6 julio, 2020
Además de desarrollar las pruebas para descubrir contagios de covid y buscar una vacuna contra el virus, los científicos especializados en virología hacen una tarea fundamental: combatir la desinformación sobre el coronavirus
Texto: María Ruiz
Fotos: Sociedad Mexicana de Virología
En el día a día los mexicanos se han topado con una gran cantidad de noticias falsas respecto a la covid-19, enfermedad del virus SARS-COV 2. Algunos ejemplos son los audios compartidos vía WhatsApp donde voces anónimas advierten de no acudir a hospitales públicos porque matan a personas con síntomas de covid-19 o que la enfermedad es un invento para controlar la sobrepoblación en el mundo por lo que la Marina mexicana esparcirá masivamente el virus. A esta rápida propagación de noticias falsas se le conoce como desinfodemia. Y una solución a ésta es el pensamiento científico.
“El pensamiento científico tiene que ser algo no exclusivo de los científicos. Todos tendríamos que ser capaces de llegar a conclusiones lógicas basadas en nuestras experiencias de la vida diaria”, desea el doctor Carlos Sandoval Jaime, uno de los fundadores de la Sociedad Mexicana de Virología.
Para Sandoval Jaime el problema es profundo y se tiene que solucionar desde la educación primaria. Hacer cambios en la estructura educativa para fomentar el pensamiento científico y que se quede con las personas durante toda su vida.
Y luego pone un ejemplo, para entenderlo hay que imaginar que nos cuentan la siguiente historia: A mí me contó el primo de un amigo que el doctor en el hospital fulano le dijo a mi primo que su abuelito murió de covid, que le iba a dar 50 mil pesos si le ponía ahí que murió de covid.
“Una persona debería de ser capaz de escuchar esta historia y de decir: Ah sí, ¿y por qué?, ¿por qué el gobierno haría eso?, ¿de qué manera le conviene?, ¿cómo va a gastar 50 mil pesos por persona si no tenemos ni para cubrebocas? Y una vez que haces las preguntas correctas basadas en la evidencia, todas esas mentiras se vienen abajo. Es algo que debe de venir desde la formación de toda tu vida” explica el doctor.
Es esta la otra lucha de los virologos: la desinformación. Ante ella, no se han quedado con los brazos cruzados.
Uno de estos esfuerzos se encuentra en las redes sociales. Desde Twitter y Facebook la Sociedad Mexicana de Virología comparte información de expertos y realiza conversatorios en vivo. Su más reciente aportación es la invención del grupo SMV-COVID 19, un grupo abierto de divulgación científica donde cada semana realizan conversatorios en vivo para resolver dudas de los miembros que lo integran.
“Nos decidimos todos los días a combatir esta desinfodemia, que se volvió mucho más peligrosa que la pandemia. No nos queda más que la opción de informar, dar la información de la manera más sencilla, tratar de hacerla llegar”.
Cuando el doctor Carlos Sandoval Jaime descubrió a los dinosaurios comenzó su historia con la ciencia, en ese entonces era un niño que leía enciclopedias. Con el tiempo decidió estudiar biología y fue en la maestría que entró al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y se volvió virólogo. Hoy realiza publicaciones a nivel internacional y, en tiempos de pandemia, es parte de los virólogos mexicanos dentro de la lucha contra el SARS-COV 2.
El laboratorio del Instituto de biotecnología en la UNAM, donde trabaja el doctor Carlos Sandoval, no ha parado desde que empezó la emergencia. Por seguridad laboran con el personal mínimo, lo que ha incrementado la carga de trabajo. Realizan investigaciones y también apoyan con pruebas de covid-19.
Todos los días Sandoval y sus compañeros llegan a leer las más recientes publicaciones científicas, a realizar divulgación de sus avances, a dar una que otra entrevista y a continuar con sus investigaciones.
