La represión a los periodistas en las protestas por Palestina es una muestra de la indignación social que quieren silenciar de Alemania a México
Por Daliri Oropeza Alvarez / X: @Dal_air
Soy una mujer árabe de color
y nosotras venimos en todas las tonalidades de la ira.
«¿Quién es esa mujer morena gritando en la manifestación?»
Perdón. ¿Debería no gritar?
Las tonalidades de la ira
Rafeef Ziadah
La protestas en contra del genocidio en Palestina subieron de tono. En el mundo, estudiantes tomaron las Universidades desde Estados Unidos a Alemania pasando por México. La imagen de las casas de campaña recorre el mundo. Con la indignación expresada en las calles y universidades, también se incrementó la represión a manifestantes. Con ello, las agresiones a periodistas.
El tema provoca incomodidad a nivel político en el marco de las elecciones. Estudiantes acampan y la sociedad civil marcha. Exigen un alto a la masacre del gobierno de Benjamin Netanyahu en la Franja de Gaza y en Ramalah, territorio Palestino que desde octubre del 2023 atraviesa un ataque sin precedentes, desde 1947 con el Plan de las Naciones Unidas para la partición de Palestina.
En México, es la segunda ocasión que las personas activistas convocan a protestar masivamente frente a la embajada de Israel. La incomodidad que provoca el tema a nivel político, además de la nula sensibilidad que muestra el gobierno federal frente al genocidio, encienden la rabia. En la primera marcharon 500; en la segunda, el triple y con protesta de acción directa. Volaron piedras y fuegos. Exigen romper relaciones diplomáticas.
“La protesta de un momento a otro se tornó muy violenta. Cuando yo voltee, empezaron a salir los policías del cerco que tenían cuidando, protegiendo, la fachada de la Embajada de Israel. En eso, les manifestantes echaron a correr”, cuenta Haarón Álvarez, fotoperiodista independiente, integrante del Colectivo Sueña Dignidad, quienes hacen una labor de acompañamiento a movimientos sociales.
El instinto de Haarón fue quedarse a documentar, pues los manifestantes que se cayeron al suelo durante la corretiza, fueron golpeados por los policías.
“En eso que estoy grabando, un policía llega por atrás. Me da un manotazo, me tira el celular. ¿Uno qué hace? pues me agacho por el celular, a recogerlo y le digo ‘¡qué te pasa!’. Cuando menos veo, mientras estoy buscando, me da un sape y me jala del cabello para atrás. Le digo ‘¡qué te pasa!’ y me dice ‘cállate’. Yo ya estaba en el suelo, me empieza a jalar de la mochila y después del cuello, de la ropa. Y cuando menos veo, entre varios policías, ya me estaban zapeando, dando patada”, relata el fotoperiodista en entrevista.
Cuenta que gritó todo el tiempo que es prensa y aún así lo agredieron.
INSERTAR: https://x.com/elhaaronjpg/status/1795689343190773943
En 2023, la organización Artículo 19 registró 561 agresiones contra la prensa, en 2022 registró 696 ataques, dos de las cifras más altas registradas desde 2007. Este 2024 es año electoral. Los ataques físicos son la quinta agresión más reiterada contra el gremio. El Estado es el principal agresor, los policías son el segundo agresor más común después de los funcionarios públicos.
Con el relevo en la jefatura de gobierno de la ciudad, Haarón comparte sus impresiones al cubrir en campo. Se ve el cambio en la estrategia de la policía que ahora responde con violencia como vimos en esta protesta por Palestina en la embajada y como vimos más reciente con la protesta de la CNTE en Palacio Nacional. El uso de gases, extintores y lacrimógenos no fue la excepción.
El fotoperiodista Haarón Álvarez ya se encuentra en proceso de denunciar los hechos, pues además de la golpiza, le robaron el celular. Como periodista independiente o freelance está en una situación vulnerable pues no cuenta con contrato con una empresa que sostenga derechos laborales. Esa cobertura la colocó en la agencia Cuartoscuro. No obstante los golpes, a los dos días fue a cubrir elecciones.
Las agresiones a la prensa en México como en Alemania en el contexto de las protestas por Palestina son un reflujo de la incapacidad de los Estados de tener una postura en defensa de la vida frente al tema. Muestran el nivel de incomodidad política que generan. No quieren que se sepa que inhiben las expresiones con represión.
Las cámaras de los periodistas son la rotunda muestra del actuar de las autoridades frente a la inconformidad de las personas que denuncian la guerra. Lo que han llamado la neocolonización.
