9 julio, 2021
Desde abril de este año aparecieron grietas en los ejidos que rodean a lo que iba a ser el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra acusa que el titular del Organismo de Cuenca del Valle de México se niega a restituir región lacustre del lugar
Texto: Redacción Pie de Página
Fotos: Duilio Rodríguez
TEXCOCO.- Unas 20 grietas, entre 100 y 300 metros de largo y de hasta 8 metros de profundidad, aparecieron en los ejidos, carreteras y ríos de los municipios de Texcoco y Atenco entre mayo y abril de este año. Los pobladores temen las afectaciones que pudieran tener. Acusan que se debe al proyecto de desecación de la zona que dejó el proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, el NAICM.
Alrededor del terreno de lo que pretendía ser uno de los aeropuertos más modernos del mundo se desarrolló un profundo sistema de manejo de aguas para evitar que la pista de aterrizaje, construida en el lecho de un lago seco, se inundara. A pesar de que el proyecto se canceló con la actual administración presidencial, este sistema de manejo de agua permanece en el territorio. Y la promesa del presidente López Obrador, de recuperar la vocación lacustre de la zona de Texcoco, permanece en vilo.
“Hemos estado dialogando con el tema de recuperación del agua, pero hacemos acuerdos y no se obedecen”, asegura César del Valle, hijo de Ignacio del Valle. Ambos son miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, la organización de ejidatarios y pobladores de la zona que, cuerpo y sangre de por medio, han defendido estas tierras ejidales del despojo que significa el aeropuerto para ellos desde 2001.
César se refiere a las mesas de diálogo que entablaron con autoridades del gobierno federal desde la cancelación del proyecto. En ellas, discuten cómo retribuir el agua a lo que queda del lago de Texcoco. Las mesas se originaron después de que el gobierno a cargo de López Obrador presentara un proyecto para transformar los territorios del fallido aeropuerto en un parque ecológico; pero los pobladores tenían un plan más extenso: propusieron un plan integral de manejo de cuenca que sobrepasaba los proyectos del gobierno.
Quien rompe los acuerdos, y a quien de alguna forma el Frente de Pueblos hace responsable, es el titular del Órgano de Cuenca Aguas del Valle de México, la dependencia de la Comisión Nacional del Agua que se dedica a gestionar los proyectos hídricos de la cuenca del altiplano central de México.
“Él es el actual director ahora, pero antes trabajó para la desecación de los lagos, y es quien propone que la infraestructura que desarrollaron pueda seguir vigente y a nosotros nos preocupa que quieran mantener estas estructuras”.
César del Valle
Al oriente de la barda del terreno del NAICM unos amplísimos canales de concreto corren desde uno de sus costados, hacia los ríos que alimentaban el último reducto del gran Lago de Texcoco. Su tarea es recolectar el agua de varios de los ríos que bajaban a estas zonas y encaminarlos al Gran Canal, junto con el agua de desagüe de la Ciudad de México, hacia plantas de tratamiento. Esos canales son los responsables de la desecación y de las nuevas grietas.
No obstante, el maestro en Ingeniería y titular del Organismo de Cuenca, Víctor Bourguett, desestimó la preocupación de los ejidatarios. Hace una semana aseguró que las grietas habían surgido como resultado de la sequía por la que atravesó el país hace unos meses.
Según cuentan los miembros del Frente de Pueblos durante un recorrido que organizaron por la zona, uno de los compromisos alcanzados en las mesas de diálogo, y que el ingeniero Bourguett violó, fue el cierre de uno de estos cauces. Así lograrían regresar el agua del río Xalapango a estos terrenos, que volverían a ser humedales.
Ante la negativa, hace unas semanas los pobladores decidieron cerrar, con un dique, el cauce del río que lo llevaba al Gran Canal. “Para recuperar el agua, cerramos uno de estos nuevos bordos creados y rectificados por la Conagua, y ahora el agua circula hacia las ciénegas. Así empezamos a recuperar lo que era el humedal de Xalapango. A pala y barreta lo desbordamos, así evitamos que desemboque en el canal colector, porque toda el agua que corría y bajaba se iba al caño. Si no recuperamos estos cuerpos, va a ser muy difícil recuperarlos al otro año, por la desecación”, asegura Arturo Hernández, otro de los miembros jóvenes del Frente de los Pueblos.
Los ejidatarios de estas tierras aseguran que desde que se terminaron las obras hidrológicas en la zona, como preprarativo para el NAICM, el nivel de sus mantos freáticos se desplomó.
“Había venido bajando uno, o un metro y medio cada año, pero de cuando empezaron a desecar, los niveles de los pozos bajaron hasta 17 metros”, cuenta Ignacio del Valle, quien estuvo encarcelado como preso político por defender su tierra en 2001.
La versión de Ignacio es respaldada por la doctora en hidrogeología e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Eloiza Domínguez:
“La razón para que permaneciera el lago era el acuitardo, las tierras arcillosas, que al mantener húmedas protegen los mantos freáticos, pero se viene el proyecto del aeropuerto y como tenían que mantener seco el lugar, que naturalmente es un lago impermeabilizaron los ríos, lo que interrumpió su contacto con el subsuelo”.
Ante la omisión de Victor Bourguett, los pobladores de atenco temen que las grietas puedan llegar a centros urbanos y pueblos y destruir casas o calles. Aunque también temen que el cauce del agua tome nuevos rumbos. Una de las grietas se abrió en el lecho del río Papalotla, y drenó toda su agua. En las tierras de los ejidos vecinos, las cosechas se comenzaron a inundar, lo que podría significar una importante pérdida, pues estas parcelas suelen usarse para el autoconsumo de maíz y frijol.
Ése, sin embargo, no es el miedo más importante, sino que una vez que haya pasado el gobierno de López Obrador se retomen los proyectos urbanizadores en la zona y puedan ser despojados de estas tierras que han peleado durante años.
“Si no se deja de usar la infraestructura hidráulica, el lago se va a secar y eso va a abrir la oportunidad a la especulación inmobiliaria”, lamenta César del Valle.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona