Cuando se anunció que en Nicolás Bravo, Quintana Roo, habría un paradero del Tren Maya, los ejidatarios, animosos, se reunieron para determinar dónde se construiría. El terreno fue designado democráticamente, pero en febrero, todo cambió y la estación quedó fuera del pueblo y más cerca a un hotel
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Especial
CIUDAD DE MÉXICO.- “Nosotros esperábamos que pasaran por el pueblo, para generar nuestras ventas de productos, pensábamos que iban a crecer, pero ahora donde lo dejaron no está cerca de la carretera, lo metieron a la selva, es una partida de lo que habíamos quedado”, cuenta sobre sus esperanzas rotas Sonia Méndez, habitante de Nicolás Bravo y ejidataria de Laguna Om.
En noviembre de 2022 los ejidatarios de Laguna Om, donde se encuentra el poblado de Nicolás Bravo se reunieron para acordar, junto con autoridades de Fonatur y del Ejército, dónde se construiría el paradero del Tren Maya en esa comunidad. Animosos, determinaron un lugar conocido como el antiguo basurero. Así, quienes bajaran del tren llegarían al pueblo, donde sus habitantes esperaban beneficiarse de la derrama económica que pudieran dejar.
“Incluso fue desde junio del año pasado que se hicieron las consultas y las mediciones del trazo. Vinieron los topógrafos que habían estado en el AIFA –el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles– Hicieron las proyecciones del trazo, se fijaron en los afectados, hicieron mediciones de los árboles que había, todo eso desde julio”, añade Sonia Méndez.
Sin embargo, después del anuncio de un par de cambios en el área que usaría el paradero, en febrero de 2023 las autoridades ejidales convocaron a una asamblea para aprobar un cambio radical de la ubicación del paradero. En vez de quedar cercano al pueblo, quedaría lejos, internado en la selva. Sospechosamente cerca del hotel Explorean Kohunlich, propiedad de Grupo Posadas. La decisión causó furor entre el resto de los ejidatarios, que, desde entonces buscan dar a conocer su caso, el cual, aseguran, está lleno de irregularidades.
El lunes 8 de mayo Pie de Página llevó el caso a la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador, para entender las motivaciones detrás del cambio. La respuesta del presidente, sin embargo, no sosegó la molestia del grupo de ejidatarios que piden se respete la decisión democrática de la primera ubicación del paradero.
“Se había acordado hacer la estación en un sitio, pero quedaba más distante del centro, de la zona arqueológica de Kohunlich, que es una zona arqueológica importantísima”, respondió López Obrador al respecto. “Coincide que ahí, cerca de Kohunlich, hay un hotel de esta empresa que tú mencionas. No tiene nada que ver. Es que la estación, consideramos nosotros, estaría o va a estar más cerca de la zona arqueológica”.
Ahora, tanto pobladores como ejidatarios temen que los beneficios que podría representar el Tren Maya para su comunidad ya no lleguen, y en cambio, se queden en el hotel Explorean, un resort con bungalows de lujo en los que el hospedaje ronda los 4 mil a los 10 mil pesos por noche bajo el concepto todo incluido.
Sonia Méndez pertenece a un grupo de ejidatarios que creen que el cambio de ubicación del paradero obedece a una negociación espuria entre el comisariado ejidal en turno, funcionarios y la empresa hotelera. El 6 de noviembre de 2022 se realizó una asamblea para pagar a los ejidatarios afectados cada uno de los metros cuadrados que se destinarían a la construcción del paradero.
“Fue una asamblea legal, pero amañada”, asegura al respecto Lorenzo Vargues, otro de los ejidatarios. “No se nos dejó llegar a la mayoría de los ejidatarios a un acuerdo, parecía que el comisariado ya lo tenía pactado con la dirección de la construcción y a nosotros se nos dijo en asamblea: lo toman o lo dejan. 110 mil pesos por ejidatario, a 24 pesos el metro cuadrado, el menor pago en todo el Tren Maya”.
