Los efectos económicos del COVID-19 podrían alacanzar a alrededor de 4 millones de pequeñas empresas en el país. El economista Siegfried Seedorf advierte que los recursos federales para contener su impacto podrían ser insuficientes
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Duilio Rodríguez
Este martes el gobierno federal anunció que destinaría 1 millón de créditos para que las micro pequeñas y medianas empresas puedan afrontar el embate del COVID-19, sin embargo, de acuerdo con el economista Siegfried Seedorf, especialista en proyectos de inversión y administración y académico de la universidad La Salle, esto podría no ser suficiente ni ser la mejor opción para enfrentarlo.
“Les adelanto que en su momento vamos a otorgar créditos sin intereses o con tasas muy bajas a 1 millón de pequeños negocios. Esto es para pequeño comercio, para fondas, taquerías, talleres, todo lo que va a resultar, desgraciadamente afectado por la crisis económica”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina.
El economista, sin embargo, advierte que esta medida no ayudaría a muchos emprendedores. “Así no ayudaríamos a muchos, muchos se quedarían afuera. Debe haber un apoyo vía federal y estatal, a través de los impuestos, como las cuotas del seguro social”.
La idea que propone Siegfried Seedorf es que el dinero que se va en impuestos y cuotas se dirija a las nóminas de las personas. No como una contraprestación. Que estas cuotas no se dejen de pagar, pero que se puedan diferir a un año.
“Si queremos mantener la planta productiva, hay que darle a los empresarios facilidades para que puedan subsistir sus productos. Actuar con lineamientos y políticas claras de cómo dar exenciones fiscales”.
Estos 4 millones de pequeñas y medianas empresas son las encargadas de atender al 97 por ciento del mercado de servicios en el país, además de que producen más de la mitad del Producto Interno Bruto del país.
Actualmente muchas de las grandes empresas del país han intentado cumplir con las medidas de distanciamiento social al fomentar el trabajo de sus empleados desde sus hogares, sin embargo, esto no ayudará a muchas de estas pequeñas empresas.
“Hay muchos empresas que están haciendo home office, pero una cosa es el servicio y el trabajo administrativo y otra el de ventas. Tendríamos que estar buscando soluciones en las que no nada más digamos, te voy a dar dinero para que soportes este rato, sino que hay que ver cuáles son los requisitos para mantener a las empresas a flote”.
Desde hace unas semanas, distintas organizaciones internacionales y evaluadoras de crédito han ajustado las expectativas de crecimiento económico en el mundo. Por ejemplo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico estimó que el crecimiento mundial podría ser menor al de 2009. Ese año fue afectada por la pandemia de Influenza H1N1 y que arrastraba la crisis financiera mundial del 2008.
Este tipo de efectos ya se está viendo en países como China, donde ya están saliendo de la pandemia y en donde apareció el virus. En ese país las ventas y la inversión cayeron en los primeros dos meses del año, en comparación con el mismo período en 2019.
“Si esto dura más allá de un mes, la crisis va a pegar a los prestadores de servicios. Primero a empresas grandes como las aerolíneas, e inmediatamente a los restaurantes, loncherías, taquerías, comidas corridas. Y todos esos establecimientos que viven de la actividad económica de las empresas”.
Siegfried Seedorf, profesor de la universidad La Salle.
“También otras empresas como los talleres mecánicos y la gente que se dedica al comercio, se verían altamente afectados, porque ya no va a haber quién les compre. Los cines, teatros, los espectáculos deportivos y todas las empresas que trabajan alrededor de estas industrias, también tendrían una afectación importante”, añade.
Además de los efectos a estas micro, pequeñas y medianas empresas, los efectos de la recesión económica que se avecina golpeará fuertemente a las miles de personas que trabajan en el mercado informal. Esta población supera el 60 por ciento de la fuerza laboral mexicana.
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