Strange Fruit es una canción emblemática de la lucha por los derechos de las comunidades afrodescendientes. Ha sido interpretada por Billie Holiday, Nina Simone, Annie Lennox, Cassandra Wilson y Susie and the Banxies. ¿Será que el siglo veintiuno se convertirá en una época en la que finalmente lograremos superar siglos de racismo y desigualdad?
Twitter: @tuyteresa
Un rasgo particular de la cultura norteamericana ha sido su capacidad de crear narrativas, historias conmovedoras, héroes, relatos… La literatura, el teatro y por supuesto la industria del cine forman parte de esta narrativa, dominada durante siglos por el relato blanco.
Este 20 de enero presenciamos un giro, al menos en el discurso: la fastuosa ceremonia del cambio de gobierno en Estados Unidos con Lady Gaga, Jennifer Lopez y, por supuesto, la participación de la joven poeta Amanda Gorman: quien ha escrito acerca de la segregación, la opresión y la diáspora africana en aquel país.
El racismo sistémico, sin embargo, está más vivo que nunca. Donald Trump avivó este fuego y lo ha dejado encendido.
Hace 82 años, en la primavera de 1939, una mujer negra interpretaría por primera vez una canción, creando pequeñas fisuras que más tarde se convertirían en hilos de luz, que con el tiempo resquebrajarían viejas ideas sobre el color de piel.
Es así como una mujer negra con un linaje marcado por la esclavitud interpretaría una de las canciones que hizo historia en la cultura popular estadounidense: Strange Fruit.
Junto a Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald, Billie Holiday es una de las tres cantantes más influyentes en la historia del jazz.
Su vida, como la de muchos artistas afroamericanos, estuvo marcada por la pobreza, la segregación y eventos dolorosos que marcaron su trayectoria artística.
Originaria de Philadelphia, Pennsylvania; Eleanora Fagan Gough, mejor conocida como Billie Holiday, nace en una época dominada por la segregación racial y la hegemonía del relato blanco en todas sus variantes y formas: económica, educativa, filosófica, política, cultural…
Su madre era una niña de 13 años cuando la tuvo, su padre tenía 15 y se alejó de ambas en cuanto ella nació. Luego de vivir toda clase de abusos: como encarcelamiento, explotación sexual y trabajo forzado, Billie Holiday logra hacerse de un nombre en la escena musical del jazz a los 18 años.
Como muchas de las grandes voces de su generación, esta hermosa mezzosoprano se formaría a la luz de los clubes de jazz más destacados de la escena musical afroamericana.
El historiador musical Frank Tirro afirma que el año 1917 fue clave para la historia del Jazz. Este año saldría al mercado el primer disco con la palabra Jazz en la portada. A partir de este momento, quedaría grabado en la memoria colectiva como uno de los géneros musicales más trascendentes del siglo veinte.
Su origen se remonta a las comunidades afrodescendientes del sur de Estados Unidos durante el siglo dieciocho. Pero es hasta mediados del siglo veinte que se transformaría en un movimiento musical con implicaciones estéticas y culturales.
Pronto, este género se expandió más allá de los clubes de jazz de Nueva Orleans y llegó hasta las salas de concierto de músicos blancos…
Fascinados por el virtuosismo de artistas como Mails Deivis, Ella Fitzgerald, Sara Vaughan o Charlie Parker, rápidamente incorporaron este género a las altas esferas de la música.
Esto no se tradujo en igualdad de condiciones para artistas de la talla de Charlie Parker, Miles Davis, Thelonious Monk, Ella Fitzgerald, John Coltrane, Nina Simone y por supuesto: Billie Holiday.
Hasta 1938 se abrió el primer club de jazz interracial en Nueva York. Se trata del Café Society, creado por Bernie Josephson. Apasionado del jazz, Bernie funda este centro nocturno y convoca a lo mejor de la escena musical de la época.
Se trata de la versión estadounidense de los cabarets que había visitado en Europa durante los años previos.
No está demás mencionar que el concepto del Cabaret en Europa retomó una posición política ligada al antifascismo y a los movimientos de izquierda.
