El reportaje fotográfico con el que la fotoperiodista Sashenka Gutierrez ganó el premio Ortega y Gasset se titula “Jódete, cáncer”. Un instante de amor, una historia de la que se debería hablar más. Más que el premio, el periodismo sirve para conectar, para denunciar y para contar historias de mujeres.
Por Isabel Briseño
¿Para qué sirve un premio de fotoperiodismo? ¿Para qué se hace fotoperiodismo? ¿Se cuentan historias para ganar premios? ¿Deben estar peleadas las historias con los premios? A muchos no les interesan los concursos porque les parecen un acto de ego; otros cuestionan: ¿si es la historia la que importa, entonces para qué se busca un premio?, otras personas opinan que los premios son en muchas ocasiones indispensables para poder financiar esas historias que se quieren contar.
Antes de responder estos cuestionamientos, pienso que lo que debe existir frente a cualquiera de ambas posturas es el respeto. Es decir, respetar a quien decida participar en concursos pero también a quien elija lo contrario; porque elegir cualquiera de los dos caminos requiere valor. Valor para creer que se puede ganar o valor para permanecer en el anonimato.
“Tenés que tener muchas ganas para presentarte”: respondió recientemente Cristian Alarcón, escritor y periodista chileno al ser cuestionado sobre cómo es el proceso para ganar el premio Alfaguara. Coincido, hay que tener hartas ganas para buscar una historia diferente a la que te agendan en la orden diaria, ganas para abordarla desde el amor, ganas de ser respetuosa y empática a la hora de apretar el obturador, ganas de escuchar a la persona que te comparte su historia, ganas de estar ahí, presente, receptiva, amorosa. En las historias y en la vida hay que tener ganas.
Sashenka Gutiérrez es de esas que tienen ganas. Ella es fotoperiodista mexicana con 15 años de experiencia. Fue galardonada con el premio Ortega y Gasset 2022 a la mejor fotografía el pasado 31 de mayo. Sashe capturó “un instante de amor entre mujeres”. En la escena, Sandra Monroy, una joven con mastectomía doble, recibe el amor y los cuidados de su madre y de una amiga.
“Quisiera dedicar este reconocimiento a todas las mujeres que luchan todos los días contra el cáncer de mama. Gracias a Sandra por dejarme estar presente en los momentos más vulnerables de su vida y a todas aquellas mujeres que se han enfrentado a esa enfermedad les decimos que aquí estamos para sostenerlas y decirle al cáncer, jódete cáncer, dijo la fotoperiodista en su discurso.
¿Para Sashenka qué es la sororidad?
Las personas. El respeto. Retratar con dignidad, con cariño. A mí me vendieron esa historia de que los fotógrafos no sienten, cosa que yo no creo porque somos seres humanos retratando a otros seres humanos.
¿Qué aprendizaje te deja la historia que trabajaste junto a Sandra?
Todo, hermana. Para empezar, todo el crédito es de Sandra. He aprendido de ella un sin fin de cosas como intentar entender una enfermedad desde la que soy. No estoy en los zapatos de Sandra pero sí podría ser ella porque esta enfermedad nos puede pasar a todas.
Existen diversas problemáticas que diariamente vulneran la integridad de las mujeres. Desde tu cercanía a Sandra, ¿qué sucede en el sector de la salud?
Hace falta concientización, campañas, educación. Este tema en específico existe una vez al año, el 19 de octubre, ¿y todos los demás días? Sandra acudió a la manifestación del 8M pasado para expresar su inconformidad respecto a las otras violencias. El sistema de salud es insuficiente y carente tanto para la prevención como en los tratamientos, Sandra lo vivió, y como ella, muchas, muchas mujeres mexicanas.
Es muy duro, pero parece que por ser mujer tendríamos que dar por hecho que algo nos puede pasar y es sumamente doloroso aprender a vivir así, con ese temor, no tendría que ser así, deberíamos poder vivir en un país en el que estén garantizados nuestros derechos.
¿Los temas antes que los premios?
Claro. El premio es muy importante, muy bonito, pero lo que me hace muy feliz es que a pesar de que la historia se publicó en octubre, el tema se vuelve a poner sobre la mesa y es un tema muy necesario porque como mencioné hace rato, el cáncer de mama no es una enfermedad de un día o de un mes específico, es una enfermedad con la que muchas mujeres luchan todo los días.
Seguramente en nuestras casas o alguien de al lado, está pasando por lo mismo. Sandra se llenó de valor y decidió mostrarse así, como una mujer valiente y sin saberlo se convirtió en una inspiración para otras mujeres; eso es lo que vale para mí la pena y para eso hacemos periodismo.
Los Premios Ortega y Gasset fueron creados en 1984 por el medio de comunicación El País. Los premios que llevan el nombre del pensador y periodista español buscan resaltar la defensa de las libertades, la independencia y el rigor como virtudes esenciales del periodismo y dar reconocimiento a aquellos trabajos que destacan por su calidad.
¿Como mujer mexicana, qué significa ser reconocida con un trabajo realizado sobre la historia de otra mujer?
Siempre ganamos con las historias de otras personas. A Sandra le tengo mucho cariño, mucha admiración. Para mí es un premio muy importante pero lo que se me hace muy increíble es que la historia se publicó en Octubre del año pasado y ahorita con este reconocimiento, se vuelve a hablar sobre este tema tan importante como lo es el cáncer de mama.
Estando acá en Madrid me han pasado cosas muy locas y bonitas. Camino al tren me paró una mujer y me felicitó, me dijo que le había gustado mucho la fotografía y que ella también estaba mastectomizada; pudimos conectar y conversar y eso fue muy bonito.
Al final creo que para eso hacemos periodismo, para conectar, para denunciar y para poner sobre la mesa esos temas que vivimos tan de cerca las mujeres al tener en la familia, en las amigas o hasta en alguna persona desconocida a alguien que está atravesando por el cáncer de mama o por cualquier otra enfermedad.
“También quisiera dedicar este reconocimiento a las y los periodistas que han perdido la vida por defender la libertad de expresión. Quizá estamos viviendo uno de los momentos más difíciles en el periodismo. Mi país, México, es conocido como uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo”, dijo en su discurso durante la ceremonia de premiación.
Si cierras los ojos y vuelves a vivir ese momento en que subiste al escenario en donde te premiaron, ¿Qué parte de tu cuerpo sintió más emoción en ese momento?
Mis manos. En mis manos estaba guardado lo que iba a decir, venía preparada para decir lo que dije.
Fue un momento muy rápido. Estaba preocupada porque me alcanzara el tiempo para dar el mensaje que llevaba. Fue muy fuerte dar el discurso porque aunque lo había ensayado, al final, cuando mencioné los nombres de las compañeras asesinadas, fue recordar que ya no están.
No sólo era venir a otro continente para recibir un premio y dar las gracias, sino aprovechar esa ventana para hablar sobre lo que está pasando en México. Si bien es cierto que en la Ciudad no vivimos la misma situación que las y los periodistas de los estados, es real que como mujeres estamos más expuestas. El discurso también hizo conexión con los compañeros de Divergentes que están viviendo exiliados por la situación de peligro que también existe en su país.
¿Dirías que así cómo hacen falta más mujeres en el gremio periodístico también hacen falta cubrir más temas sobre mujeres?
Por supuesto hermana, no me queda la menor duda. En México pocas mujeres ocupan cargos importantes en los medios y claro que hacemos falta y no nada más para cumplir una cuota de género.
También hace falta realizar y resaltar las coberturas desde otra mirada para que no se queden en eso, en una cobertura más, porque a veces pudieran parecer cotidianas pero no lo son. Nuestra chamba es darles la vuelta para que se siga hablando de todos esos temas que son necesarios: los feminicidios, las desapariciones, el feminismo, la violencia contra las mujeres, el cáncer de mama y de muchas otras enfermedades.
Ahora hay una concientización de cómo estamos abordando los temas. Cada vez se intenta más abordar los temas con perspectiva de género. Hace más de 10 años que yo iniciaba en esto del periodismo este punto no se tocaba y se me hace sumamente importante.
A veces me preguntan que si vemos diferente los hombres de las mujeres y creo que sí hay compañeros que tocan los temas desde la sensibilidad, desde el respeto pero a nosotras nos interesan otros temas porque nos impactan de forma diferente.
También es bueno intercambiar con las nuevas generaciones porque todo se cuestionan, es un buen ejercicio sentarnos a dialogar sobre perspectiva de género y sobre todo.
En este primer año y medio que llevo como fotoperiodista he conocido a muchas compañeras fotoperiodistas, entre ellas a Sashe y si de algo no tengo duda nuevamente es sobre dos cosas: que no solo habla de sororidad, la practica y que indudablemente su trabajo no solo merece, debe ser reconocido para que siga conectando con más mujeres.
Quienes quieran conocer más sobre Sandra Monroy pueden seguirla a través de su cuenta de Instagram @jodetecancer
Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona