14 julio, 2023
Después de 70 años de ser explorado, un nuevo estudio en el baño de vapor del Palacio de Palenque, en Chiapas, arroja una primera conclusión interesante: que este espacio, más allá de un baño, era un sitio destinado a recrear el nacimiento de los dioses mayas a través del agua
Texto: Yessica Morales / Chiapas Paralelo
Foto: Cortesía Conocedores
CHIAPAS. – Hace más de 70 años, el arqueólogo Alberto Ruz L’huillier exploró por primera vez el baño de vapor del Palacio, el conjunto arquitectónico más complejo de la Zona de Palenque, en Chiapas.
Ahora, los investigadores españoles Ana García Barrios y Jesús Adánez Pavón vuelven a las andadas, acompañados del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y el Proyecto Arqueológico Palenque (PAP).
Su objetivo principal es evaluar posibles remodelaciones a la construcción maya, así como registrar y documentar el espacio por medio de la fotogrametría. Esto permitirá indagar sobre cómo se construyeron los baños de vapor, así como identificar los elementos propios de esta construcción que pertenecen a la tradición maya.
Según los datos de las exploraciones, la estructura de los baños de vapor mide 13.80 metros de longitud, y tiene tres vanos, o espacios de acceso.
Además, está compuesta por un espacio de galería y dos cuartos, de escasa altura interior, cerrado por una bóveda maya.
Esto constituye una dificultad al querer obtener imágenes fotogramétricas, las cuales fueron procesadas por el integrante del Proyecto Arqueológico Palenque, Luis Torres.
Los trabajos iniciaron hace una semana, y los investigadores españoles ya presentaron algunos resultados preliminares. Lo hicieron durante el 12° Congreso Internacional de Mayistas, organizado por el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Centro de Estudios Mayas.
Un descubrimiento significativo fue un depósito ritual, ubicado bajo el corredor que conecta con la Casa E.
Este depósito contenía restos abundantes de caracoles de río, pertenecientes a distintas familias. También se encontraron restos de otros animales acuáticos, como la tortuga blanca, la cual era “uno de los alimentos favoritos de la nobleza palencana”.
En el lugar también se hallaron un par de huesos de pie humano: un calcáneo y una falange raspada.
Otro de los descubrimientos fue el de material lítico, como obsidiana y fragmentos revueltos de platos trípodes, cajetes y vasos, cuyos tipos cerámicos les permiten brindar una cronología tentativa del depósito hacia 750-800 años d.C.
Sin embargo, todavía se desconoce si estos materiales se colocaron en un ritual de iniciación, o en alguna remodelación del espacio.
En 1951, Arnoldo González Ruz excavó y reconstruyó el baño de vapor, un edificio reducido localizado en el patio suroeste, aledaño a la Casa E y flanqueado por las casas H de la zona arqueológica de Palenque.
Ruz nombró como baño de vapor o temazcal a los dos cuartos ubicados en el extremo oeste, ambos con pisos de lajas. Uno de ellos, el denominado 2, tiene desagües circulares y un vano de acceso con escalón.
La intención de volver a explorar el baño de vapor surgió tras las excavaciones coordinadas por Arnoldo González Cruz. En esas excavaciones se identificaron estanques y otros elementos relacionados con el manejo hídrico en el patio sureste del Palacio.
Sin embargo, en esta nueva excavación los investigadores españoles no advirtieron huellas de quemazones. Por lo tanto, afirman: no se puede confirmar que el baño de vapor del Palacio funcionase como tal, pues no hay elementos de producción de calor, los cuales sí aparecen en el del Grupo B de Palenque.
En esa construcción, explicaron los investigadores españoles,»queda claro el lugar donde se calentaban las piedras, para luego arrojarles agua y producir el vapor, que también se han registrado en sitios como Piedras Negras, Edzná y Oxkintok«.
De acuerdo con Ana García Barrios, el baño de vapor “casa de las nubes”, ubicado en el Tablero del Templo de la Cruz de Palenque, fue el espacio predilecto de sacerdotes y nobles, donde el vapor era el componente principal para reproducir ambientes de humedad y niebla, asociados a las cuevas.
Estos baños, añadió la investigadora:
«Se utilizaron no solo para la limpieza de las personas, sino para recrear el nacimiento de los dioses, cuyas representaciones eran purificadas en estos lugares».
Ana García Barrios, investigadora española.
Y concluyó que aún no es posible afirmar que el baño de vapor del Palacio fuese tal: “Pensamos que guarda relación con ceremonias y prácticas en las que el agua era fundamental, por lo que una búsqueda en el registro etnográfico sobre estos rituales podría sofisticar nuestra visión”.
Esta nota fue publicada originalmente en CHIAPAS PARALELO, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.
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