Infancia en México: entre abandono, violencia y reclutamiento forzado

4 octubre, 2021

En México las infancias y adolescencias son el “blanco” idóneo y preferido de los grupos delictivos por la vulnerabilidad, el abandono social y la violencia doméstica que viven, refiere el informe “Reclutamiento y utilización de Niñas, Niños y Adolescentes por grupos delictivos en México” realizado por organizaciones defensoras de derechos

Texto: Samantha Anaya / Zona Docs

JALISCO.- La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC) aseguran que la raíz detrás de la vulnerabilidad en la que se encuentran niñas, niños y adolescentes en México (y que les vuelve de utilidad para el crimen organizado) es ocasionada por el contexto de violencia juvenil que impera en el país.

Esta violencia en la viven puede ir desde el contexto familiar, pobreza, abandono, falta de oportunidades, victimización a causa de la violencia familiar, hasta el contexto social o la cercanía a zonas con presencia de grupos delictivos.

Llegaron a esta conclusión a través del informe “Reclutamiento y utilización de Niñas, Niños y Adolescentes por grupos delictivos en México”, en el que también refieren que un gran porcentaje de crímenes cometidos por grupos delictivos suele concentrarse en las grandes ciudades. 

Esto se debe a la segregación existente que reúne altas tasas de desempleo y separa a las personas de acuerdo con su clase socioeconómica. En los barrios con un mayor índice de pobreza suele existir una probabilidad mayor de que las y los jóvenes reciban una educación de mala calidad con pocos estímulos para mantenerse en la escuela, advierten. Por ello, no sólo los factores de riesgo y vulnerabilidad son elementos detonadores al momento del posible reclutamiento de niñas, niños y adolescentes, sino también el espacio geográfico.

El documento retoma los resultados de la Consulta infantil y juvenil 2018 del Instituto Nacional Electoral (INE), la cual reconoce que el 22.3% de las niñas y niños de entre 6 y 9 años de edad declararon ser víctimas de maltrato, y cuyos agresores eran principalmente su padre o madre, y, posteriormente, docentes y policías.

De la misma forma, la Secretaría de Salud en el Registro de lesiones y causas de violencia muestra que en 2020 un total de 15,159 personas de entre 0 a 17 años de edad fueron atendidas por algún tipo de violencia: 69% fueron atendidas y atendidos por violencia familiar; 31% por violencia no familiar; 5.2% fueron atendidas y atendidos por violencia, abandono o negligencia; 1.9% por violencia económica; y 35.5% por violencia sexual.

Aunado a ello, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social (CONEVAL) indica que en 2018 del 49.6% de personas menores de edad que viven en pobreza, 3.7 millones se encuentran en pobreza extrema.

En 2015, la Consulta Infantil y Juvenil indicó que 26 mil 899 niñas, niños y adolescentes de entre 10 y 13 años de edad que participaron en esta consulta recibieron la “oferta” de formar parte de algún grupo delictivo, cifra que corresponde al 2.6% de la población de 10 a 13 años a nivel nacional. Dicho porcentaje se eleva a 4% entre quienes tienen 14 a 17 años.

Menores infractores

Al tomar en cuenta estas últimas cifras, el Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal indica que para 2019 había 30,882 carpetas de investigación correspondientes a adolescentes (81.8% eran de hombres, y 15.6% de mujeres).

En el caso de Jalisco, el total de la población juvenil de 5 a 17 años de edad es de 2,555,156, y la cantidad de niñas, niños y adolescentes vulneradas y vulnerados era de 309,736 en 2020, es decir, que el 12.1% de la población de 5 a 17 años se encontraban en riesgo de ser reclutadas y reclutados por grupos delictivos.

De igual modo, a nivel nacional siete entidades federales concentran el 55% de la población de niñas, niños y adolescentes en riesgo: Estado de México (9.7%), Jalisco (8.6%), Chiapas (8.1%), Puebla (7.8%), Guanajuato (7.3%), Veracruz (7.2%) y Michoacán (6.5%).

Ante desolador contexto, la REDIM y el ONC exponen que las niñas, niños y adolescentes que son procesados por la comisión de algún delito, estando bajo la manipulación de grupos delictivos, deben ser tratadas y tratados como víctimas, pues sus derechos han sido violados, tal y como lo es su derecho a la vida y a su integridad personal.

“Las niñas, niños y adolescentes acusados de delitos supuestamente cometidos mientras estaban vinculados a grupos o fuerzas armadas deberán ser considerados en primer lugar como víctimas de delitos contra derechos internacionales, no solamente como perpetradores” (UNICEF).

Reclutamiento de niñes y adolescentes

Las organizaciones subrayan que es un error considerar como delincuencia organizada sólo a los grandes cárteles o mafias. En realidad, precisan, en México existen tres principales grupos delictivos: familias delictivas; pandillas; cárteles, mafias o sindicatos.

El reclutamiento de personas menores de edad es una “gran inversión” por varias razones: su constante necesidad de afecto y de pertenecer a un grupo y su predisposición para correr peligro, denuncia el informe.

En ese sentido, el Sistema de Justicia Penal para Adolescentes agrega que “la utilización” personas menores de edad por parte de estos grupos resulta benéfica y redituable, ya que si alguna de ellas llega a ser detenida a) se les dota de asesoría jurídica especializada; b) los delitos prescriben prontamente; c) las sentencias tienen una duración máxima de 5 años; d) no existe vinculación entre el Sistema de justicia para Adolescentes y el Sistema de Justicia para Adultos.

Grupos delictivos en México

Este tipo de grupos están conformados por máximo 30 personas, manteniendo el vínculo a través de un fuerte sentido de autoidentificación. Aunque pueden tener influencia transnacional, la mayoría de las veces desarrollan sus actividades dentro de fronteras fijas. Ejemplo de ello son las familias tlaxcaltecas de lenones en el municipio de Tenancingo, Tlaxcala, las cuales participan por complicidad o coerción en prácticas que devienen en la protitución forzada de mujeres.

En los casos en los que utilizan a niñas, niños y adolescentes la confianza que logran establecer con ellas y ellos es una garantía de silencio y lealtad.

Las familias delictivas adoptan un estilo de vida en la ilegalidad, o bien una alternativa de autoprotección y cuya cotidianidad involucra la comisión de delitos como una forma de subsistencia.

Pandillas

Según expone el informe, su tamaño, actividades y estructura puede variar. Algunas de sus características comunes se basan en su origen espontáneo, integrado después por el conflicto, y, posteriormente, por la apropiación del espacio; y mantienen un vínculo con el territorio local; se disputan el control de rutas, lugares y plazas. Por ello, las pandillas llegan a representar aliadas para ciertos grupos delictivos dependiendo de su modo de operación y estructura.

Un caso documentado en los últimos años es lo que sucedió en Ciudad Juárez, Chihuahua. En 2008 la violencia en este municipio, lo que propició que algunos cárteles y pandillas locales. Por ejemplo, La Línea fue reclutada por el Cártel de Juárez, mientras que el Cártel del Pacífico integró a sus actividades a los Mexicles, Gente Nueva y a los Artistas Asesinos.

Cárteles, mafias y sindicatos criminales

Las actividades que este tipo de grupos delictivos tienen van desde robos, falsificaciones, extorsiones, tráfico de drogas, tráfico de armas, hasta trata de personas, secuestros y homicidios.

Los cárteles que operan utilizando a niñas y niños son Los Zetas, Del Golfo, La Fmilia de Michoacán y los Caballeros Templarios, quienes les ofrecen a cambio de su “trabajo” salarios que van de 250 a 500 pesos diarios. 

Reclutamiento de niñas y adolescentes

En el caso de las niñas y adolescentes se ha registrado que son utilizadas como esclavas sexuales, como mujeres de los comandantes y miembros de la organización, sometidas a la planificación forzada e, incluso son obligadas a abortar o a embarazos forzados.

El informe también agrega los testimonios de niñas y adolescentes reclutadas por grupos delictivos. En estos declaran que eran forzadas a fungir como sicarias y encargadas de ejecutar a integrantes de grupos rivales. Uno de estos casos es el de Sandra, quien fue reclutada por el Cártel de los Zetas a los 15 años: “Fui jefa de los halcones y, al final, me pasaron a secuestros y a ejecutar a los secuestrados. Mi grupo era de 53 personas”.

En el caso de los niños y adolescentes son obligados a desempeñar labores como informantes o halcones, por lo que adquieren mayor responsabilidad y son utilizados para tareas más peligrosas, como trasladar mercancía ilegal o vigilar casas de seguridad. También son forzados a participar en conflictos armados que ponen en riesgo su vida, a participar y asistir a ejecuciones de secuestro y homicidios.

Dado que la violencia ha ido en aumento en el país y ha vulnerado a la población menor de edad, el informe de la REDIM y el ONC enfatiza que debe tenerse en cuenta que eventos coyunturales como la actual pandemia de la covid-19 pueden contribuir a intensificar el problema que enfrentan niñas, niños y adolescentes en ciertas zonas de riesgo en el país.

El informe alerta que en México existe un gran número de personas menores de edad cuyas realidades les impiden ejercer sus derechos. Los indicadores de vulnerabilidad, amenazas y riesgo muestran que un número importante de este grupo puede ver incrementada la probabilidad de ser reclutadas y utilizadas por grupo delictivos.

Aquí puedes consultar y descargar el informe: http://derechosinfancia.org.mx/v1/reclutamiento-y-utilizacion-de-ninas-ninos-y-adolescentes-por-grupos-delictivos-en-mexico/

Este trabajo fue realizado por ZONA DOCS, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar el original.

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