En Berlín, la capital de Alemania, estudiantes tomaron la Universidad Humboldt. Y ahí también los agredió la policía para desalojarlos. No es la primera vez que con violencia, inhiben la participación de las juventudes. La represión se incrementó. A principios de mayo, en menos de 6 horas, desalojaron con violencia el patio de la Universidad Libre de Berlín y arrojaron gas pimienta. También desalojaron con agresiones el campamento proPalestina instalado frente al Parlamento.
INSERTAR: https://www.instagram.com/reel/C6YNbi_MfHi/?igsh=MWNrcWZrcjFjY202Zg==
Con el periodista audiovisual Ignacio Rosaslanda, la policía de Berlín cruzó una línea: agredir a la prensa. Cualquiera pensaría que, como es un país Europeo, todo es perfecto. Sin embargo, los policías alemanes no dudaron en golpearlo por detrás mientras documentaba cómo entraron a sacar con violencia a los estudiantes que portaban banderas palestinas.
“La violencia en el contexto de las protestas por Palestina va en aumento, tanto para los activistas o la gente que protesta, como contra la prensa. No creo que haya antecedentes de periodistas en Berlín que los golpearon. Si hay algunos que los golpearon pero creo que conmigo llegó a un a un punto muy alto. Se pasó una cierta frontera que hay aquí en Alemania de protección a la prensa.”, cuenta Ignacio Rosaslanda.
En la Constitución o Ley Fundamental alemana, la libertad de expresión y de prensa están en el artículo 5, Este contiene el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que dice: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión». La libertad de expresión y la libertad de prensa, su gemela, son, por lo tanto, un derecho inalienable de todos los seres humanos”.
En la Universidad Humboldt la protesta ya llevaba dos días, lo cual, para Ignacio era importante síntoma de resistencia. Al documentar, estaba junto con otros dos periodistas dentro del edificio central. Fue al último piso donde había por lo menos 30 personas atrincheradas. Su frustración fue no poder documentar la represión.
Cuando llegó la policía no tardaron ni un minuto en subir. La rectora argumentó que la orden vino de arriba por lo que tuvo que permitir el ingreso de los policías. Rompieron la puerta mientras los activistas se escondían en alguno de los salones.
“Yo me quedé ahí como para ver cómo entraban los policías y seguirlos. Yo soy de la primera persona que ven. Todo iba según el protocolo porque me identificaron como un periodista. Uno de ellos me ataca por la espalda y me golpea la cara a puñetazos. Me tira al suelo y me pone esposas. Por media hora, todo el tiempo puso su rodilla en mi espalda, apretando me contra el suelo. Haciéndome daño, casi no podía respirar y gracias a que unas paramédicas llegan, y le piden al policía que deje de ejercer tanta presión contra mí, es como que puedo respirar un poco”, describe el periodista audiovisual Ignacio Rosaslanda.
Cuando el policía lo atacó, su cámara aún grabando, cayó al suelo y siguió encendida. Ese video se convirtió en el testimonio que da cuenta de la agresión, prueba irrefutable para la reciente demanda que puso contra la policía de Berlín. La cuestión diplomática podría escalar si no se realiza una investigación adecuada y se enmiendan los daños, ya que hasta una costilla se rompió.
A pesar de ello, Ignacio Rosaslanda seguirá documentando para el periodico Berliner Zeitung las protestas por Palestina. Desde que inició su carrera como documentalista audiovisual y periodista ha dedicado su esfuerzo a documentar movimientos sociales como fuerza de cambio social. Desde Ayotzinapa, el movimiento por los desaparecidos, luchas por la tierra.
Desde que recuerdo, reflexionamos sobre el cine (y la comunicación audiovisual) como impulso revolucionario. No quieren que la protesta crezca. Quieren inhibir la ira social. El periodismo solo contagia la rabia. El audiovisual logra provocar empatía. Inmersión.
Es importante enunciar estas represiones como parte de la estrategia para silenciar la indignación por el genocidio en Palestina. Y en ese sentido hay que recordar también a los periodistas silenciados en Gaza, en Ramalah, asesinados en los bombardeos directos, en hospitales, en coberturas al límite. Les honramos.
Botas llenas de Tierra. Tejedora de relatos. Narro sublevaciones, grietas, sanaciones, Pueblos. #CaminamosPreguntando De oficio, periodista. Maestra en Comunicación y cambio social. #Edición #Crónica #Foto #Investigación
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona