Adelfo Regino y el séptimo principio zapatista

11 noviembre, 2020

Microfilme Postal, columna de opinión por Daliri Oropeza Alvarez

Destacado abogado ayuuk. Discípulo del pensador y dirigente mixe Floriberto Díaz. Asesor del EZLN y fundador del CNI. Adelfo Regino es ahora titular del INPI y le toca sortear los reclamos de quienes fueran sus compañeros de lucha, antes de ser funcionario público, la comunidad otomí

@Dal_air

Adelfo Regino junto con la comandanta Ramona el 12 de octubre de 1996, en el Zócalo posterior a la marcha y asamblea fundacionales del Congreso Nacional Indígena. Foto: Jose Luis Ramirez / La Jornada

Adelfo Regino Montes fue discípulo del pensador y dirigente ayuuk mixe Floriberto Díaz. El maestro es un destacado intelectual indígena que sentó las bases teóricas de la Comunalidad —junto con Jaime Luna—. Tenía vocación pedagógica. Con él, Adelfo se abrió paso político. El joven originario de Santa María Alotepec Mixe comenzó a estudiar derecho mientras participaba activamente en una organización que Floriberto fundó: Servicios del Pueblo Mixe (SerMixe). 

Floriberto sistematizó las vivencias de su pueblo: Santa María Tlahuitoltepec. Dirigió una lucha a través del propio gobierno mixe que resistía los caciques. Participó en 1974 en un congreso Nacional Indígena convocado por la Diócesis de San Cristóbal. Primero fundó en 1980 Comité de Defensa y Desarrollo de los Recursos Naturales, Humanos y Culturales de la Región Mixe (Codremi) principalmente contra la minería. En 1984 fundó, junto con otros pueblos mixes la Asamblea de Autoridades Mixes (ASAM), donde continuaron los pueblos que participaron del Codremi. Después nació SerMixe en 1988.

De estos procesos aprendió el joven Adelfo Regino, quien se vio obligado a asistir a los Diálogos de San Andrés Sac’anchem el 17 de octubre de 1995, un mes después de que a su maestro Floriberto le diera un infarto. Después del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (1994), estos diálogos conjugaron personas destacadas, pensadoras provenientes de los pueblos indígenas de norte a sur, que después de un año de exposición y exigencias de derechos, respeto, dignidad, territorio, salud, libre determinación, desembocarían en la constitución del Congreso Nacional Indígena (CNI).

Adelfo fue tan importante en esta construcción que, después de la asamblea del 10 y 11 de octubre de 1996 donde pueblos indígenas de todo el país acordaron la creación del CNI, estuvo a la vanguardia de la marcha que desembocó en el Zócalo. Ahí compartió el presidium junto a la comandanta Ramona, María de Jesús Patricio Martínez y el jaramillista Félix Serdán, entre más fundadoras de esta red de pueblos y organizaciones. 

Puso en el centro de su discurso a la resistencia Mixe. Esa que está basada en la lealtad a las propias comunidades, donde la comunidad se traduce en fuerza política. La que, enclavada en las frías montañas del alto mixe, resistió la colonización y el despojo. Que a través de la organización como pueblo Mixe podrían llevar a cabo el objetivo del legendario rey Cong Hoy, cuyo objetivo mítico fuera defender el territorio de este pueblo indígena. 

Después de ese proceso, Adelfo terminó de estudiar Derecho en la UABJO y se tituló con la tesis llamada: La Libre Determinación: Derecho Fundamental De Los Pueblos Indígenas Y Base De La Transformación De Los Estados En Contextos Multiculturales. Ahí sostuvo que la libre determinación de los pueblos es la base de todos los derechos indígenas y es una condición esencial para su pleno cumplimiento. Así, analizó las posibilidades de implementar la libre determinación en los pueblos y comunidades, con sus propios contextos.

Desde la coordinación de SerMixe, con el impulso de la ASAM, y la organización con Joel Aquino y el padre Arturo Lona, lograron la concreción de la Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Oaxaca en 1998, lo cual marcó un referente en la legalidad colectiva, además de reconocer a las autoridades propias de los pueblos de manera legal en el estado. Organizaban cuantos foros, encuentros pudieran, incluían a los pueblos indígenas y afros.

Regino tuvo claro su camino político. En el libro Reclamos de la identidad: la formación de las organizaciones indígenas en Oaxaca de Jorge Hernández-Díaz, describió: 

“Aquí en SER hemos dicho que la única manera de hacer ese cambio sustancial es una nueva relación entre el gobierno y sus instituciones y lo s pueblos indígenas. (…) Y eso es lo que hemos afirmado. Por eso la presencia de SER, la voz nuestra, ahí, en medio del debate nacional, por eso es que hemos estado ahí y también hemos sido fieles a nuestros propósitos, hemos sido coherentes a lo que queremos; aquí no hemos abandonado la tarea y no nos hemos dejado comprar o manipular y no nos dejaremos usar para intereses ajenos, seremos fieles a los propósitos y hemos sentido que en estos propósitos coincidimos con el EZLN y por eso ha habido apoyo, solidaridad y caminar juntos. Eso es lo que nos ha mantenida unidos, no las armas”

Sobre los Acuerdos de San Andrés, el abogado escribió

“Gracias a la capacidad de resistencia y a la tenacidad en los principios comunitarios, estas experiencias nos han reafirmado que la lucha por los derechos de los pueblos indígenas contenidos en los Acuerdos de San Andrés son nuestra alternativa frente a la descomposición generalizada que vive el país. Una lucha que pese a todas las inercias, resistencias y agresiones sistemáticas de quienes detentan los poderes políticos y económicos, incluidos los poderes fácticos y la delincuencia organizada, tiene hoy un importante fundamento y respaldo en el contexto internacional”. 

