Entre activistas, emprendedores, médicos, madres, hijos, cultivadores e inversionistas, una carga compleja de intereses pesa sobre la legislación en torno a la cannabis. ¿Qué espera lograr este movimiento cannábico mexicano que este 2 de febrero cumple dos años de plantón frente al Senado?

Texto: Feike de Jong, Alda Arita y Gustavo Graf

Foto: Gustavo Graf

CIUDAD DE MÉXICO.- México tiene una larga historia con el cannabis. En 1920 fue declarada ilegal por presiones del gobierno estadounidense. Más de 100 años después México está al borde de la legalización y, desde hace dos años, activistas mexicanas y mexicanos han tomado las calles buscando poner su sello sobre la inminente regulación.

“La pregunta es cómo y para quién se va a regular el mercado del cannabis”, comenta Polita Pepper, presidenta de la organización Cannativa.

El 2 de febrero de 2020, en las inmediaciones del Ángel de la Independencia, activistas del Plantón 420 sembraron las primeras plantas de cannabis como protesta. En junio de 2021 la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la prohibición del consumo del cannabis. Este año los legisladores mexicanos tendrán que crear un marco legislativo para el cannabis.

Especialistas como la organización REverdeSer han destacado que a pesar de los cambios en la normatividad, aún existen grandes pendientes como la ausencia de una descriminalización efectiva para personas usuarias, cultivadoras y vendedoras de pequeñas cantidades de cannabis. También faltan garantías para que se desarrolle una industria basada en quienes ya participan en el mercado y que han sido víctimas de la guerra contra las drogas.

Entre activistas, emprendedores, médicos, madres, hijos, cultivadores e inversionistas, una carga compleja de intereses pesa sobre la legislación. Pero, ¿qué espera lograr este movimiento cannábico mexicano?

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