Han pasado 61 años desde que las Hermanas Mirabal fueran asesinadas por el Estado y en pleno siglo XXI seguimos despertando cada mañana con decenas de historias inenarrables. Persisten violencias como el racismo, la trata, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina. ¿Qué pasaría si los varones también se opusieran sistemáticamente a las violencias machistas que también les oprimen?
«Yo sólo sabía de luchas con mis armas naturales: la sinceridad, la ternura y el cariño.»
Minerva Mirabal
Hemos realizado marchas, plantones, pintas, mítines, boicots. Nos hemos acuerpado con nuestras amigas y hermanas para llorar por las mujeres que han sido violadas, desaparecidas, asesinadas.
También nos hemos rebelado en todos los espacios posibles, hemos determinado dejar de ser víctimas y levantarnos cada día con un sentido de libertad y justicia.
Hacemos poemas, podcast, crónicas, canciones, pronunciamientos, ollas comunitarias, coreografías públicas, cacerolazos, autodefensa digital, revueltas cuir.
Unas más, han organizado su pensamiento en clave jurídica para incidir en política pública. Las geógrafas feministas trazan mapas, rutas… encuentran patrones de violencia feminicida en el espacio público y privado.
Desde la filosofía florecen ideas sobre las genealogías de la violencia y cómo desarmarla.
La estructural, demoledora y persistente violencia.
Ahora mismo, en diversos puntos del planeta, miles de mujeres se hacen cargo de quienes han quedado en orfandad por el feminicidio de sus madres.
También está la revolución de los afectos: de ternura radical y responsabilidad afectiva.
Cada 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional por la Eliminación de todas las formas de Violencia contra las Mujeres, fecha que recuerda el criminal asesinato de las hermanas Mirabal.
Hay una línea de tiempo que nos une con aquellas mujeres que hace 61 años fueron asesinadas por rebelarse ante la dictadura de Trujillo que duró 30 años.
¿Quiénes fueron estas mujeres reconocidas internacionalmente como Las Mariposas?
Patria, Minerva y María Teresa Mirabal nacen en el seno de una familia de clase alta en República Dominicana. Por aquel entonces su vida transcurre entre el colegio y su preparación como señoritas de sociedad. No imaginaban que su vida daría un vuelco.
Aunque las hermanas Mirabal destacaron como estudiantes, Minerva era conocida por su inteligencia y dones para la poesía, el bordado y la pintura. Se gradúa con honores y participa en varias obras de teatro, experiencia que le da la oportunidad de conocer el ambiente artístico e intelectual de la época.
Además de destacar en la escuela, las hermanas Mirabal habían sido educadas para ser madres y esposas como lo marcaban los cánones de la época. Nadie sospechaba que se transformarían en férreas defensoras por la libertad.
Su inquietud por los temas sociales, las lleva a luchar contra la desigualdad social en República Dominicana, una nación donde imperaba el sistema de castas, el racismo y la pobreza.
En junio de 1949, Minerva y sus padres son invitados a una fiesta en honor del dictador Rafael Leónidas Trujillo. En esta recepción Trujillo conoce a Minerva Mirabal. Trujillo era conocido por abusar de su poder en todas formas posibles.
Tres décadas atrás, siendo aún teniente, Leónidas Trujillo es sometido a un juicio militar por violación a una menor. Lamentablemente desde aquel entonces sería protegido por el sistema y resulta exonerado.
Meses después de aquel encuentro entre el dictador y Minerva, la familia Mirabal recibiría una nueva invitación para asistir a la fiesta de inauguración del Hotel Montaña, en el municipio Jarabacoa, ubicado a un par de horas de la capital.
Presionados por el contexto económico y político de la época, la familia acepta la invitación. Durante los días y semanas posteriores a la recepción, Trujillo envía mensajes y regalos a la familia Mirabal. Agobiada por el acoso, Minerva le pide poner fin. A partir de este momento, la familia Mirabal es perseguida por la policía política del régimen.
Convencidas de que Trujillo tenía sumido al país en uno de los momentos más críticos, las hermanas Mirabal se unen a la agrupación política de izquierda Movimiento Revolucionario 14 de junio.
Este movimiento convocaría a diversos sectores de la sociedad política, económica e intelectual que se oponían al régimen de Trujillo.
Este sería un punto de inflexión: las hermanas Mirabal emprenderían un viaje sin retorno hacia la lucha por la defensa de los derechos humanos en aquel país.
Para mayo de 1960, Minerva y María Teresa serían condenadas a 18 años de cárcel. Durante el tiempo que estuvieron presas, fueron violadas y torturadas.
En ese entonces, ya eran conocidas fuera del país y gracias a la presión de la Organización de Estados Americanos y de algunos sectores de la iglesia, son liberadas bajo palabra.
Durante los treinta años que duró la dictadura, República Dominicana vivió persecución, tortura, asesinatos y represión generalizada.
Más de 50 mil personas fueron asesinadas, entre las que se cuentan miles de haitianos residentes en República Dominicana.
Uno de los sucesos más conocidos es la «Masacre del Perejil”, ocurrida durante los primeros días de octubre de 1937. Se le conoce así porque los soldados dominicanos llevaban una rama de perejil y les pedían -a quienes creían que eran haitianos- que pronunciasen esta palabra en voz alta.
Para aquellos que tenían como lengua materna el creole -una lengua mixta creada a partir de la influencia del francés y otros idiomas africanos- les resultaba difícil su pronunciación, por lo que un error en la pronunciación les costaba la vida.
Los historiadores estiman que cerca de 20 mil haitianos fueron asesinados en la República Dominicana bajo las órdenes de Rafael Leónidas Trujillo.
Luego de más de una década de lucha contra el racismo, la pobreza y la desigualdad, el 25 de noviembre del año 1960, las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal serían brutalmente asesinadas por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo, en República Dominicana.
La conmoción social que produjo este suceso marcó el fin del régimen trujillista.
Veinte años después, en el año 1981, durante el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, celebrado en Colombia, miles de mujeres deciden honrar la memoria de las hermanas Mirabal y declaran el 25 de noviembre como el Día Internacional contra la Violencia a las Mujeres.
Es hasta el año 1999 que este día sería reconocido por Naciones Unidas, como una fecha que marcaría la agenda internacional por los derechos de las mujeres.
Han pasado 61 años desde que las Hermanas Mirabal fueran asesinadas por el Estado opresor/macho violador.
En pleno siglo XXI, seguimos despertando cada mañana con decenas de historias inenarrables. Aún hoy persisten violencias como el racismo, la trata, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.
Me gustaría concluir por hoy con esta pregunta: ¿Qué pasaría si los varones también se opusieran sistemáticamente a las violencias machistas que también les oprimen? Se abre el hilo para seguir tejiendo ideas en otro texto.
#25N Todas las mujeres contra todas las violencias.
Guionista, reportera, radialista. Cubre temas culturales, sexualidad, salud, género y memoria histórica. En sus ratos libres explora el mundo gastronómico y literario. Cofundadora de Periodistas de a Pie.
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