Adelfo Regino fue un crítico frontal a las instituciones de gobierno dedicadas a los indigenas. En el 2000, con el gobierno de Fox que argüía una reforma por los derechos de los pueblos y un instituto que los atendiera, escribió:

“Las experiencias, tanto de Luis Echeverría —con el Consejo Nacional de Pueblos Indios— como de Carlos Salinas —con el Consejo Nacional de Desarrollo Integral y Justicia Social para los Pueblos Indígenas— no han servido más que para alargar la cadena de corporativismo y corrupción que existe en México. Para el gobierno mexicano —independientemente de la persona o el partido en el poder— el problema vital sigue siendo la incongruencia entre la palabra y los hechos”.

El 28 de marzo de 2001, tuvo un papel fundamental en la Marcha del Color de la Tierra convocada por el EZLN en el contexto de la discusión de la ley indígena en el sexenio de Fox que no incluía la libre determinación. Junto con la Comandanta Esther, la médica tradicional nahua María de Jesús Patricio, el hermano mayor purhépecha tata Juan Chávez Alonso, Adelfo Regino pronunció un discurso. Culminaba la marcha. Es histórico que entraran al Congreso. Quienes hablarían fueron elegidos en asamblea. Ahí enunció: 

“Cuando pensamos en la autonomía, en la autonomía indígena, y cuando pensamos en la reconstitución de nuestros pueblos, no sólo estamos pensando en los que ahí estamos en las montañas, en los que ahí estamos en las selvas, en los que ahí estamos en los bosques, en  los que ahí estamos en nuestras regiones, también estamos pensando en nuestros hermanos que han emigrado. (…) Pero qué nos encontramos en las ciudades; tenemos que decirlo con mucha sinceridad. Nos encontramos discriminación, nos encontramos exclusión; en las calles nos miran feo, en los trabajos nos miran mal porque somos, como lo han dicho nuestros hermanos zapatistas, del color de la tierra. Encontramos pues, las puertas cerradas, así como se pretendía cerrar este Congreso de la Unión a nuestros hermanos zapatistas y a los pueblos indígenas del país. Eso tiene un nombre, y aunque nos duela, eso se llama discriminación, eso se llama racismo”.

Adelfo era ese destacado intelectual orgánico que venía de abajo, capaz de debatir con supuestos intelectuales como Héctor Aguilar Camín. Publicó artículos en periódicos como La Jornada. Se convirtió en una voz referente del movimiento indígena surgido de la irrupción zapatista. Por eso estuvo en esa Tribuna. 

En Oaxaca, después la APPO y derivado de la lucha más movimientos sociales, lograron que el PRI perdiera en las urnas y en 2010 llegó Gabino Cue al gobierno, a través del PAN. En su equipo, invitó a Adelfo Regino quien fue titular de la Secretaría de Pueblos Indígenas y Afromexicano. Renunció después de la represión a los maestros de la CNTE que protestaban contra la reforma educativa. 

Después fue asesor del gobierno de Javier Corral en Chihuahua por un breve lapso. Regino conoce muy bien la cultura rarámuri por otro de sus maestros: el jesuita Ricardo Robles “el Ronco”, quien era padre en la sierra, y ya era más rarámuri que mestizo. Poco después, el abogado ayuuk asesoró a Jesús Ramírez Cuevas en la Asamblea constituyente de la Ciudad de México, después de que ocupara el cargo en la comisión que presidía el poeta nahua Mardonio Carballo.

En qué momento el principio de bajar y no subir (el séptimo de los principios del mandar obedeciendo planteados por los zapatistas y el CNI) quedó de lado en la vida de Adelfo Regino. 

En los diálogos con la Comunidad Otomí residente en la ciudad de México, que tomó las oficinas del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, las integrantes lo han señalado de traidor, de haber olvidado de dónde viene. Le han pedido que lo recuerde. Le exigen que cumpla. Le recuerdan que él sabe sobre la paramilitarización en las comunidades zapatistas de Chiapas. Le dicen que deje de avalar los megaproyectos de despojo. 

En el mismo discurso del 2001 en la Cámara de Diputados, pronunció: 

“La autonomía es una forma de reconciliarnos, es una forma que permitirá con más fuerza que entre las comunidades resolvamos los conflictos agrarios, que resolvamos los conflictos por límites de tierras. La autonomía permitirá eso. La autonomía permitirá que al interior nos armonicemos”.

Al final del segundo diálogo en el INPI tomado, le pregunté a Adelfo Regino ¿De qué manera las problemáticas de la comunidad otomí se ven reflejadas en tu propia comunidad?

“Yo las entiendo. Creo que los pueblos y las comunidades indígenas en este país, lamentablemente han sido olvidadas, excluidas. Por eso tenemos que trabajar de manera conjunta todas las instancias de gobierno, para generar una ruta de solución que incluya sus voces y planteamientos. Lo vamos a hacer con los hermanos otomíes y en otros contextos”.

Adelfo Regino pue parte de una comisión con el gobierno de transisión de AMLO en 2018 que fue a revisar la catástrofe provocada por la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, emblema del gobierno de Peña, que después sería cancelado. Foto Daliri Oropeza

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