“Nosotros en nuestro laboratorio tenemos la infraestructura y el conocimiento para dar apoyo a los laboratorios estatales. En este momento yo me encuentro tratando de realizar una prueba de anticuerpos para el futuro, para poder identificar a las personas que lograron desarrollar anticuerpos y se recuperaron del SARS-COV 2”, explica.
La investigación del doctor Sandoval permitirá saber cuánto tiempo duran los anticuerpos y así identificar cada cuánto habrá que ponerse la vacuna. Los virólogos son los otros héroes de esta pandemia, menos conocidos que el personal médico, pero igual de importantes. Son ellos y ellas quienes desarrollaron las pruebas; son quienes están estudiando al virus y buscando la solución: una vacuna.
“Esta es la primera vez en los tiempos modernos que nos enfrentamos a una pandemia de estas dimensiones. Nos tocó en un momento en el que la comunidad científica está mejor preparada que nunca antes en la historia. Que en cinco meses hubiera más de 120 proyectos distintos de estrategias de vacuna, con distintos laboratorios en todo el mundo colaborando e investigando, es un esfuerzo realmente poderoso. Es en los laboratorios donde va a salir la respuesta a todo esto. Y por supuesto todo este esfuerzo tiene que estar financiado por los gobiernos o las empresas privadas, es un esfuerzo muy grande y muy caro” cuenta el científico.
“En cuanto a cómo nos tomó esta pandemia… no contabamos con grupos que estudiaran coronavirus humanos. Tenemos a la doctora Rosa Elena Sarmiento, de la Facultad de Veterinaria, que estudia coronavirus veterinarios. Pero grupos como tales que estudiaran coronavirus humanos no había en México”, cuenta el virólogo.
¿Por qué? Explica:
“Porque las investigaciones de coronavirus humanos (antes de la covid-19) no podían competir por presupuesto con enfermedades como hepatitis o VIH”.
Es decir, ¿quién querría invertir en estudiar las gripas?
No sólo no existen grupos que estudien coronavirus humanos, no hay una estructura suficiente para el desarrollo de vacunas.
“En México ha habido un retraso enorme en cuanto a la tecnología de vacunas. Ya no hablemos del desarrollo de vacunas, en la parte que hacemos en el laboratorio. Y si hablamos de escalas industriales, una vez que se tiene la vacuna y que se han realizado todas las pruebas de seguridad… no contamos en el país con la tecnología para hacer estos escalamientos a gran escala para poder administrarlo a la población”, denuncia.
El doctor Carlos Sandoval recuerda que en México sí hay algunos esfuerzos para desarrollar una vacuna contra la enfermedad covid-19. Recientemente el canciller Marcelo Ebrard compartió en su Twitter la noticia de que se presentaron cuatro proyectos ante la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI): la vacuna recombinante del Instituto de Biotecnología de la UNAM en colaboración con el Cinvestav; la vacuna Avimex-IMSS, en colaboración con la UNAM y el Cinvestav; la Vacuna ADN del ITESM y Universidad Autónoma de Baja California, en colaboración con el IPN y la Vacuna basada en péptidos de la Universidad Autónoma de Querétaro en colaboración con el IPN.
Pero realiza una anotación: “muy posiblemente vacunas que se realizan en otros países estarán a disposición mucho más rápido. Todo esto obedece a este problema de asignación de presupuestos, que no se ve solo reflejado en la virología sino en todas las ciencias en México.
Tampoco se cuenta con planes pedagógicos como una licenciatura, una maestría o un doctorado en virología.
“En México no hay un programa de formación de virólogos. Todos los virólogos que estamos en este momento nos graduamos en otras áreas de conocimiento. Por ejemplo, yo me doctoré en patología experimental, enfocado en virología. Trabajé durante todo mi doctorado en un laboratorio. ¿Qué impacto tendría en nuestra sociedad si hubiera licenciatura, maestría o doctorado en virología?”, se pregunta el científico y responde que estaríamos mejor preparados para reaccionar a este tipo de emergencias.
El virólogo especifica que en la UNAM dan un curso de virología lo dan por un semestre. Pero eso es todo.
