Aprender fotografía en México

4 agosto, 2019

Convertirse en fotógrafo es un reto en México por la falta de actualización de la educación fotográfica. ¿Cómo estamos aprendiendo a hacer fotografía hoy en día?

Por: María Ruiz

¿Qué tienes que hacer para convertirte en lo que sueñas? A mi generación le enseñaron que estudiar una carrera universitaria. El problema es que yo quiero ser fotógrafa y, tal cual, pocas universidades públicas ofrecen esa licenciatura. Eso no limita las opciones de aprendizaje, hay muchas escuelas privadas que ofrecen licenciaturas, diplomados, talleres, seminarios… esas abundan, tanto que parece que para estudiar fotografía tienes que pagar sí o sí. 

Ninguna escuela es perfecta, ninguna escuela te da todo lo que quieres. Lo que es verdad es que la educación le da cierta seguridad a tus pasos. Y a veces, aprender por nuestra cuenta se siente como un salto de fe. Aún así me siento más identificada con quienes creen en la práctica, en el hacer, como la mejor escuela. Pero me gusta estudiar y decidí hacerlo.

¿Cómo te conviertes en fotógrafo?

“Aunque parezca una obviedad es el tener ganas de serlo. Es sobre todo una vocación en el sentido de que debes tener curiosidad y ganas de contar historias. Lo complicado es lograr construir un lenguaje propio y un punto de vista. Eso es lo interesante de convertirte en fotógrafo: tener algo que decir”.

Francisco Mata Rosas

Conozco varios casos, y me incluyo entre ellos, que para dedicarnos a la foto estudiamos periodismo, comunicación, diseño, arte, incluso sociología o antropología. Alguna ciencia social que nos permita contar historias y que su plan de estudio incluya a la foto entre sus materias. Y eso no está enteramente mal pero, repito, en ocho semestres llevas una o dos veces clases de foto o sólo es una optativa que puedes tomar. 

Ojalá fuera diferente. Ojalá existieran más espacios en las universidades públicas para dedicarte al cien-por-ciento a la fotografía. Donde la educación fotográfica no se limite a la técnica, donde te den materias que te hagan cuestionarte y reflexionar sobre qué quieres decir con tu imagen. Ojalá no se creyera que la fotografía es una carrera técnica o un hobbie

Y pensar en una licenciatura fotográfica no necesariamente tiene que ser enseñar historia, técnica y revelado. El fotógrafo mexicano Francisco Mata Rosas propone que la educación fotográfica ahora implica muchas cosas, sonido, movimiento, animación, instalación, formatos no convencionales, porque se ha vuelto un lenguaje muy sofisticado que no se limita a la imagen fija. Se tiene que pensar en la relación de las personas con la imagen “porque el 80 por ciento de lo que se sabía de la fotografía ha cambiado”. 

El fotoperiodista Jesús Villaseca también cree que la llegada de las tecnologías ocasionó un cambio drástico y por eso no se puede enseñar igual que antes. También es importante para él reconocer que la fotografía tiene que ver con quienes somos y que el mensaje es la prioridad. Sus talleres empiezan del revelado hasta contar historias en video y podcast.

El biólogo y fotoperiodista Eloy Valtierra cree en la escritura y en la historia. En plantear el proceso de escritura, que el autor escriba alrededor de su obra. Reflexionar sobre la imagen, buscar un proceso educativo integral, no solo el técnico que se queda en el aparato fotográfico. Valtierra cree en la importancia de entender que la tecnología, la técnica y el pensamiento humano van transformándose y por lo tanto también hay que cambiar cómo se percibe y se enseña. Para él la gran vocación de la fotografía es compartir, por eso busca crear espacios de diálogo y en grupo.

Sí, estamos en una época en la que tenemos que ser multitasking y en realidad no es que “tengamos que” sino que se vuelve tentador y muy útil aprender a contar de distintas formas, porque siempre hay un formato que permite retratar mejor la historia. 

“No hay otra vía para hacer fotoperiodismo más que la pasión por la profesión de contar noticias a través de la imagen, la constancia y la disciplina para poco a poco llegar a hacer lo que nos gusta”.

Jesús Villaseca

No tengo ni una sola duda en algo: a quienes queremos dedicarnos a la fotografía no nos frena la carencia educativa. Nos volvemos insaciables. Buscamos y buscamos. Tomamos talleres, diplomados, vemos tutoriales en Youtube, vamos a conversatorios, festivales, buscamos bajo las rocas virtuales del Internet eventos de clases abiertas, presentaciones de libros o workshops. Tomamos fotos en las calles, de amigas, de bodas. Nos encontramos a hablar de foto. Trazamos nuestra línea de aprendizaje.

Internet se ha vuelto una oportunidad educativa. No solo por la cantidad de tutoriales gratuitos sino por la oportunidad de relacionarte con personas que buscan lo mismo que tú: hacer foto. Esto sucede en aplicaciones como Instagram, donde no sólo puedes seguir a fotógrafos de todo el mundo o usar hashtags que le dan a tu trabajo un alcance global, también se dan los encuentros.

En Instagram inician lindas relaciones fotográficas: caminatas, amistades, colectivos, círculos de discusión. Un ejemplo es Metro Chilango, que empezó siendo una cuenta para compartir fotografías del Metro y se volvió una comunidad. En su cuenta puedes encontrar retos, organizan caminatas fotográficas, tienen tutoriales de foto con celular y secciones en vivo. Dos de ellas son con“¿Cómo la ves?”, donde comentan fotos de otros usuarios, y “Entre compas”, donde se debaten temas diversos con sus seguidores. Comunidad, como otro camino de aprendizaje al que cada día deberíamos acercarnos más.

Busquemos más caminos, acá entran los colectivos. Como muestra de ello voy a mencionar algunos: Dos Pasos Abajo conformado por Pablo Ramos, Paola Hidalgo, Oswaldo Ramírez, Octavio Hoyos, Sara Escobar y Nayeli Cruz, se ha vuelto un buen espacio para ver fotografía documental y un espacio referente de creación. Y en cuanto a fotoperiodismo está Trasluz foto, de Veracruz, donde los fotógrafos Koral Carballo, Félix Márquez, Yahir Ceballos y Ali Marín crecen juntos y ahora impulsan el crecimiento de nuevas generaciones con diplomados e iniciativas como el festival Mirar Distinto. 

Los festivales se han vuelto otra alternativa de aprendizaje muy noble y además divertida. Encontrarnos con personas de diferentes estados o países, hablar de foto, aprender de los demás, compartir conocimientos, acceder a revisiones de portafolio y además una que otra noche de fiesta. Son el sueño. Claro, no siempre puedes desaparecer una semana del trabajo o de la escuela, pero valen mucho la pena. Mirar Distinto es un ejemplo pero hay otros encuentros como Fotofestín, FotoMéxico (antes Fotoseptiembre), el Festival Internacional de Fotografía en Tijuana… y sí, la lista sigue. 

El año pasado tuve la oportunidad de tomar un taller con Tamara Merino y Ari Espay. Fue revelador. No sólo por los conocimientos que nos compartieron sino porque me di cuenta que el aprendizaje es eso: compartirse. Por ello las clases abiertas, los workshops y los talleres con fotógrafos de trayectoria valen cada peso. O al menos lo valen cuando son como Tamara y Ari, que comparten, que no son celosos con sus conocimientos y que promueven dar las herramientas para que contemos nuestras propias historias. Para que dejemos de ser contactados para ser fixers y seámos narradores. 

A veces parece que dedicarse a la fotografía es un tanto imposible y más en tiempos de precariedad laboral y de crisis en los medios. Por eso es importante hacer comunidad, ser solidarios y, sobre todo, no soltar el querer hacerlo. Recordar que cada quien va trazando sus caminos según sus circunstancias y, como dice Jesús Villaseca: “hay que dejarse llevar por la pasión”, porque ésta siempre encuentra sus caminos. 

Un extra, algunas recomendaciones educativas:

Francisco Mata Rosas

Un libro: La fotografía ha muerto, ¡Viva la fotografía! de Laura González.
¿Dónde estudiar?: Hay que voltear a ver a los seminarios. 

Eloy Valtierra: 

Un libro: El sentido del mirar. Los hermanos Valtierra en el fotoperiodismo mexicano, ediciones Sin Nombre/Eikon

¿Dónde estudiar? La Escuela Activa de Fotografía, El Gimnasio del Arte o el Diplomado de fotoperiodismo y fotografía documental mexicana de la FAD

Jesús Villaseca: 

Un libro: Mirar el trabajo de los grandes fotoperiodistas

¿Dónde estudiar?: Hay que estar pendientes de la próxima escuela de fotografía y cine documental que abrirán en la alcaldía Iztapalapa.

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