En nuestro tiempo, quizá la autonomía del cuerpo propio pasó a tergiversarse o mal entenderse hasta volverlo una tercera persona (despersonalización que deviene en despolitización) y convenga más que nunca pensarnos cuerpos, entendernos cuerpos, para comprendernos mejor
“Mi cuerpo no es mío, yo soy mi cuerpo”