Durante los momentos más cruentos del periodo de entre guerras -que algunos historiadores ubican desde el final de la Primera Guerra Mundial en noviembre de 1918 y el inicio de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939- los cabarets se transformaron en lugares de resistencia hasta que el fascismo logró destruirlos hasta los cimientos.
Es así como Josephson elige este nombre desafiando a la gente de la alta sociedad, conocida como: “beautiful people” o Café Society.
En un momento histórico marcado por el racismo, este lugar sería el epicentro del jazz.
Algunas veces, durante el día, abría sus puertas para el encuentro de obreros, movimientos sociales y artistas emergentes. Y durante la noche, se prepararía para recibir a mujeres y hombres de todas las clases sociales y grupos culturales.
En este lugar también se interpretaría por primera vez una de las canciones que movió la conciencia de la sociedad norteamericana: Strange Fruit.
Es en este momento -1939- que Josephson y Holiday cruzan sus caminos dando lugar a una historia legendaria.
En los años treinta Billie Holiday comenzó una carrera hacia el éxito cantando en afamados clubes nocturnos.
Pero es hasta que llega al Café Society cuando se consagra como una de las mejores artistas de todos los tiempos.
En este lugar interpretó por primera vez: Strange Fruit.
Strange Fruit es una canción emblemática de la lucha por los derechos de las comunidades afrodescendientes.
La primera vez que la interpretó en el famoso Café Society de Nueva York nadie aplaudió. Aquella primavera de 1939, los asistentes se quedaron estupefactos, mientras ella temblaba de miedo y emoción al mismo tiempo.
Compuesta por Abel Meeropol, el tema hace mención «al fruto extraño que cuelga de los árboles del sur».
Es una cruda referencia histórica al ahorcamiento y linchamiento que vivieron los pueblos afrodescendientes en aquel país.
Meeropol la compuso al ver la foto del ahorcamiento de dos obreros afroamericanos en el verano de 1930.
La canción, habla del cuerpo de un hombre colgando de un árbol:
De los árboles del sur cuelga una fruta extraña.
Sangre en las hojas, y sangre en la raíz.
Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña.
Extraña fruta cuelga de los álamos.
Escena pastoral del valiente sur.
Los ojos saltones y la boca retorcida.
Aroma de las magnolias, dulce y fresco.
Y el repentino olor a carne quemada.
Aquí está la fruta para que la arranquen los cuervos.
Para que la lluvia la tome, para que el viento la aspire,
para que el sol la pudra, para que los árboles lo dejen caer.
Esta es una extraña y amarga cosecha.
Al igual que Joséphine Baker, Nina Simone, Louis Armstrong, Miles Davis y muchos otros artistas de la época, Holiday vivió el racismo en carne propia. A pesar de enfrentar oposición de amplios sectores, abrazó este tema como un himno. Años después afirmaría que al interpretar Strange Fruit sentía una profunda tristeza y un gran sentido de orgullo y dignidad.
Actualmente Strange Fruit es considerada una de las 10 canciones más influyentes de la historia.
Por su parte, Abel Meeropol, compositor y poeta estadounidense de origen ruso-judío, se posicionaría como un narrador de la cultura popular norteamericana.
Y es así como esta canción compuesta hace 82 años ha sido interpretada por Billie Holiday, la gran Nina Simone, Annie Lennox, Cassandra Wilson y Susie and the Banxies.
Actualmente un grupo de hip-hop lleva por nombre: Strange Fruit Project, demostrando que seguirá en la memoria viva de las músicas del mundo.
¿Será que el siglo veintiuno se convertirá en una época en la que finalmente lograremos superar siglos de racismo y desigualdad?
Este 2021 se cumplen 500 años del relato colonizador, en el resto del continente hay miles de historias que aguardan su momento para ser contadas, hacer fisuras, tejer hilos de luz y resquebrajar viejas y anquilosadas ideas sobre el color de la piel. Celebremos la diversidad y su belleza.
Guionista, reportera, radialista. Cubre temas culturales, sexualidad, salud, género y memoria histórica. En sus ratos libres explora el mundo gastronómico y literario. Cofundadora de Periodistas de a Pie.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona