Tuvieron que pasar décadas para que, finalmente, en 1953, la ley permitiera a las mujeres votar y ser votadas. Y, aunque parece que no hemos superado el carácter simbólico, conocer esta historia nos arroja lo inacabado de las exigencias y algunas reflexiones sobre las dinámicas de poder al rededor del derecho al voto de las mujeres
Un futuro insospechado
