El solar maya es la base de la propia cultura; ante esto, jóvenes de Sinanché buscan que esta práctica ancestral se multiplique, por lo que han emprendido una campaña para difundir en su propia comunidad, y hacia afuera, la importancia de este territorio familiar y comunitario en donde se reproducen la lengua y las tradiciones.
Texto: Daliri Oropeza
Ilustración: Cortesía colectivo Suumil Mookt’an
CHOLULA, PUEBLA.- En Sinanché, Yucatán, un grupo de jóvenes tomaron la decisión de volver a ejercer el Solar Maya. Son jóvenes que estudiaron fuera o que salieron de la comunidad a trabajar. Al regresar, se se encontraron con interrogantes, que los llevaron a hacer un solar y se unieron en el colectivo Suumil Mookt’an. Aunque esta práctica ha sido desplazada por el cemento, decidieron retomarla junto con los saberes ancestrales mayas.
“¿Qué es la vida digna? ¿Qué es la vida rica? ¿Qué es la vida que hacemos en colectivo? sin explotarnos o sin tener que tener un trabajo asalariado que no nos permita pues vivir y generar esta otra manera de vivir; como lo hacían nuestras abuelas y nuestros abuelos que desde una generación a otra esto ha ido cambiando”, asegura Valiana Aguilar en la presentación del folleto llamado Construyendo Territorio a través del Solar Maya.
Valiana es integrante del colectivo Suumil Mookt’an. Inició la construcción de este solar que es del colectivo hace más de un año. Ahí fomentan el cuidado del agua con un baño seco que acaban de terminar. Ya cuentan con huerto, con casa maya y están por terminar la casa de cultura. Es un espacio abierto a la participación de las y los vecinos.
“Nuestro espacio donde habitamos, donde hacemos la vida colectiva, se vuelve nuestro primer espacio también de lucha y de reivindicación de nuestra autonomía y de nuestro arte de vivir dignamente”, asegura Valiana. Ella, además de fundar el colectivo Suumil Mookt’an, tiene la convicción de que no se puede centralizar esta práctica a un solar.
Valiana busca que el solar maya se multiplique en Sinanché, y después en toda la zona maya. El colectivo que fundaron tomó la decisión de realizar un folleto que abonara a avivar la práctica del solar maya. A comunicar su experiencia en más de un año de realizar su propio solar.
Asegura que, desde la reflexión en diálogos con su colectivo, están en contra de la centralización de esta práctica; por lo cual también buscan que más personas dentro de la misma comunidad de Sinanché construyan su propio solar. Suumil Mookt’an está dispuesto a compartir lo que han aprendido al realizar el suyo, donde además, ya montan una casa de cultura.
La presentación ocurrió el pasado 4 de marzo.
Para multiplicar los solares mayas en Sinanché, el colectivo Suumil Mookt’an trabajó por seis meses un proyecto de comunicación que se concretó en un folleto.
La presentación fue virtual; quienes hablaron fue con el propósito de hilar sentires y pensares sobre el folleto que realizaron. Imprimieron dos mil ejemplares que ya reparten en la comunidad y en la región. El folleto es una ilustración de Alberto Guerra.
El folleto es una cartografía del Solar Maya, que incluye la Milpa y el Cuidado del Agua; describe cómo se vinculan, pues la milpa y el agua son temas importantes para el cuidado y de cómo viven las personas mayas en colectividad. Tiene elementos de la relación de la mayanidad con el monte. Se ven los animales de traspatio, las abejas, las hortalizas, las plantas medicinales, los saberes constructivos. De la siembra agroecológica, del buen comer, y cómo todo está relacionado.
Es un recorrido sobre qué es un solar. No como definición, sino una guía de lo que podría tener cada persona que haga su solar. En la presentación, Valiana aseguró: “no creemos que haya una sola manera de ser y de vivir, sino que son diferentes maneras de cada familia, o grupo. Cada colectividad tiene su propia manera de hacer vida. El cómo construimos, se relaciona también con nuestro arte de vivir y de relacionarnos pues, con los montes y de respeto, de un respeto que se tiene ahí en el territorio”.
“Algo que nos motiva mucho en este semillero, en este espacio, es la posibilidad de poder hablar del agua desde una relación profunda y sagrada qué tenemos en el agua; pero también desde la problemática que ha existido y que existe”, añadió Valiana durante la presentación.
“Queremos sanarnos junto con el agua, como aprendiendo a hacer ecotecnologías que puedan servir como herramientas para ir desvinculando esta parte de la contaminación, de cómo contaminamos el agua; y más bien sanar esa relación que tenemos con ella”.
Además del agua, hablan de la alimentación, pues durante la pandemia, se dieron cuenta que parte fundamental del cuidado comienza por lo que las personas consumen.
“El semillero que estamos soñando, nos gustaría que sea un espacio de convivencia, aprendizaje de los ámbitos de la vida cotidiana maya, donde lo político sea ya parte de la vida encarnada, colectiva, que se tiene día a día en cada semilla, en cada abejita, en cada fogón, en cada planta, en cada mata de maíz o en cada comida, que es esté reivindicando una lucha local enraizada, que no esté aislada de lo que es la defensa al fin de la vida, del territorio, de lo que nos rodea”.
En este enlace puedes descargar el folleto.
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