7 diciembre, 2021
El pasado 18 de noviembre un juez de la Ciudad de México ordenó suspender temporalmente las obras del megadesarrollo urbano del sur de la ciudad, sin embargo en el pueblo de Xoco los trabajos no cesan bajo el amparo de la Secretaría de Medio Ambiente, que busca persuadir a algunos vecinos de aceptar las obras de mitigación
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: María Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO.- La suspensión “de cualquier obra que se lleve al interior del pueblo originario de Xoco” que ordenó un Juez de la Ciudad de México hace casi medio mes solo surtió efecto por unos minutos el pasado jueves 2 de diciembre. “Vinieron por parte del juez, una actuaria y la secretaria de acuerdos, para hacer una diligencia de que no se habían suspendido las obras. Entonces las personas que estaban trabajando se metieron, pero cuando se retiraron la secretaría y la actuaria, volvieron a salir”. describe Álvaro Rosales con naturalidad.
La comitiva asistió a petición de la Asamblea del Pueblo Originario de Xoco, un grupo de vecinos de ese barrio de la ciudad que intenta salvar lo que pueda de su pueblo ante la invasión de Mítikah, un complejo urbano de varias torres que ocupa casi un tercio del territorio de esta colonia, obra de Fibra UNO, la empresa de Bienes Raíces que hace la construcción. Para lograrlo antepusieron un amparo, cuyo primer resultado fue esta suspensión temporal.
“A ellos Sedema (Secretaría de Medio Ambiente) les dice que pueden seguir trabajando, eso es lo que nos han contestado los trabajadores, porque les hemos preguntado, no para agarrarla en contra de ellos, pues es su trabajo, ¿no?”, dice Álvaro sobre las obras. “No estamos en un amparo por quitar la torre —la obra insigne del conjunto, una ojiva de cristal de 267 metros de alto—, la torre tiene más del 80 por ciento construida. Si la paramos, nos afecta más, y quién sabe qué se pueda caer que no quede bien fijo. Nuestra lucha mayor es por la calle Real de Mayorazgo que es de la que se quieren adueñar”.
Al centro del complejo urbano que construye Fibra UNO está contemplado un parque a los pies de un centro comercial, sobre esa misma calle. “A los que no vivimos ahí o vamos a la plaza, nos quieren hacer pasar por unas escaleras, por la orilla, como para que no nos veamos”.
Esta plaza, según dice Álvaro Rosales, es parte de las obras de mitigación que prometió la empresa, pero es difícil de señalar, porque dentro de ese paquete también se incluyen otras como la mejora del drenaje y de las calles aledañas, confusión que la Secretaría de Medio Ambiente de la CIudad de México, la Sedema, aprovechó para beneficiar a Mítikah.
“Por aquí todos los días está María Luisa Rubio González, la jefa de unidad de Atención Ciudadana de la Sedema. Ella trabaja todos los días con gente del pueblo y con una consultora. A mucha gente le dicen que nosotros no queremos que se hagan las obras de mitigación, como que se cambie el drenaje, pero no es así. Sí queremos parar muchas obras, sí, porque ya no tenemos agua, y porque sabemos que al final solo nos va a aumentar el predial, las cosas que ya vimos que pasaron con City Towers”, cuenta Álvaro Rosales.
City Towers es el nombre comercial, casi genérico, de las torres de departamentos de lujo, con albercas y chapoteaderos, que ya rodean Xoco.
La última decisión sobre la suspensión la tendrá el juez, a partir de lo que observaron la actuaria y la secretaria que visitaron el lugar el jueves pasado y de la respuesta que tenga de otras autoridades; mientras, las obras de Mítikah continúan.
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