La empresa anunció a sus inversionistas que ya recaudó el dinero para iniciar el proyecto, y que las obras comenzaron la semana pasada. Especialistas advierten de la especulación con la extracción de metal, llamado «el oro blanco»
Texto: Daniela Pastrana y José Ignacio De Alba
Foto: Especial y Talison Lithium
CIUDAD DE MÉXICO.- La empresa británica de capital canadiense Bacanora Lithium anunció el inicio de la construcción de su planta de litio en Sonora, luego de que consiguió recaudar los recursos que le faltaban para financiar el proyecto extractivo que tiene en sociedad con la compañía china Ganfeng.
En un comunicado difundido el miércoles 10 de febrero entre inversionistas, la empresa informó que la semana pasada logró una recaudación de 65 millones de dólares para sumar a las porciones no utilizadas de su línea de financiamiento y aportaciones de asociados los 450 millones de dólares que necesitaba para poner en marcha la etapa uno del proyecto.
Aseguró además que ha contratado a una firma local especialista en servicios ecológicos para avanzar en las obras de remoción de la cubierta vegetal y la capa superior del suelo en el área donde se instalará la planta procesadora.
“Me complace anunciar que Bacanora ha comenzado los trabajos iniciales del Proyecto de Litio de Sonora. Este hito consolida la transición de la empresa, que busca cumplir su ambición de convertirse en un productor del metal en 2023”, dijo Peter Secker, director general de la compañía.
El proyecto “Sonora Litio” está ubicado en el municipio de Bacadehuachi, en la Sierra Madre Occidental de Sonora. Según Mining Technology, en ese lugar se encuentra el mayor yacimiento de litio en el mundo, con reservas estimadas en 243.8 millones de toneladas.
Las expectativas son tan grandes, que, a mediados de octubre de 2020, Bacanora vendió sus participaciones en su segundo proyecto más importante, ubicado en Alemania, para concentrarse en el proyecto de México. “Esta operación asegura de manera importante que el único foco de Bacanora estará ahora en Sonora y que toda la energía de la compañía se dirigirá a hacer realidad la etapa 1 de Sonora”, dijo entonces Peter Secker.
A finales de 2019, el gobierno mexicano confirmó la existencia del yacimiento en Sonora y que estaba en marcha un proyecto de explotación del consorcio Sonora Lithium, formado por la empresa británica con capital canadiense Bacanora Lithium, con 77.5 por ciento de las acciones, y la empresa china Ganfeng Lithium, con el otro 22.5 por ciento. Ganfeng es la productora de litio más grande del mundo y la proveedora de Tesla, la empresa estadounidense de vehículos eléctricos.
El proyecto tiene 8.8 millones de toneladas de recursos equivalentes de carbonato de litio, con una vida útil aproximada de 250 años, según su Estudio de Viabilidad de diciembre de 2017.
Se trata de una mina a cielo abierto que, en la primera fase, prevé producir al menos 17 mil toneladas de litio anuales. Y en una siguiente etapa, que requeriría una nueva inversión de 350 millones de dólares, Sonora Litio prevé concretar una producción de carbonato de litio de 35 mil toneladas toneladas anuales.
Sonora Lithium es el holding operativo del proyecto y posee el 100 por ciento de la concesión La Ventana y el 70 por ciento de las concesiones de El Sauz y Fleur. Según la propuesta, al finalizar los primeros 19 años de vida útil, en los que se extraería la mayor cantidad del metal, Sonora Litio será la propietaria de la mitad de las participaciones de Bacanora y Ganfeng.
El litio es el mineral de más interés para la era tecnológica, algunos especialistas lo llaman “el petróleo blanco del siglo XXI”.
Esto se debe a que se usa para baterías, herramientas tecnológicas, aparatos móviles y autos eléctricos que están revolucionando la industria automotriz. Sin embargo, un solo vehículo eléctrico requiere lo equivalente de hasta 10 mil baterías de celulares.
El 25 de enero pasado, en la primera emisión del noticiero Momentum, una alianza de Rompeviento Tv y Pie de Página, se presentó la investigación realizada por Violeta Núñez, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la que advierte que la ley minera permite a las empresas extranjeras la explotación ventajosa del litio en México.
Entre otras cosas, la académica sostiene que el argumento de las energías limpias “es tramposo”, porque los autos son vendidos como una opción amigable con el ambiente, aunque “poco se dice de los contextos donde se extraen estos minerales, y en particular, el litio”.
El litio se encuentra en pegmatitas, salmueras, pozos petrolíferos, campos geotérmicos, arcillas y océanos.
La demanda de litio se ha vuelto más grande, explicó, pues los gobiernos de Francia, China, Taiwán y Reino Unido han establecido el fin de la venta de automóviles que utilizan combustible para el año 2040. Eso generará un aumento de la demanda de vehículos eléctricos que requieren enormes cantidades de litio.
“Se proyecta que pasemos de los 2 millones a 49 millones de vehículos para el 2030”, explicó la investigadora. “Antes fue plata, oro y cobre, donde México se colocó como uno de los países con mayores minerales, pues ahora se está colocando como uno de los siete mayores productores de litio”, relató Núñez.
El informe “El Litio la nueva disputa comercial dinamizada por el falso mercado verde”, elaborado por GeoComunes, Minning Watch Canadá y la Red Mexicana de Afectados por la Minería, que se presentó hace unos días, destaca otros dos proyectos de extracción de litio, además del de Sonora.
Uno de ellos es el de Organimax, empresa que tiene cinco concesiones en los límites de Zacatecas y San Luis Potosí por una superficie total de 22.1 mil hectáreas y que “pretende explotar 15 salares con métodos similares a los que se utilizan en Sudamérica de extracción de salmuera para extraer primero potasio (para fabricar fertilizantes orgánicos) y litio”.
Organimax Nutient (que anteriormente se llamaba Alset Minerals) es una empresa “junior” que se dedica principalmente a la especulación y trabajos exploratorios.
El informe explica que las empresas mineras juniors se caracterizan por tener muy poco capital, no tener fuentes de ingresos productivos, “y así depender de la especulación para generar inversiones en las bolsas de valores”.
Organimax, por ejemplo, comercializa acciones en la Bolsa de Valores de Toronto-Ventura, “bolsa criticada por tener pocos controles y mecanismos de rendiciones de cuenta contra empresas responsables de publicar reservas exageradas y, en casos más serios, de violaciones ambientales y a los derechos humanos”. La empresa tiene apenas 2.5 millones de dólares en bienes y activos, y maniobra con pérdidas operativas todos los años.
El tercer proyecto de extracción de litio en fase avanzada es del Salar del Diablo, de la canadiense One World Lithium (anteriormente One World Minerals). El proyecto fue adquirido por One World Minerals en 2017 cuando esta empresa compró Lithium Investments. Según el acuerdo de la adquisición, One World Lithium tiene 60 por ciento del proyecto y el derecho de adquirir el 90 por ciento después de cumplir varias fases de exploración.
One World Lithium también es una empresa minera junior y vende acciones en la bolsa de Acciones Canadiense, “una bolsa de poca relevancia comercial en Canadá”. Tiene una deuda acumulada de 18 millones de dólares canadienses y opera con pérdidas operativas todos los años. Sus accionistas principales son empresas “de inversión” pequeñas, propiedad de los mismos ejecutivos de la empresa. El proyecto tiene por 3 concesiones en trámite a nombre de la particular Ana Lilia Varela Reynoso por una superficie total de 73.5 mil ha (según la información de superficie de las concesiones mineras en trámite) o 103.4 mil ha (según lo que anuncia la empresa).
A pesar de eso, el análisis de las tres organizaciones especializadas destaca que el crecimiento de la demanda de litio ha sido lento y sólo ha llegado a satisfacer el 75 por ciento de la oferta.
“La desaceleración en la venta de los vehículos eléctricos, agudizada por la falta de subsidios chinos, y la reducción en el almacenamiento del litio (stockpiling) han disminuido la producción. Sin embargo, las principales fuentes de información para la industria, además de las instituciones financieras más importantes, siguen insistiendo en un inminente boom en la demanda del litio. Esto está provocando una creciente especulación minera alrededor de la exploración de litio en las Américas por empresas mineras juniors”, dice el documento.
Como en otros tipos de minería, estas empresas “posesionan tierras, generan expectativas irreales, además de conflicto, y provocan violencia y desplazamiento en nombre de tecnologías que supuestamente se califican de verdes o justas”.
En México existen actualmente 36 proyectos mineros de capital extranjero destinados a la extracción de litio que son controlados por 10 empresas. Estos proyectos representan 97 mil hectáreas concesionadas y hay 537 mil más en trámite. De hecho, el 84 por ciento de las concesiones asociadas con la extracción del litio están en trámite.
“Examinando de cerca la información disponible sobre dichos proyectos y empresas, se observa que en su mayoría son proyectos mineros sin actividad que están controlados principalmente por pequeñas empresas canadienses al borde de la quiebra, quienes dependen del proceso de especulación para generar recursos en las bolsas de valores de Canadá. Existen solamente tres empresas realmente activas para avanzar sus proyectos de extracción (Bacanora Lithium, Organimax y One World Lithium). Sin embargo, y a pesar de la promoción especulativa de la producción de litio en México, existen presiones geopolíticas que nos obligan a considerar el posible futuro de México dentro del mercado de litio mundial. No hay duda de que el litio de México es de gran importancia para el futuro inmediato de los EEU, por lo tanto, no es casual que esto se ve reflejado en la imposición de ciertos términos en los nuevos acuerdos multilaterales firmados con este país, como es el caso del T-MEC”.
El año pasado, la entonces secretaria de Economía Graciela Márquez aseguró en las conferencias vespertinas del Palacio Nacional que el yacimiento de Bacadehuachi era menor a las proyecciones inicialmente presentadas y destacó que en México aún no se produce un solo gramo de litio.
“Es importante destacar que una porción significativa de los proyectos de exploración son de depósitos de lodo. No existe aún una mina de litio en producción que sea de este tipo de depósito por la falta de tecnologías adecuadas de extracción además de los altos costos que la extracción de lodo significa”, dice por su parte el informe de GeoComunes, Mining Watch y Rema.
Y un grupo de senadores impulsan la discusión sobre la nacionalización del litio, como una pieza clave para la soberanía energética del país.
El 11 de noviembre de 2020, el senador por Morena Alejandro Armenta Mier, presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, presentó una iniciativa de reforma el artículo 27 constitucional que plantea considerar al litio como propiedad exclusiva de la nación y una fuente de energía estratégica para el desarrollo del país.
“El mundo se moverá con litio en los próximos años”, sostuvo el legislador, al asegurar que su propuesta permitirá garantizar la soberanía energética del país en la transición de las energías fósiles hacia las limpias. Y que la nacionalización permitirá las concesiones a la iniciativa privada, pero con base en lineamientos en beneficio de México.
El documento, turnado a las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, para su análisis y dictaminación, ha ido ganando respaldo de otros legisladores, como la a senadora Rocío Adriana Abreu Artiñano, presidenta de la Comisión de Energía, Rocío Adriana Abreu Artiñano, y el presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Raúl Bolaños-Cacho Cué.
Sobre esa posibilidad, Peter Secker ha dicho que confía en que el gobierno mexicano respetará el contrato que otorgó hace más de 10 años. “El presidente de México ha declarado que no buscarán nacionalizar las licencias y arrendamientos mineros que fueron emitidos legalmente. Y estamos muy seguros de que seguirá siendo así”.
En su comunicado a los inversionistas, Bacanora informó que ya comenzó la transmisión de planos y documentación, además de que está trabajando con sus proveedores para que los equipos de procesamiento sean entregados antes de la primera parte de 2022. Además, esta semana comenzaron los preparativos para mejorar la carretera de acceso principal al sitio donde se ubicará la planta para facilitar la entrada de equipo pesado durante el año.
“Bacanora no ha sido inmune a los impactos de la pandemia covid-19 y su calendario para el proyecto se vio ligeramente afectado durante 2020 (…) Sonora está saliendo de la segunda oleada de infecciones y la Compañía proporcionará actualizaciones sobre la situación a medida que ocurran cambios”, dice el documento.
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