Sandoval explica que la ciencia mexicana se enfrenta a varias carencias:
“Muchos de los reactivos y compuestos que necesitamos para nuestros experimentos tenemos que comprarlos fuera del país y eso incluye un precio extra. Instalaciones… (construirlas) sería una inversión enorme que no sé si nuestra sociedad estaría dispuesta a hacer”, cuenta.
Y con todo eso, México cuenta con virólogos de reconocimiento internacional.
“Aún con estas deficiencias los virólogos en México hacemos un trabajo a la altura de países del primer mundo. Nuestras publicaciones compiten con las de países desarrollados. Los virólogos en México, con los poquísimos recursos con los que contamos, desarrollamos investigaciones que son reconocidas a nivel internacional. Tenemos grandes cabezas, grandes científicos que lo que necesitan es apoyo“.
Algunos de ellos forman parte de la Sociedad Mexicana de Virología, de la que es fundador Sandoval. Ésta empezó como una de las “redes temáticas Conacyt”en 2014, al ser parte de estas redes les otorgaban recursos. Con estos lograron apoyar a estudiantes para que participaran en congresos, realizaron el Congreso Nacional de Virología, publicaron libros de divulgación y de apoyo, como La virología en México, situación actual, retos y oportunidades, con el que lograron un diagnóstico de la situación de la virología mexicana. El recurso de Conacyt paro por lo que decidieron conformarse como una sociedad y así nació la Sociedad Mexicana de Virología, a partir del sueño de estar mejor preparados.
“Uno de nuestros sueños es el crear un Centro Nacional de virología, que es algo que México no tiene. Donde pudieramos juntar a todos los virólogos para atacar estos problemas y ser más eficientes. Donde tuviéramos acceso a recursos para explorar campos que no se han explorado y donde nos permitiera formar nuevas generaciones de virólogos. Si nosotros nos pudiéramos preparar para la siguiente pandemia, que seguro va a haber otra. Es importante tener un centro de virología. Cuando se presente este escenario, de inmediato podríamos reaccionar de la manera más adecuada” expresa.
Pero este sueño y sus avances están atados a un tema básico: el presupuesto gubernamental destinado a la ciencia y la tecnología.
Según el informe Inversión para Ciencia, Tecnología e Innovación en México de la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión hasta 2018 “los esfuerzos para estimular el desarrollo científico y tecnológico en México”, eran insuficientes.
Este año se otorgaron 25 mil 658.8 millones de pesos al Conacyt en el Presupuesto Estatal de la Federación. Y aunque el presupuesto aumentó, se sigue quedando corto ante las necesidades de la ciencia mexicana.
“En general todas las ciencias en México han tenido un golpe tremendo. No sólo en este sexenio sino en varios hacia el pasado. Cada vez ha habido un recorte mayor en el presupuesto que se puede asignar a las ciencias básicas. En los sexenios pasados se dio un pequeño impulso a las ciencias aplicadas, sin embargo este tipo de problemas (la covid-19) como el que estamos enfrentando en este momento debe de ser atacado desde los campos de la ciencia básica”, menciona Sandoval.
–¿A qué se refiere con ciencia básica?, se le pregunta.
“La ciencia básica es el conocimiento que no puede ser aplicado de inmediato. El conocimiento que se genera en los laboratorios, que crea las bases para posteriormente llegar a una aplicación”, y luego pone un ejemplo: estudiar la fotosíntesis.
“Para el público en general e incluso para las autoridades quizá se pregunten, ¿por qué voy a estudiar la fotosíntesis en plantas?, eso no me va a dejar dinero de inmediato… pero si nosotros a futuro logramos determinar cuál es el mecanismo mediante el cual las plantas logran hacer un uso óptimo de la luz solar, bueno, problemas de energía serán resueltos” explica.
El científico añade que es importante que la sociedad entienda la importancia de apoyar estas iniciativas. De ver la ciencia en su día a día. Y entonces ahí aborda otro tema: la educación.
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