Posteriormente, en enero se anunciaron un par de cambios en la extensión que ocuparía el paradero, un poco mayor a la inicial. A pesar de ello, no se consideraba un pago mayor por el aumento de terreno. Sin embargo, el 12 de febrero el comisariado ejidal convocó a una asamblea para aprobar el cambio e inicio de construcción del paradero en una zona completamente diferente a la que se había acordado.
“¡Cómo vamos a hacer un nuevo acuerdo si no está ni siquiera aprobado el anterior! Pero eso quería el comisariado, quería que se siguiera, con algo que no era positivo para la comunidad”, cuenta Lorenzo Vargues sobre esa asamblea.
El malestar de una mitad de los ejidatarios fue tal, que la asamblea tuvo que ser suspendida. El comisariado ejidal declaró un receso y reanudar la asamblea el 12 de marzo. Sin embargo, días antes de la fecha, con una baja y selecta convocatoria, el comisariado citó a algunos ejidatarios a retomarla el 5 de marzo.
“Acudimos a la asamblea, por la convocatoria que teníamos y nos dimos cuenta que el comisariado, al querer reiniciar la asamblea, no hizo pase de lista, como si se tratara de la del 12 de febrero”. Al decirlo, la voz de Lorenzo se acelera y sube de tono, como afectada por el enojo. Muchos de los ejidatarios dejaron la asamblea, sin querer participar en lo que consideran una arbitrariedad. Sin embargo, pese a la falta de quórum, el comisariado ejidal aprobó el cambio de ubicación de la estación.
Los días siguientes a la asamblea espuria, ejidatarios y vecinos de Nicolás Bravo se manifestaron en eventos del presidente en la región así como en eventos de la gobernadora, Mara Lezama. Realizaron cierres de carretera y plantones frente al palacio de gobierno del estado para ser atendidos.
El día en que se cuestionó al presidente por el caso, la misma Mara Lezama estaba presente en Palacio Nacional. Desde ahí aseguró que ya había platicado con los ejidatarios inconformes y que se había llegado a un acuerdo con ellos, aunque eso no hubiera pasado.
“Es un tema importante, porque es un paradero turístico y una inversión también por parte del gobierno del estado para el desarrollo de esa zona. El predio ya está comprado, que es de la federación. Y lo que ellos quieren es mayor desarrollo, que el paradero que está en Kohunlich, o muy cercano a Kohunlich… bueno, de cualquier manera, también les va a traer desarrollo, pero se inconformaron compañeras, compañeros ejidatarios. Se hizo una nueva asamblea, en la que no hubo manipulación. Ellos querían que se respetara el acuerdo original, pero pues hay un interés general, se concilió con ellos y se les va a construir un centro de desarrollo comunitario, que tampoco les queda muy lejos, y se van a beneficiar también”. dijo la gobernadora durante la conferencia del presidente.
Ante el desasosiego, los pobladores de Nicolás Bravo ahora piden que en el área donde se iba a construir originalmente la estación ahora se haga una universidad, un parque ecoturístico para los habitantes de la región que no pueden pagar los costos del hotel y un mercado de artesanías.
“Nosotros dijimos que aún queremos crear una ruta turística en la zona sur del pueblo. Somos nosotros los interesados en explotar ese aspecto turístico, como lo hacen desde el hotel”, comenta Lorenzo. Desde Explorean es común ver a turistas que hacen recorridos en kayak por las aguas turquesa de la Laguna Om, o que recorren sus senderos selváticos en bicicleta.
“Nosotros no estamos en contra del tren, es un proyecto amplio y rentable. Estamos en contra de las irregularidades. Solo esperamos que la gobernadora haga valer su palabra de que vamos a rescatar el sur y que no sean solo promesas, porque la población está muy ofendida. Vamos a seguir insistiendo, que hagan caso, que hagan valer el derecho de cada uno de nosotros”, dice con esperanza Lorenzo, aún lleno de dudas de lo que vaya a suceder.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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