Alerta: ‘conspiranoia’ antivacunas masiva en Telegram
5 abril, 2022
A través de un canal de Telegram, se comparte diariamente información que cuestiona la eficacia de las vacunas covid-19 sin evidencia probada alguna
Texto: Rodrigo Patiño / CovidConCiencia
Fotos: Especial
Más de 100 mil usuarios de la plataforma sociodigital Telegram comparten textos, videos, audios, enlaces a páginas web bajo el supuesto de revelar un plan de control mundial de la población a través de la pandemia generada por el virus SARS-CoV-2.
Con el título “PLANDEMIA MUNDIAL covid 2021: Lo que los medios de comunicación masiva nos ocultan”, los usuarios del servicio recurren a la descalificación de la información publicada en medios periodísticos y oficiales sobre las causas, consecuencias, formas de tratamiento y prevención de la covid-19, así como las campañas de vacunación.
El común denominador de las publicaciones es la ausencia de evidencia científica, así como el uso de documentos y materiales de audio y video sacados de contexto, sin citar la fuente original de la información, o provenientes de supuestos especialistas cuya intención explícita es generar alarma entre los usuarios.
Entre otros argumentos o supuestos compartidos en esa cuenta de Telegram pueden destacarse los siguientes –sobre los cuales proponemos la base sobre la cual intentan sostenerse, así como las aclaraciones necesarias al respecto:
Las empresas farmacéuticas son las grandes ganadoras de la pandemia
Es cierto que el sistema que regula las actividades económicas de la sociedad contemporánea es un capitalismo que puede considerarse agresivo y el sector farmacéutico desarrolla prácticas orientadas más a la comercialización de medicamentos que a la prevención de la salud.
Además, pese a su tamaño o tipo de prácticas monopólicas, estas empresas están reguladas por organismos nacionales o internacionales.
Con base en ambos argumentos, afirmar que existe una organización que controla a toda esta variedad de compañías, gobiernos y organizaciones que intentan manipular el impacto de la pandemia, carece de sustento suficiente para aceptarse como una verdad.
Las vacunas contra covid-19 fueron desarrolladas en un tiempo récord porque el virus SARS-CoV-2 fue liberado de un laboratorio.
El desarrollo y uso de armas biológicas, además de estar ampliamente documentado alejándose de ser algo ultrasecreto, tiene lamentables ejemplos en el mundo.
En cuanto al SARS-CoV-2, las investigaciones apuntan a un origen zoonótico del virus, es decir, que su canal de transmisión va de animales a humanos sin que exista evidencia de la hipótesis de “la fuga de laboratorio”, ya fuera esta accidental o deliberada.
De hecho, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cuenta con reportes sobre la identificación más frecuente de zoonosis en la actualidad como consecuencia de la presión que ejercen las actividades humanas en los distintos ecosistemas y que aumentan la probabilidad del cruce o intercambio de enfermedades entre animales salvajes y personas.
Además, el “tiempo récord” para el desarrollo de vacunas contra covid-19 “ha sido una combinación afortunada de experiencia previa con otras vacunas y con otros coronavirus, de la colaboración científica internacional y del acceso gratuito que hasta el momento se tiene de las publicaciones científicas relacionadas con la enfermedad”, reconoce Rosa María del Ángel, viróloga adscrita al Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav-IPN), en México.
Las campañas de vacunación contra covid-19 son una estrategia para controlar o incluso diezmar a la población mundial
En forma paralela a las campañas de vacunación contra para prevenir el riesgo de enfermedad grave por covid-19 surgió información sobre los efectos colaterales adversos (que son estrictamente vigilados por autoridades sanitarias), así como respecto de la formulación de las vacunas a través del uso del virus debilitado, ARN mensajero y adenovirus modificados.
Esa información derivó en argumentos pseudocientíficos en los cuales se asegura que la misma fórmula vacunal es causa de la enfermedad o que puede provocar la muerte de quien la reciba, además de otras ocurrencias como el riesgo de mutación genética o la inserción de microprocesadores para controlar a las personas vacunadas.
No obstante, la resistencia a la vacunación y los movimientos antivacunas existían desde antes de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, como lo explica la antropóloga de las vacunas, Heidi Larson.
Todos esos argumentos omiten que cualquier fármaco o vacuna requiere del cumplimiento de protocolos de prueba altos estándares de seguridad, inocuidad y calidad antes de administrarse.
Estos protocolos permiten identificar reacciones secundarias o riesgos potenciales de las vacunas en poblaciones específicas y son revisados cautelosamente por las autoridades sanitarias de cada país.
Además, como resultado de la vacunación contra covid-19 disminuye paulatinamente el número de casos de enfermedad grave y de hospitalización. Prueba de ello se expone en un artículo publicado en The Lancet desde mayo de 2021.
En ese documento se analizó a trabajadores de la salud del Reino Unido, vacunados y sin vacunar que enfermaban. De las 23 mil 234 personas que participaron en el estudio, se reportaron 1.4 infecciones, basados en una tasa de 1/100 mil (14 por cada 10 mil), y solamente cuatro casos entre las personas con dosis doble de vacuna.
También existe suficiente evidencia de que las vacunas están asociadas con una menor frecuencia del llamado “covid persistente” (desarrollo de síntomas y afecciones varias posteriores a la enfermedad)
Los organismos internacionales y nacionales son cooptados para intensificar la vacunación contra covid-19
A causa de la emergencia sanitaria, que afectó también la economía y el orden social, los gobiernos de los distintos países, así como organismos internacionales enfrentaron la necesidad de tomar distintas decisiones a lo largo de los últimos dos años que en ocasiones parecen ser antagónicas.
Ejemplo claro de eso es la diversidad de disposiciones o recomendaciones del uso de cubrebocas, o medidas de distanciamiento social para contener los contagios.
De forma similar ocurre con las vacunas y la definición sobre su uso, administración de una o más dosis e incluso una posible reformulación conforme se conoce más sobre el SARS-CoV-2 y sus procesos de adaptación al entorno y a las personas.
Las políticas públicas adoptadas en distintas partes del mundo dan cuenta de la diversidad de formas en que se enfrentó la covid-19 con estrategias que incluyen particularidades como la comorbilidad de algunas poblaciones o el poco o nulo acceso a vacunas en países en vías de desarrollo.
Dos años de convivencia con el SARS-CoV-2 no son suficientes aún para tener un panorama amplio de una enfermedad tan compleja como lo ha sido la covid-19, incluyendo las secuelas a largo plazo que aún siguen siendo analizadas en pacientes recuperados.
Las vacunas contra covid-19 ocasionan más reacciones secundarias que las reportadas públicamente
Toda vacuna, medicamento o tratamiento de salud puede tener efectos colaterales. En el caso de covid-19 y el virus SARS-CoV-2 la información al respecto es pública y de amplia difusión.
Debido a la posibilidad que las tecnologías de la información y comunicación brindan actualmente abundan publicaciones informales de casos anecdóticos entre personas vacunadas sobre reacciones relacionadas o probablemente debidas a la vacunación: afecciones cardiacas, complicaciones inmunológicas, daños a fetos en mujeres embarazadas, entre otras.
En algunos casos se trata de reacciones derivadas de otros problemas de salud que coincidieron con la vacuna o incluso corresponder a información falsa.
El impacto de este tipo de publicaciones y el número de personas involucradas da cuenta del riesgo sanitario que la desinformación puede acarrear y que ha sido una constante desde la identificación del SARS-CoV-2 y el surgimiento de la pandemia.
La mejor manera de hacerlo es recurrir –en la medida de lo posible- a información que esté sustentada en evidencia explícita y que podamos comparar con el propósito de contar con mayores elementos que normen nuestro criterio para entender cuáles son las mejores fuentes y por ende las que nos ayudarán a tomar las mejores decisiones para la salud personal y colectiva.
También debemos tener claro que entre los argumentos falsos o engañosos sobre covid-19 abundan aquellos que desdeñan la información validada científicamente porque la investigación no siempre permite obtener una respuesta a todas las preguntas que podamos hacernos.
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