29 diciembre, 2024
«Yo soy lesbiana, no tengo hijos, en la policía (de Tecámac) he sido fuertemente discriminada, he pasado por cáncer, operación, quimioterapias, estoy anémica, entonces sólo Dios sabe si me salva o no. Que sirva de algo todo esto. Al menos haré algo porque muchos tienen miedo, yo ya no tengo nada que perder»
Por Lydiette Carrión / X: @lydicar
Mariela Gutiérrez Escalante hoy es senadora por Morena. Antes fue conocida por contender infinidad de veces por el PRD. Según algunas encuestas, estuvo entre las mejor evaluadas presidentas municipales (en Tecámac, de 2021 a 2024); aunque otros trabajos periodísticos atribuyen esto a que la administración de López Obrador desarrolló el AIFA en dicho municipio, generando con ello una derrama económica que no se había visto. Otros reportajes más la señalan como muy cercana a los antiguos cacicazgos de Eruviel Ávila (desde Ecatepec, ahí pegadito a Tecámac) y Ariel Uurbina (añejo cacique de Tecámac). Ambos linajes de poderes fácticos más bien priistas, que el día de hoy están bajo la bandera de Morena.
Hace unos días se puso en contacto Blanca, una mujer de 42 años, pasante de derecho. Así se presentó: “Yo soy lesbiana, no tengo hijos, en la policía (de Tecámac) he sido fuertemente discriminada, he pasado por cáncer, operación, quimioterapias, estoy anémica, entonces sólo Dios sabe si me salva o no. Que sirva de algo todo esto. Al menos haré algo porque muchos tienen miedo, yo ya no tengo nada que perder y si me envían a la cárcel por esto, sería demasiado autoritario y violatorio de la libre expresión y demás cosas que no les conviene salga a la luz”.
Y entonces acusó que durante la gestión de Mariela Gutiérrez, la presidenta municipal obligó a la policía a asistir a supuestas intervenciones de Salud emocional” durante su primera gestión –de 2018 a 2021.
En realidad se trataban de retiros tipo Alcohólicos Anónimos 24 horas, en las que maltrataban a los asistentes. O en otras ocasiones, explica Blanca, se trataba de ir a una iglesia cristiana –rompiendo así el principio laico del Estado mexicano– en el que les hablaban de que las personas con defectos físicos o las personas homosexuales no eran gratas a los ojos de dios.
En otras palabras, con recursos públicos de Tecámac, se facilitó que las y los servidores públicos asistieran a espacios donde se emiten discursos de odio contra poblaciones históricamente discriminadas.
Blanca cometió un error. Se burló de Mariela y Mariela se enteró y no se lo perdonó.
Por eso, Blanca jamás pasó de ser escolta para personas que requerían seguridad –familiares de víctimas, por ejemplo– o trabajar en el archivo. Nunca creció, fue relegada en los últimos rincones del municipio.
“Por eso no me pueden decir que soy corrupta, ni siquiera salía”, ataja Blanca.
Ella denunció los malos tratos ante las diferentes instancias del Estado de México, pero jamás fue escuchada.
En marzo de 2024, a Blanca le detectaron cáncer de mama. Inició operaciones y quimioterapia. En abril, desde la presidencia municipal se le inició un procedimiento administrativo.
Blanca insiste: “ni siquiera salía. Yo sé cómo funciona la ley. No me pueden acusar de corrupción, estaba en el archivo o escolta”.
Esta Navidad Blanca no recibió ni el proporcional de aguinaldo. No recibe más allá de 2 300 mil pesos a la quincena, aunque debe trasladarse a Toluca (desde Tecámac, donde reside) dos o tres veces al mes para recibir quimioterapias. No. No tiene auto.
“Mariela dice que apoya a las mujeres. A mí nunca me apoyó. ¿A poco apoyar a las mujeres es dejarlas sin sueldo cuando enfrentan el cáncer?
Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).
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