En su visita a Washington el presidente López Obrador propuso un plan de 5 puntos para detonar la producción de bienes y productos entre ambos países con mano de obra migrante y energéticos mexicanos. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dijo ansioso de ver cómo abordar el plan de forma conjunta
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Redes Sociales Andres Manuel López Obrador
CIUDAD DE MÉXICO.- “¡Qué viva Estados Unidos, qué viva México, lindo y querido!”, dijo el presidente de México desde la Sala Oval, después de lanzar, en un soliloquio de casi media hora, una propuesta que él mismo calificó de atrevida (o bold, audaz en inglés, según tradujo su intérprete). Se trata de cinco puntos con los que el presidente de México parece buscar sacar provecho al plan de un trillón de dólares propuesto por Biden para salir de la recesión provocada por la pandemia y agravada por la guerra en Ucrania; un plan que algunos han comparado con el mítico NewDeal de Roosevelt que sacó a Estados Unidos de la Gran Depresión.
El presidente López Obrador llegó 10 minutos antes de la hora (las once de la mañana) a la Casa Blanca, a su segundo encuentro con el presidente de Estados Unidos en menos de ocho meses. Biden abrió el mensaje a medios con el típico señalamiento de respeto mutuo e igualdad, y con un par de cifras sobre migración (las 300 mil visas de trabajo agrícola emitidas en 2021 y los 2.4 mil millones de dólares de inversión para modernizar los puertos de entrada de su frontera sur), como si no esperara la propuesta que venía por parte de López Obrador.
Instalado en un sillón en el seno del poder de ese país, la Sala Oval, López Obrador en su tono histórico, ese que usa en actos conmemorativos para justificar el presente. “Durante el gobierno del presidente Franklin Delano Roosevelt se hizo patente una política que nosotros consideramos eficaz y fraterna. Eran otros tiempos, pero existían circunstancias parecidas a las actuales, y de esa política debemos de extraer buenas lecciones, porque la historia es la maestra de la vida”.
De inmediato, ante la referencia Biden señaló un cuadro a sus espaldas, un retrato del citado presidente. López Obrador saltó de la Gran Depresión al programa Bracero que de 1943 a 1946 llevó a más de 130 mil trabajadores mexicanos a suplir la fuerza laboral ausente por la intervención de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. “Algo parecido a este programa es lo que proponemos ahora”, dijo. “Debemos reconocer que desde hace tiempo no estamos produciendo lo suficiente. En las últimas tres décadas se aceptó de manera cómoda que China sería la fábrica del mundo”, dijo, como queriendo avivar en la memoria el panorama de crisis mundial.
“La realidad actual nos hace ver que es indispensable producir lo que consumimos en nuestros países y en nuestras regiones. Sin llegar al extremo de cerrar nuestras economías, debemos pensar que el desarrollo de las naciones depende, en lo fundamental, de su capacidad productiva”, dijo antes de presentar su plan.
Las comparaciones históricas aluden a la propuesta del plan billonario (o trillonario, en inglés) que propuso Biden para la creación de infraestructura como transporte, banda ancha de internet y servicios urbanos, mismo al que López Obrador apunta apoyar con su propuesta.
Estos son los cinco puntos de la propuesta:
Mientras López Obrador hablaba, la cara de Biden pasaba de la incredulidad a la sorpresa ante las propuestas que escuchaban y que, le advirtió el presidente mexicano, harían que los conservadores de Estados Unidos “pegaran el grito en el cielo”.
Al terminar su mensaje, Biden defendió la imagen de su gobierno y descartó que su economía siguiera en una crisis como la de 1929. “Desde que asumí como presidente hemos creado más fuentes de trabajo de lo que ha creado cualquier otro gobierno, los sueldos aumentaron cinco por ciento”, dijo.
Y después rechazó la idea de que China sea la fábrica del mundo, como señaló López Obrador: “Nosotros producimos más productos agrícolas que nadie en el mundo. No quiero sugerir que no haya problemas, porque los hay”, dijo, como si fuera a rechazar la propuesta mexicana, y después añadió: “En realidad, estoy muy ansioso de ver cómo podemos abordar esos cinco puntos que usted mencionó y cómo podemos trabajar de forma más combinada para su solución”.
Después de la reunión de ambos presidentes, los gobiernos de México y Estados Unidos emitieron un comunicado conjunto.
Esa misma mañana el presidente López Obrador desayunó con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Mientras que por la tarde visitó los monumentos del muy sonado presidente Franklin D. Roosevelt y del “titán de las libertades”, Martin Luther King, como el mismo presidente lo ha llegado a llamar.
El jueves López Obrador tendrá un desayuno con empresarios de ambos países, entre ellos Carlos Slim, el presidente vitalicio de grupo Carso, la empresa que controla el gasoducto Samalayuca-Sásabe, central en los planes para transportar gas que propuso Obrador a Biden.
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