuperación de su familiar» cuentan.
A unas cuadras de este hospital de la Secretaría de Salud capitalina se ubica el nuevo Hospital General del ISSSTE. Apenas abrió el pasado 19 de diciembre y ya no tiene camas disponibles.
Es 1 de enero. A la entrada dos integrantes de la familia hablan por teléfono, comunicándose de hospital en hospital: “En el INER no hay cupo” expresa una de ellas después de terminar la llamada. Del 911 también las mandaron al Instituto Nacional de Emergencias Respiratorias(INER) y al Hospital General Dr. Manuel Gea González, pero ninguno de estos cuenta con disponibilidad.
A su criterio de búsqueda la familia Aguilar añade el no asistir a los hospitales del IMSS:
“Se supone que te aceptan en cualquier hospital pero en los del IMSS nos han dicho que como no tenemos seguro, no entra” responde una mujer de la familia mientras espera noticias
Media hora más tarde, una camioneta llega con un paciente , pero arrancan a toda velocidad cuando los guardias de seguridad les dijeron que no había cupo.
“Desde hace dos días dejó de haber cupo y nos toca decirles que no”, cuenta el guardia a cargo del turno matutino.
Después de la inauguración de este hospital, Pie de Página preguntó al subsecretario Hugo López Gatell sobre la falta de tanques de oxígeno denunciadas. El funcionario respondió que el hospital está muy bien equipado, pero en las salas de espera de ningún hospital se proporcionan tanques de oxígeno: «Algunas personas tenían la expectativa de que en la sala de espera, mientras eran recibidos, se les proporcionaría inmediatamente un tanque de oxígeno. Esto no es convencional en ningún hospital. Por eso insistimos también la importancia de llegar oportunamente», dijo.
En el informe diario sobre covid-19 del 24 de diciembre, López Gatell recomendó a las personas no buscar hospitales por cuenta propia: «Eso hace perder tiempo, eso evidentemente pone una situación muy angustiosa a la familia, llamen al 911 para que les orienten dónde encontrar una cama en todo el país,»
Sin embargo hay ocasiones que incluso la información del 911 no es correcta, como en el caso de la familia Aguilar, que acudió a la nueva sede con la esperanza de encontrar espacio después de llamar al 911. Pero fue el segundo hospital al que acudieron sin éxito.
En el primer día del año, la familia Aguilar tuvo que conseguir un tanque de oxígeno para su familiar, internado en ese centro desde su inauguración. Conseguirlo fue difícil. En el hospital les dieron una receta médica para que se los dieran en la clínica que le corresponde (de la delegación Álvaro Obregón), pero prefirieron comprarlo en una tienda de Santa Fe para hacerlo más rápido.
Como medida de emergencia, a partir del 30 de diciembre el Gobierno de la Ciudad de México brinda recarga gratuita de cilindros de oxígeno en dos puntos: en las instalaciones del Centro de Rehabilitación Infantil en la Alcaldía Gustavo A. Madero (GAM), y en la plancha de la Plaza Cívica de la Alcaldía Iztapalapa de lunes a viernes entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde.
Los kioskos y centros de salud donde se realizan las pruebas rápidas de covid-19 reanudaron actividades. Este día tomarán muestras de 9 de la mañana a 1 de la tarde
“Para la recarga de los tanques será indispensable que el cilindro tenga la prueba hidrostática (PH) vigente y estar en condiciones físicas aceptadas por el operador” informó el gobierno de la Ciudad de México en un comunicado.
Al día solo rellenan 50 cilindros por lo que se recomienda llegar temprano.
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