La guerra de Ucrania retomó el tema de la precarización laboral, la falta de cuidados y reconocimiento de los grandes medios a freelancers y fixers
Por María Ruiz / @Maria_Efemere
El tema de la precarización laboral en la cobertura de la Guerra de Ucrania está siendo evidente gracias a que periodistas están denunciando las malas prácticas de medios y editores que no garantizan su seguridad y ofrecen sueldos precarios para una cobertura que es de alto riesgo en la que al 16 de marzo (según un reporte de la BBC) han muerto cinco periodistas (Pierre Zakrewski, Oleksandra Kuvshinova, Brent Renaud, Yevhenii Skaum y Viktor Dudar) y 35 han resultaron heridos.
“Ser freelance cubriendo la guerra implica pagar vuelos, alojamiento, traductor… la cantidad de gastos reduce la posibilidad de pagar un seguro de vida” explica en un hilo de Twitter el periodista español Antonio Pampliega con el que denuncia la facilidad con la que los medios evaden responsabilidades de la seguridad de sus colaboradores independientes.
Pampliega solicitó un crédito al banco, que sigue pagando, para comenzar su carrera como periodista de guerra, su cobertura más cara le salió en 4,500 euros de los cuáles sólo recuperó 1500 como cuenta en este documental: https://vimeo.com/53252881
La falta de pago se entreteje con la ausencia de cuidados como denuncia la periodista ucraniana Olga Rudenko quien compartió el testimonió del productor Aliik Sardarian sobre la falta de seguridad por parte de medios extranjeros que contratan a productores y periodistas locales:
Hay medios que lo que hacen es decirle a los periodistas independientes que no cubran zonas de riesgo, no por preocupación sino por no querer ser responsables como cuenta la reportera Leila Barghouty:
Con todo y este contexto hay quienes deciden cubrir la guerra porque dentro del mismo periodismo se enseña que cubrir guerras mejora los currículums. Cubrir la guerra es necesario pero hacerlo sin estar preparado ni tener garantía de seguridad en un mundo laboral en el que el reconocimiento se esfuma con el siguiente gran conflicto y que no garantiza un sueldo digno, es casi suicida. Por su parte, los grandes medios tienen que garantizar la seguridad de sus corresponsales y la capacitación de estos para cubrir zonas de conflicto.
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