Esta es una reflexión sobre la amistad. Una aproximación a ella. Su pérdida puede ser hasta más dolorosa que la de un familiar. La potencia de una amistad puede cambiar algo en este mundo
Twitter: @Dal_air
A las amistades, gracias por tanto.
“Nadie podrá mentir sobre la palabra hecha historia”.
EZLN
La amistad, como un medio para conectarnos
de manera subterránea, como las raíces,
más allá de las estructuras alienantes
que nos dividen, que nos distancian,
estructuras sistémicas que nos separan.
Un sentido que apenas exploré: amistades
o infinitas conexiones que nos reparan.
Nombran el ensayo: “Amistad radical”, es
detonador de exploración para resignificarnos,
somos, le dije. Nuestros pensares, sentires, hilvanan.
“encontrar amistades puede ayudarnos a acceder a los mundos emocionales del pasado, comprender las motivaciones políticas y las preocupaciones intelectuales, y rastrear conexiones entre facciones, fronteras y pubs abarrotados”.
Mientras más leía, más decía:
esta, la nuestra, es una amistad radical.
“Pero la función también trata sobre la experiencia de la amistad de quienes encuentran estos pasados. La mano de la solidaridad a menudo se remonta al pasado, y nuestras subjetividades como historiadores están informadas por sentimientos a menudo poderosos de solidaridad y afinidad. Y para los historiadores, académicos y escritores, como con otros, las amistades afectan la forma en que trabajamos y en qué trabajamos, y pueden proporcionar un sustento invaluable para este trabajo”.
Gracias quien me pasó este ensayo.
Ahora comprendo mejor la vida.
A los 20 años encontré a mi hermana.
La única que tengo de sangre.
De niña solo le escribía cartas.
Domicilio conocido. Nunca le llegaron.
En la escuela fingí tener una hermana.
Mis compañeras me preguntaban
¿Cómo se llama? ¿A qué juegan?
Cómo explicar que sé de ella
por las historias de mi mamá.
Al crecer como hija única encontré
en las amistades a mis hermanas.
Mis amigas son lo más cercano
a sentir y vibrar con una hermana.
Crecí valorando la amistad con la
diversión, el cariño entre iguales,
la complicidad, las risas, el canto,
el llanto, los impulsos,
Mi mejor amigo es en realidad
el hermano que elegí en la vida.
El que siempre quise tener.
Fue el día que lo conocí.
Nos elegimos, y juntos caminamos
desde ese día. Pero antes de
ser mi hermano fue mi mejor amigo y
cómplice de creaciones. Fue la
vida misma la que nos llevó a
enunciarnos en hermandad por
nuestra amistad profunda de raíz.
Qué tan doloroso pude ser perder una amistad. Qué tal dos.
Te arrancan parte del alma de las memorias colectivas.
Más aún cuando el arrebato es para siempre. Cuántos sentimientos
faltaron por concretar. En dónde van a quedar todas las historias vividas.
Galeano tenía razón. Da miedo hablar de algo.
En el capitalismo voraz que vivimos, todo es desechable.
Nos podemos relacionar con las personas, y luego botarlas.
No queríamos enunciarlo, pero así es. Nos han usado.
Hemos usado. Nos recuerda lo vulnerables que somos.
Yo, como él, crecí en la cultura de la reparación, del reutilizar,
del componer, del reponer, del restaurar, del enmendar,
al grado de ser acumuladora de cosas “desechables”.
Me niego a pensar que la amistad sea desechable.
La amistad incumbe una relación. En esta narración no puedo
verme sola en mi concepción. Me reflejo en las palabras oasis
de las amistades. Comprendo por qué nos unimos por debajo
de la tierra. Por qué cosechamos lo que sembramos.
Necesité escucharles más allá de diccionario o definiciones,
desde el fondo del pozo. Reciprocidad. Profundidad. Sentir afectos.
Comunicación. Disfrutar la compañía. Nos une y nos hace sentir vives.
Cuidar el cariño y el afecto. Apoyarle. Escucharle, darle tiempo.
Sin esperar nada a cambio. Compartir a largos plazos.
Acompañar. Luchar. Ser solidaries. Compartir experiencias.
Porque siempre hay, solucionar los malos entendidos.
Respeto, amor que nace por la otra persona, orgánicas
relaciones no forzadas que crecen y crecen, fuertes,
alguien con quien puedes ser boba, volar imaginarios,
la aceptación y amor incondicional de alguien externo,
una fogata: del sufijo ata (acción) sobre la palabra fuego (focus, en latín) es también hogar (fogar).
Con quien es, sea.
Desordenemos y reorganicemos el mundo.
**Microfilme postal hace una pausa. Nos leemos en enero 2021.
Botas llenas de Tierra. Tejedora de relatos. Narro sublevaciones, grietas, sanaciones, Pueblos. #CaminamosPreguntando De oficio, periodista. Maestra en Comunicación y cambio social. #Edición #Crónica #Foto #Investigación
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